Javier Saiz Caurin
(Cuenca, 1990) menciona un solo equivalente del bar, la librería. Luego del estadio, el pupitre, el libro y la portería. Claro que, entretanto, él y la Filología Hispánica se estudian desde los tabiques de la Universidad Complutense de Madrid. Y después está su verdad: ha combatido por ser calificado de 'maudit', 'dandi', y entre Lowry y Baudelaire se queda con Bolaño. Casado con la poesía, domina el disparo de todos y cada uno de los rifles que el tardoadolescente Rimbaud, tras concluir su obra, intercambió en el Cuerno de África. Despedido tras recitar versos de Auden a las clientas, se empeñó varias semanas en una mercería de Tarancón.