Música de cámara

Comúnmente se ha considerado a la música de cámara como la hermana pequeña de todos los géneros que componen el árbol genealógico de la música culta, suponiéndole una menor capacidad de penetración emocional que la de una gran ópera, una sinfonía orquestal o el virtuoso despliegue de un instrumento solista. Es bien sabido que el término de cámara hace referencia a la finalidad primera para la que se componía, esto es, el mero divertimento de unas personas pasando una velada en su salón privado. Era por tanto, música escrita sin mayor pretensión que la de resultar ligera y entretenida.

Pero pronto se dieron cuenta los compositores del gran poder de exploración interior que les concedía el cultivo de este género. Si los conciertos buscan explotar los recursos de un instrumento y de su intérprete y los géneros corales y orquestales alcanzan una gran riqueza descriptiva, la música de cámara es puro juego de lenguaje. Si establecemos un símil literario, orquesta y coro serían narrativa, ópera sería teatro, y la cámara, poesía. Es por tanto, la rama más puramente musical, aquélla cuyo objeto es la disección de la música en sí y la expansión de sus fronteras expresivas. También, la que prueba la verdadera talla de un compositor: es relativamente fácil lograr un buen clímax orquestal o escribir un bello concierto para un instrumento que se domina, pero en cámara se dispone de los mínimos recursos para lograr el todo. Y es sólo ahí donde los más grandes demuestran que lo son, y lo hacen con mayor desnudez, honestidad y, sobre todo, libertad creativa, que en otra clase de trabajos. No por casualidad ha acabado tomando un papel decididamente predominante en el panorama contemporáneo.

Esta lista pretende ser un sucinto recorrido cronológico por el fascinante universo camerístico, que deleite a sus oyentes pero a su vez los anime a continuar explorándolo. En él pasamos por el archiconocido Canon de Pachelbel (cuya secuencia armónica es la matriz de toda la música posterior, y sigue siendo ineludible a pesar de haber conocido toda clase de maltratos), las barrocas sonatas a trío, que conducen (vía Haydn y Mozart) a la gran explosión del romanticismo, con Schubert como principal abanderado (el Quinteto para cuerdas en Do Mayor, del cual se incluyen aquí dos movimientos, es para quien esto escribe la música más sublime de todos los tiempos). Después nos detenemos brevemente en el impresionismo para desembocar en el enorme océano del S. XX.  Sirva esta pequeña selección como guía de acceso a otros fabulosos rincones del género.

Una pequeña nota aclaratoria: se ha prescindido en la lista de incluir trabajos para dúo (otro mundo ingente y riquísimo), centrándose en trabajos para tres o más instrumentos (hasta ocho en esta lista), con la excepción de alguna obra para piano a 4 manos, una curiosa forma de cámara para un solo instrumento. Como en Spotify resulta a veces confuso saber qué obra estamos escuchando exactamente cuando se trata de música clásica, y algunas aparecen divididas en varias pistas, adjunto aquí el listado completo.

 

Johann Pachelbel- Canon y fuga en re mayor

Georg Philipp Telemann- Sonata a trio en re menor (completa)

Antonio Vivaldi- Sonata a trio en re menor (completa)

Carl Philipp Emmanuel Bach- Cuarteto para flauta, viola, cello y teclado en re mayor (tercer movimiento)

Joseph Haydn- Cuarteto de cuerda nº63 “Amanecer” (primer movimiento)

Wolfgang Amadeus Mozart- “Kegelstatt” Trio (primer movimiento)

Wolfgang Amadeus Mozart- Cuarteto con oboe (tercer movimiento)

Wolfgang Amadeus Mozart- Cuarteto nº2 (segundo movimento)

Luigi Boccherini- Quinteto con guitarra nº4 (tercer movimiento: fandango)

Ludwig van Beethoven- Trio nº7 “El archiduque” (primer movimiento)

Ludwig van Beethoven- Cuarteto nº4 (primer movimiento)

Franz Schubert- Trio nº2 (segundo movimiento)

Franz Schubert- Fantasía para piano a cuatro manos en fa menor

Franz Schubert- Quinteto para cuerdas en Do mayor (movimientos primero y segundo)

Franz Schubert- Octeto (tercer movimiento)

Felix Mendelssohn- Octeto de cuerdas (primer movimiento)

Robert Schumann- Quinteto con piano (cuarto movimiento)

Johannes Brahms- Cuarteto con piano nº1 (tercer movimiento)

Johannes Brahms- Quinteto con piano (tercer movimiento)

Max Bruch- Melodía rumana (de “8 piezas para viola, clarinete y piano”)

Antonin Dvorak- Quinteto con piano (primer movimiento)

Cesar Franck- Solo de piano con acompañamiento de quinteto

Joaquín Turina- La oración del torero

Claude Debussy- Pour la danseuse aux crotales (de “Seis epígrafes antiguos” para piano a 4 manos)

Claude Debussy- Cuarteto de cuerdas (tercer movimiento)

Francis Poulenc- Sexteto para piano y quinteto de viento (tercer movimiento)

Anton Webern- Movimiento lento para cuarteto de cuerdas

Bela Bartok- Cuarteto nº4 (cuarto movimiento)

Bela Bartok- Sonata para dos pianos y percusión (tercer movimiento)

Aram Khachaturian- Trio para clarinete, violín y piano (tercer movimiento)

Dimitri Shostakovich- Trio nº2 (cuarto movimiento)

Dimitri Shostakovich- Quinteto con piano (primer movimiento)

Dimitri Shostakovich- Vals para flauta, clarinete y piano

Serguei Prokofiev- Obertura sobre temas hebreos para clarinete, piano y cuarteto de cuerdas

Samuel Barber- Cuarteto de cuerdas (segundo movimiento)

Astor Piazzola- Primavera porteña

Oliver Messiaen- Cuarteto para el fin de los tiempos (séptimo movimiento)

Alfred Schnittke- Quinteto con piano (quinto movimiento)

Etiquetado en
Para seguir disfrutando de Santiago Galán
Una década de música (2010-2019): las 100 mejores canciones
Termino mis resúmenes sobre la música de los últimos 10 años compartiendo...
Leer más
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *