Arquitectura: Tratados, lenguajes, experiencias

 

Andrea Palladio I Quattro Libri Dell’architettura (1570)

 

 

Los trescientos cincuenta años, que transcurren entre la publicación del texto de Leon Bautista Alberti  ‘De re aedificatoria’ (1452) y el de Claude-Nicolas Ledoux ‘La Arquitectura’ (1804), componen un marco temporal, estilísticamente homogéneo y con cierta unidad formal de lenguajes. Marco temporal adoptado por Dora Wiebenson para desarrollar la tesis de su trabajo sobre los ‘Tratados de Arquitectura’. Marco temporal avistado, que actúa como proemio de la Modernidad que se teje en el siglo XIX y estalla en el XX.

 

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Marcando esa temporalidad adoptada del siglo, XV al XIX, que lo que vino después de la Revolución Industrial, escaparía a ese relato de la uniformidad estilística que habría arrancado en el siglo I A.C. con ‘Los diez libros de arquitectura’ de Vitrubio, fundamento normativo de buena parte de la Arquitectura Occidental. Tan evidente resulta el salto experimentado en ese periodo, que Emil Kaufmann, publicaría en 1933 su reflexión llamada como ‘De Ledoux a Le Corbusier. Origen y  desarrollo de la arquitectura autónoma’, que deja ver tanto un antes como un después. El antes que precede a Ledoux, fija el periodo de ‘Unidad estilística’ y de ‘Coherencia formal’ que emergería del conceptualizado como ‘Lenguaje clásico’ por Summerson. El tramo, ‘Durante Ledoux-Le Corbusier‘, fijaría el nacimiento de la ‘Autonomía disciplinar’; momento coincidente en las Artes Plásticas con la ‘Perdida del Aura’ fijada por Walter Benjamin. Para desembocar en el ‘Después de Le Corbusier’, que marcaría desde 1923, con la publicación de ‘Vers une architecture,’ todos los derroteros del siglo XX; ya con la colisión de Vanguardias Artísticas y Movimientos Sociales.

 

 

En esa visión del universo de la tratadística de arquitectura, que es tanto como decir del pensamiento teórico-práctico sobre la disciplina, había experimentado una fuerte acumulación en dos entornos históricos notables. Tales como el siglo XVI y el XVIII, coincidiendo con la fase tardía del Renacimiento y con los postulados de la Ilustración. Planteándose con posterioridad al último ámbito citado, el declive tratadístico señalado por Joaquín Arnau. De tal suerte que lo que con anterioridad había sido concebido como Tratado; en el XIX adopta la forma más abreviada y subjetiva  de Ensayo; casi una Querelle. Para concluir, finalmente, y ya en el siglo XX, con la voluntad del Manifiesto, que tiene un registro de Proclama de indudable valor político.

 

I quattro libri dell'architettura (1790)
I quattro libri dell’architettura (1790)

 

 

De todo ello, de toda la evolución de la Teoría de la Arquitectura, deducimos el peso de la palabra en todos sus antecedentes. En la mayoría de los Tratados históricos, cuenta más el relato de hechos, cosas, disposiciones y materiales, que la visualización de sus resultados finales. Como si la Arquitectura fuera, o hubiera sido, más Lenguaje Hablado o Escrito, que Lenguaje Visual y Disposición Material. Frente al Pasado Escrito, el Presente Formalizado; frente al Pensamiento, la Imagen. Con la anotación señalada por Bruno Zevi en 1948, con ´Saber ver la arquitectura’. Lo que cuenta en la Arquitectura no es ya el ‘Promenade architecturale’ de Le Corbusier de los años veinte, sino  el ‘Espacio interior‘. Y la forma de conocerlo es a través de la Experiencia del mismo. De aquí que Ernesto Rogers, denominara su libro de 1958 ‘Experiencia de la Arquitectura‘.

 

Vitrubio

 

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