Algunos libros fabulosos para 2018 –y para 2019, y para 2080-

Irene Vallejo

Soy de los que creen que las listas de libros merecen ser salvadas, pero sólo si su contenido es subjetivo. Es lógico: si los actos de leer y de escribir son eminentemente íntimos, ¿por qué la asepsia de la objetividad iba a ser la razón vertebral a la hora de recomendar libros? Sólo me permito un criterio siempre objetivo a la hora de seleccionar mis propuestas: que los textos que recomiendo estén bien construidos y su contenido goce de una intachable calidad literaria. La otra cuestión es que deben ser obras que me hayan fascinado. Tal es el caso de la lista de libros que les sugiero.

Ya les adelanto que tanto las publicaciones como sus autores son excelentes y, como de esto estoy totalmente convencido, sé que si apuestan por ellos les van a encantar tanto como me han encantado a mí. También les advierto que no se trata necesariamente de libros publicados este año. Aquí va mi modesta selección para 2018, igualmente extensible para 2019 como para dentro de sesenta años. La buena literatura siempre perdura sobreviviendo a los vaivenes del tiempo y de la historia frente al olvido. Permítanme creer que estos libros, si bien algunos ya lo han hecho, lo harán.

1. Algo clásico a la par que moderno: ‘El silbido del arquero’ y ‘Alguien habló de nosotros’, de Irene Vallejo. [Editorial Contraseña, 2015 y 2017, respectivamente].

Vayan acostumbrándose a este nombre. Irene Vallejo. Van a verlo repetido muchísimas más veces en el futuro inmediato. No sólo entre mis letras, donde espero comentar más profundamente estas dos joyas de obras que les recomiendo, sino porque no nos encontramos ante dos libros afortunados, sino ante una escritora rabiosamente excelente, vertiginosa en el pulso narrativo, sagaz como pocos escritores he leído hasta el momento. Para empezar, diré que Vallejo tiene la extraordinaria virtud de controlar el tiempo narrativo. Este aspecto es uno de los más complicados a la hora de escribir. Un relato, en bruto, en su idea abstracta, puede mostrársenos fabuloso, pero si nuestras manos son torpes a la hora de escoger las palabras adecuadas en el instante preciso y adelantamos acontecimientos, o nos perdemos por las ramas mediante descripciones innecesarias, o incluso pecamos de frívolos, otorgándole poco valor a hechos narrativos que hubieran convertido el texto una buena obra, entonces esa historia no alcanzará su verdadero potencial y el libro será decepcionante. Irene Vallejo es maestra a la hora de escoger el momento y el contenido adecuado para cada escena de sus relatos. Si a ello le sumamos una sensibilidad cuidada y una capacidad para sumergirse en la historia que nos desea contar tan honda que es capaz de trasmitirla con una vivacidad y una pasión abrumadoras, lo que tenemos es a una de las mejores escritoras de nuestros tiempos. Tal es el caso de nuestra autora.

 

 

Por sus obras la conoceréis. Deslumbró y cautivó a sus lectores con ‘El silbido del arquero’, novela en la que se aventura a rescatar la ‘Eneida’ de Virgilio de la lotófaga memoria de los tiempos mediante una prosa clara, pulcra, susurrante, inquietante y capaz de mantener el original pulso poético de una manera magistral. Para mayor gloria, su estética ligeramente postmoderna distancia ambos libros y se permite, además, introducir como personaje al atormentado Virgilio, quien se ve atrapado en la vorágine de la deslumbrante Roma de Augusto y en la obligación de contentar al emperador con un poema digno, nada menos, del inigualable Homero. No es una novela epopéyica, de amor o de aventuras, ni tampoco excesivamente juguetona con su taimado cariz metaliterario: es todas estas cosas y es, en esencia, una revisión de nuestra propia naturaleza humana, de nuestras inquietudes, de nuestros temores, de nuestras tribulaciones, de nuestras pasiones y de nuestro estar en el mundo. Con una estudiada selección de las palabras, Irene Vallejo consigue hilar una novela enloquecedoramente agradable de leer que hará las delicias de quien elija embarcarse en ella.

 

 

Pero aquí venía a hablar también de otra maravilla. ‘Alguien habló de nosotros’ recopila una selección de las exquisitas columnas que Irene Vallejo lleva escribiendo cada lunes a lo largo de los últimos años en la contraportada del periódico ‘Heraldo de Aragón’. Vallejo ama las palabras, pero además ama la cultura clásica, que nos explica como sociedad y de la que procede nuestra forma occidental de mirar y concebir el mundo, de la que ella es experta. Sin embargo, Irene vive en el presente, no anclada en la suspirosa memoria de la antigüedad. Consciente de que ningún tiempo pasado, ni presente, ni seguramente futuro fue, es ni será necesariamente mejor, y sabiendo que el ser humano, en su naturaleza tanto individual como social, es perenne, rastrea con su meticulosa capacidad de reflexión y análisis los detalles y las inquietudes que tejen los textos de los autores clásicos para enhebrarlos con los de siglos posteriores hasta desembarcar en las alegrías y en las preocupaciones de nuestros días. Tenemos, en conclusión, un conjunto de breves textos periodísticos que no abandonar a más de un metro de distancia de nosotros, para poder leer una pieza en cada momento que nos apetezca. Un sereno regalo para el intelecto que no pueden dejar de concederse en estos tiempos de estupor moral y habitual ausencia de sentido crítico.

2. Algo olvidado: ‘Socialismo año 2000’, de Yoël Lana-Renault. [Editorial Heraldo de Aragón, 1984].

Se trata de una recomendación ochentera, pero que todavía sigue teniendo plena vigencia en nuestros días. Yoël Lana-Renault, especialista en física teórica y buen conocedor del mundo de la economía y de la empresa, donde ha trabajado durante buena parte de su vida, escribió en 1984 este híbrido entre estudio matemático y ensayo que debería leerse en todas las facultades de Filosofía, Matemáticas y Economía del mundo. Es un libro apabullante, absolutamente singular, alejado del discurso analítico-especulativo que suele rodear a los ensayos económicos y políticos. Porque como digo, Yoël no escribe un ensayo, sino que analiza la realidad social de su momento histórico a través de su formación matemática y determina la naturaleza misma del sistema económico, sin clichés ni estereotipos ideológicos ni académicos.

Con mayor o menor certeza, entre sus virtudes más destacables adelanta la idea de la renta básica universal encajada de una manera indiscutiblemente elegante dentro de su desarrollo analítico y matemático, apela a la necesidad de edificar un ajuste de impuestos para el buen funcionamiento del Estado y, por citar una tercera idea entre las muchas que se desarrollan a lo largo del libro, apuesta por la libre movilidad de los trabajadores a nivel laboral, pero eso sí, con unas garantías empresariales y estatales que aseguren unas tasas de desempleo siempre ínfimas, sin que todo ese proteccionismo social afecte negativamente al erario.

Hacia el final del libro, el autor se permite una de las reflexiones más interesantes que he leído hasta el momento sobre la cuestión territorial y que, por supuesto, no les voy a desvelar aquí. Se trata, por tanto, de un libro muy didáctico, de mirada limpia y nada convencional, que rompe con las habituales disertaciones académicas sobre la cuestión de la organización económica de nuestras sociedades. No se asusten por su carácter matemático: una simple lectura atenta del libro impedirá que les surja la menor duda acerca del significado de la maraña de cálculos que en él se exponen, pudiéndolos seguir sin complicaciones.

 

 

 

3. Algo familiar: ‘Postales coloreadas’, de Ana Alcolea. [Editorial Contraseña, 2017].

Seguramente ya conocerán a Ana Alcolea por la destreza narrativa que demuestra en sus novelas y relatos infantiles. Algo más desconocido es en su talento para narrar historias “para adultos” -si es que existe esta diferencia de forma tan marcada, cosa que yo no considero exactamente así-. Alcolea es una autora íntima, poco canónica, muy suya. Y esto es maravilloso: la literatura es un arte libre y puede aspirar a alcanzar su máximo nivel de expresión y belleza cuando el autor no se ve condicionado a escribir sobre algo y de una determinada manera. Así escribe nuestra autora: de los temas que le obsesionan, según su estilo y guiando al lector a dónde quiere llevarle. Y lo hace estupendamente, de una manera magistral.

Mediante ‘Postales coloreadas’ rescata esta faceta suya más desconocida que tuvo un estupendo precedente en ‘Bajo el león de San Marcos’. Se trata de una novela en la que la autora bucea en su familia, rebusca entre sus recuerdos –en ocasiones encarnados en objetos que ha conseguido conservar- y rellena los vacíos que los relatos contados en la intimidad del secreto familiar no son capaces de sortear. Al final queda una apasionante historia de personas que cometen errores, se marcan aciertos y, sobre todo, deambulan por el mundo sin saber muy bien qué clase de terreno están pisando. Las acciones de los personajes se entrecruzan y condicionan a unos y a otros hasta derivar en su presente, en la propia vida de la autora, la narradora (condicionada) casi universal.

Se trata, por tanto, de una narración tranquila en la que sentirnos reflejados en el recuerdo de nuestras propias postales coloreadas, las que todos guardamos de nuestros antepasados en algún armario o antiguo álbum de fotos.

 

Ana Alcolea

4. Algo inquietante: ‘República luminosa’, de Andrés Barba. [Editorial Anagrama, 2017].

Andrés Barba siempre es una apuesta segura. Autor de numerosas novelas, ensayos, libros infantiles y también de un libro de poemas, cuenta con una trayectoria bien consolidada, y no es para menos. Barba emana elegancia en su escritura, concreción en su narración y pulcritud a la hora de elegir las historias que desea contarnos. Esta última propuesta del escritor madrileño viene, además, con el reconocimiento de haber sido galardonada con el Premio Herralde de Narrativa.

La primera ventaja que le encuentro es que se trata de un libro de estructura breve, es decir, sin petulancia, certero en sus palabras. Su narración es sencilla, directa, hermosa, una demostración de que se puede (y se debe) escribir historias vibrantes puliendo y mimando las palabras y las escenas escogidas y mediante un control absoluto del tiempo narrativo. Pero Barba nos ofrece, además, una buena historia (la de 32 niños que desembarcan de la noche a la mañana en las costas próximas a una ciudad, San Cristóbal, poniendo la vida de los sancristobaleños y de toda la nación patas arriba) bajo un pulso filosófico inquietante. Es una historia arrolladora, con un ligero toque policíaco, que logra profundizar en los límites entre civilización y barbarie sin asediar al lector con proclamas y moralejas ajenas al propio relato, ni caer en la narración de una historia plana, sin profundidad en su contenido. Una novela para reflexionar y disfrutar a partes iguales.

 

Andrés Barba

5. Algo íntimo: ‘Libro huérfano’, de Carmen Aliaga. [Olifante Ediciones, 2017].

Dicen que la poesía suele ser un género complicado para buena parte de los lectores, pero yo, al menos, considero que no es así. Sí creo que la poesía es un género especialmente exigente, que necesita de una sensibilidad muy desarrollada para ser disfrutada en su lectura y, todavía mayor, para ser escrita sin sucumbir en la cursilería y en los versos de rigor adolescente.

Pero lo cierto es que si el lector hace el esfuerzo y se echa a los caminos de la poesía acabará encontrando una patria inesperada de la que sentirse ciudadano universal. Porque la poesía se disfruta, se aprende a apreciar y a amar, a que te zarandee, unas veces con suavidad, otras veces con más violencia, los adentros. Es el caso de este libro tan luminoso como eclipsado, terráqueo y etéreo al mismo tiempo. Carmen Aliaga deambula en la orfandad de la vida y de los sentimientos acumulados que, como hijos nonatos, va dejando pétreos con el paso del tiempo. Lo hace de una manera tan discreta como potente. Carmen es una poeta llena de sensibilidad y con un enorme control del vocabulario, escogiendo siempre la palabra adecuada para cada lugar del poema. Mima cada verso, pule cada estrofa, los encaja con delicado cuidado en las entrañas del poema con precisión de relojero. Al final nos ofrece a los lectores un libro dulce, intenso, placenteramente reconfortante, en el que poder encontrarnos a nosotros mismos a través de sus versos. Un libro que no se pueden perder de ninguna de las maneras.

 

Carmen Aliaga

Tres propuestas más: ‘La leyenda de las mareas mansas’, ‘Breviario de campaña electoral’ y ‘Poema de Gilgamesh’.

‘La leyenda de las mareas mansas’ [Irene Vallejo & Lina Vila, Editorial Comuniter, 2016].

Una maravilla de cuento infantil que no se pueden perder. Ya he hablado antes de Irene Vallejo y su destreza literaria, pero si a ello le suman las delicadas acuarelas de la extraordinaria pintora Lina Vila el resultado es un libro fascinante.

‘La leyenda de las mareas mansas’ rescata la fábula de Ceix y Alcíone recogida en las ‘Metarmorfosis’ de Ovidio. Con una sensibilidad desbordante, manteniendo el pulso narrativo y una permeabilidad inaudita entre las características del relato escrito y las de la oralidad de las narraciones antiguas, este cuento permitirá disfrutar a adultos y a niños por igual. Además, su formato en tapa dura, la calidad de su papel y las exquisitas acuarelas con las que Lina Vila entrelaza el relato de su compañera de viaje literario lo hacen especialmente cómodo para ser leído en voz alta y en solitario, leyendo sólo las palabras, imaginando el relato a través de las acuarelas o combinándolas al paso de la páginas. Una maravilla que no dejará indiferente ni a niños ni a adultos.

‘Breviario de campaña electoral’ [Quinto Tulio Cicerón, Editorial Acantilado, 2003].

Quinto Tulio Cicerón le escribió este brevísimo breviario (valga la redundancia) a su hermano Marco a modo de guía y consejo para que consiguiese bregar entre las turbias y peligrosas aguas de la política romana de la época republicana. Marco Tulio Cicerón optaba por primera vez a ser cónsul, el mayor cargo de Roma, y se enfrentaba a rivales muy consolidados en las relaciones de poder. A través de sus escasas noventa páginas en la edición de Acantilado, con tipo de letra grande y agradable de leer, podrán ir comparando mentalmente los escenarios electorales, políticos y sociales de la civilización romana del 64 a.C. con los de la actualidad, y trazar interesantes y sorprendentes comparaciones. Un libro que, además de entretenido, nos permite concebir nuestra democracia y nuestro Estado de Derecho actuales como unas conquistas más etéreas, vislumbrando la fragilidad intrínseca de nuestra civilización y la necesidad de defender nuestro orden político mediante la puesta en práctica de la ética.

 

 

Poema de Gilgamesh’ [diversas ediciones en papel y también en electrónico].

Imaginen a un hombre que lo tiene todo. Rey supremo de la mayor nación de su mundo, avasallador de sus súbditos, codicioso, capaz de llegar al extremo de desafiar a los propios dioses. Su descaro es tal que se permite rechazar como amantes a diosas capaces de despertar el deseo frenético en cualquier hombre, bajo el argumento de que tenían demasiados hombres en su agenda, o de derrotar a la mismísima diosa de la vida cuando, como castigo por su insolencia reiterada, le envía a un hombre robusto e incivilizado para provocarle el caos en su nación y destronarle, y resulta que nuestro rey logra civilizarlo y convertirlo en su amigo más íntimo y en un aliado valiente en el combate y la aventura.

Aunque a la ‘Odisea’ suene es anterior a ella. De hecho, se sospecha que, quizás, Homero recibió ecos de la herencia de esta historia que se propagó por toda la tierra conocida, al este del mediterráneo. El ‘Poema de Gilgamesh’ es el primer poema épico que conocemos. Fue escrito delicadamente en frágiles tablillas de arcilla hace más de 4.000 años, en la antigua Mesopotamia. De una elegancia y candor poético hipnótico, el poema narra las aventuras de Gilgamesh, rey de Uruk, un hombre despótico, narcisista y humano, tremendamente humano, como pocos otros que conozcamos por los relatos antiguos. Les recomiendo que se embarquen en esta belleza múltiplemente publicada en diversas editoriales y formatos. Disfrutarán, se sentirán en la piel del cambiante Gilgamesh y, como él, se aventurarán en busca del último gran desafío del poema: ansiar el don de la inmortalidad, sólo en manos, hasta entonces, de los antediluvianos y de los dioses.

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