Urtain, derrota en el combate de la vida
España miraba al cielo aquel mes de julio de 1992. Concretamente, al cielo de Barcelona, por el que volaba la flecha lanzada por Antonio Rebollo desde el centro del estadio olímpico, camino del pebetero que anunciaba el inicio de los que fueron llamados los mejores Juegos Olímpicos de la historia moderna. Aquello sucedió en la noche del 25 de julio. Cuatro días antes, el protagonista fue el azul de Madrid. El 21 de julio de 1992, un cuerpo volaba cielo abajo el madrileño verano en el barrio del Pilar.
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