Escribir desde el dolor

Joan Didion es una superviviente. Se enfrenta a la muerte repentina de su marido, el también escritor John Gregory Dunne, mientras que su única hija está ingresada en la UCI. Esta línea resumen el tema que trata El año del pensamiento mágico (Global Rhythm Press, 2006) en el que se describe una experiencia intensamente personal y a la vez universal. Un diario de recuerdos escrito con las heridas abiertas, un ensayo sobre la pérdida irremediable, pero también un manual que podría ser titulado “sobrevivir a la muerte de un ser querido”.
En épocas difíciles, me habían enseñado desde niña, lee, aprende, prepárate, recurre a la literatura. La información es control. Didion se refugia en la literatura y mide su dolor con las lecturas que pasan por sus manos. Hace alusiones, entre otras obras, a La montaña mágica, de Thomas Mann, en el que habla del efecto que la muerte de la esposa produce en el personaje Hermann Castorp y el triste poema Blues del funeral, de W. H. Auden con el que se siente fuertemente identificada.

FUNERAL BLUES (W.H. Auden)

Detengan los relojes
desconecten el teléfono
denle un hueso al perro
para que no ladre
Callen los pianos y con ese
tamborileo sordo
saquen el féretro…
Acérquense los dolientes
que los aviones
sobrevuelen quejumbrosos
y escriban en el cielo
el mensaje…
él ha muerto.
Pongan moños negros
en los níveos cuellos de las palomas
que los policías usen guantes
de algodón negro
Él era mi norte mi sur
mi este y oeste
mi semana de trabajo y mi
domingo de descanso
mi mediodía, mi medianoche
mi conversación, mi canción
Creí que el amor perduraría
por siempre.
Estaba equivocado.
No precisamos estrellas ahora…
Apáguenlas todas
Envuelvan la luna
desarmen el sol
Desagüen el océano y
talen el bosque
porque de ahora en adelante
nada servirá

Casi diez meses después de la muerte de John comienza a escribir, en el intento de dar sentido al periodo de semanas y meses que se sucedieron después, y a las ideas sobre las que sentía la necesidad de reflexionar: la muerte, la enfermedad, la probabilidad, la suerte, la memoria y sobre todo la aceptación de que la vida termina.

Describe los acontecimientos con una nitidez desoladora. Uno de los pasajes más dolorosos que encontramos en El año del pensamiento mágico es la noche en la que Didion prepara la cena y ve a su marido desplomado en el salón, víctima de un ataque al corazón.

La vida cambia rápido.
La vida cambia en un instante.
Te sientas a cenar, y la vida que
conoces se acaba.

Veremos a Joan Didion en mitad del salón, sin saber qué hacer, actuando como una autómata, montada en la ambulancia que los lleva al hospital, recibiremos junto a ella la fatal noticia y el momento en el que coge la bolsa con las pertenencias de John. Conoceremos el protocolo de actuación de los servicios médicos: la pregunta sobre la donación de órganos y la autopsia. Y sentiremos a una Didion que
sigue sin concebir la muerte de su marido, que se tambalea entre la incredulidad y la esperanza de volver a verlo con vida.

¿Si dona sus órganos cómo va a regresar a casa? Sin zapatos, ¿cómo va a volver?

La soledad la golpea cuando regresa esa misma noche al hogar y encuentra la cena fría,el periódico abierto por la página que leía John y la casa vacía. Comparte con los lectores algunos de los momentos de su largo matrimonio: el día de su boda, la cotidianeidad, el amor hacia su hija, las amistades de la pareja…Pero no pierde de vista la fragilidad, la fugacidad de la vida y el carácter definitivo de la muerte.
El año del pensamiento mágico termina al llegar el aniversario de la muerte de John. Los últimos capítulos son una despedida, una aceptación de la ausencia.

También sé que si hemos de continuar viviendo llega un momento en que debemos abandonar a los muertos, dejarlos marchar, mantenerlos muertos. Desgraciadamente la única hija del matrimonio, Quintana Dunne, muere poco tiempo después a los 39 años de edad a causa de una pancreatitis.

Didion vuelve a la escritura para curarse de un cruel destino que la ha dejado sola en Noches Azules, obra que acaba de publicar Mondadori.

 

Etiquetado en
Escrito por
Para seguir disfrutando de Bea Peña
La cité
Para los artistas del siglo XX, la ciudad tiene un fuerte poder...
Leer más
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *