Fidelidad es no querer follar con otros.
Pero también es:
no querer decirle a nadie palabras más bonitas de las que a ti te digo.
Es:
no querer escribir poesía para nadie que no seas tú, y tampoco dedicarle a nadie las poesías de otro, porque siento muy en el fondo que todas hablan de ti. De nosotros.
También es:
no dejar libertad a mis dedos para que le escriban a nadie cosas más bonitas de las que a ti te escribo. Ni consolar a nadie con tanto cariño como a ti te consuelo, porque cuidar de ti es como cuidar de mí. De nosotros.
Fidelidad es:
No querer correrme en las manos de nadie que no sean las tuyas. Y que no respondan al tacto del papel mis dedos si no es para dirigirte a ti mis palabras.
O para metértelas dentro.
Las palabras con los dedos, digo. Que las llevo ahí adheridas.