Una cuestión de amor propio
Conrado Velarde siempre quiso ser bombero. A pesar de su metro cincuenta de escasa arquitectura, a pesar de ser escurrido de carnes, y de…
Me llamo Juana Pinés Maeso y vivo en Ciudad Real. Siendo niña empecé a juguetear con las palabras sobre una página en blanco. Mis lecturas precoces de Víctor Hugo, Esquilo, Máximo Gorki, Voltaire, Amado Nervo, Zilahy, Gheorghiu y otro sinfín de escritores “para adultos” me despertaron a un mundo de emociones en el que me propuse entrar, aunque fuera por la ventana. De ese modo empecé a contar mis propias historias. Cuentecillos inocentes que, desde luego, no estaban destinados a los niños, porque llevaban un trasfondo social que había aprendido de mi propio padre. Más tarde empecé a escribir poesía en defensa propia, como una forma de liberarme de un dolor lacerante. Ahora, transcurridos los años, aquel dolor se disolvió en el tiempo. Pero la poesía se ha quedado conmigo. Creo que para siempre.
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Almudena sacó del cajón del escritorio un puñado de folios amarillentos. Se los acercó a la cara y aspiró con fruición aquel olor a…
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