Muriendo bajo la lluvia
“La lluvia empapaba las medias arañadas de “carreras” que surcaban de un lado a otro sus piernas. Las gotas rebotaban sobre sus zapatos rojos…
Nació de su propio exilio en el año 1975. Pintor en excedencia, aparcó los pinceles y los tubos oleicos en beneficio de la conjunción palabrera, a la que dedica su inspiración cuando la esclavitud horaria y los compromisos económicos de todo ciudadano alquilado se lo permiten en Vigo, ciudad donde da rienda suelta a su animadversión psedoartística, la fumigación del intrusismo de los temporeros literarios y al cultivo novelístico y poético extensivo, cuyo primer fruto desapercibido fue parido con el título de Recuerdos de la cisterna. Corredor de fondo y colonoisquémico, este sexador de palabras se declara nostálgico de las noches eternas y los cafés con vaso de agua de Manuela Malasaña. Hoy en día supervive con un contrato indefinido y saca brillo a su buzón en el paraíso tornillero, a la espera de una carta donde un editor visionario lo acepte como novelista en cartera.
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Se llamaba Gibson Lespold y tocaba la trompeta. Era un tipo feo y sin embargo elegante. Distinguido. Las persianas de su apartamento no se…
El hombre del espeso bigote metió la Beretta en la guantera y dio por terminada la limpieza de los asientos color crema de su…
In memoriam Antonio Álvarez Álvarez Sin explícitamente buscar un comienzo (agresivo) de un texto (agresivo), quizá muchos no sepan lo que significa escribir en…
No me importa morir. Ahora me refiero. Ahora mismo. No me importa que este tipo me venza ahora con este golpe y muera….
Julio Cortázar tenía por costumbre escribir de una forma desperdigada, anotando lo que le pasara por la pluma en un cuaderno o en cualquier…