(Ciudad Real, 1951). Convencido, como está, de que entre la Arquitectura y la Escritura existen nexos comunes, se propone tantearlos y contarlos. Límites que son los mismos que van del Espacio al Tiempo, y por ello se esfuerza a ‘la Einstein’, en la indagación de esos
enclaves, tan absolutos como relativos. Aunque sepa que toda piedra
levantada a cualquier divinidad, no deja de ser un acto dictado por el Espacio; de igual forma que toda traza de línea escrita, no revela más que la solvente dictadura del Tiempo.