‘Phthonía’ en Salamanca

En la película Troya, de Wolfgang Petersen, tiene lugar el siguiente diálogo entre un presunto Aquiles americanizado y Briseida, la troyana de familia real que Agamenón pretende arrebatar de las manos del héroe y que vivía recluida como una virgen en el templo de Apolo: Te contaré un secreto, algo que no se enseña en tu templo: los dioses nos envidian. Nos envidian porque somos mortales, porque cada instante nuestro podría ser el último. Todo es más hermoso porque hay un final. Nunca serás mas hermosa de lo que eres ahora, nunca volveremos a estar aquí…

En realidad, más que un diálogo, sólo Brad Pitt habla, y ella, como buena comparsa, escucha. Por muchos motivos, aquel filme de 2004 resultó infiel a la homérica Ilíada y recibió por ello duras críticas, pero puedo asegurar que a los adolescentes les encanta, y no sólo por la oportunidad de contemplar el codiciado trasero de Brad. Sin embargo, ese concepto, “la envidia de los dioses”, que no figuraba en el poema original, creo que está bien insertado allí. Existe, en efecto, esa idea en la mitología griega de que los dioses envidian, después de todo, a los hombres, puesto que en la vida eterna no son posibles grandes apuestas ni se juega nada definitivo. De hecho, la señal de reconocimiento de la divinidad en la Grecia antigua es la metamorfosis, como glosó Ovidio, porque los dioses no alcanzan jamás a ser algo definido, y por eso cambian constantemente, mientras que los humanos, con su muerte, sí. Morimos no porque hayamos nacido -los dioses también han nacido-, sino porque somos, y somos porque morimos (los dioses, en cambio, no-son, como todo el mundo sabe, y eso es justamente lo que hacía el primer existencialismo de la Rive Gauche que predicaba el no-ser: imitar a los dioses…) De ahí que Aquiles busque denodadamente la guerra, pese a que ha sido advertido de que va a morir joven. Joven, sí, pero siendo el gran Aquiles hasta el fin de los tiempos -ese punto de vista cambiará en la Odisea, pero esa es otra historia…

Bronzino corretto una volta__Bronzino corregido una vez, 2012

La Phthonía –que es el término en griego antiguo, proveniente de “mirar mal”, la envidia de los dioses, está bien acreditada, por ejemplo, en el libro I de la Historia de Heródoto, que no era precisamente un beato. En la película de Petersen, el subtexto de fondo es, en cierto modo, convergente: aquellos que ponen su fe en los dioses en vez de en la pericia humana pierden la batalla, y la pierden porque, de existir dioses, que en la película no aparecen, ellos están más de parte de perjudicar a sus peones humanos que de beneficiarlos. Una cultura cristiana como la nuestra no está en disposición de comprender esto, porque nosotros entendemos que Dios debe de ser sumamente bueno y misericordioso, lo que, para los griegos antiguos, sería clara muestra de que antropoformizamos a la divinidad, ya que pedimos que sea como nos conviene que sea para la salvación de nuestra alma. O sea, el mundo al revés, puesto que fueron los primeros cristianos los que acusaron al paganismo de antropomórfico…

Mi amigo Gabriel Díaz Romero está realizando una exposición este mes en Salamanca que me ha traído a la memoria todo esto. La titula La impostura, y tiene lugar en la Galería Benito Esteban. No diré aquí el porqué, ya que estropearía parte de la gracia, pero en ella Gabriel tematiza justamente la distinción entre los dioses y los humanos (a veces, también, entre los proto-humanos mitologizados y los humanos corrientes) por medio de una exhaustiva revisión de la prodigiosa historia de la pintura occidental. Casi me da risa pensar lo poco unamuniano de la visión de Gabriel alojada en la ciudad de Salamanca, Unamuno, que hubiese despotricado contra el culto a aquellos dioses que regateaban tan duramente su inmortalidad.

En cualquier caso, si alguien quiere pasarse por allí, descubrir el secreto, recrearse en el arte, sentirse algo envidiado de los dioses, y, de paso, darse un paseo primaveral por la cuna de los estudiantes, cuenta con mi más entusiasta recomendación.

 

*La exposición tiene lugar en la Galería Benito Esteban de Salamanca, calle Santa Clara, 5, desde el 11 de abril y hasta el 15 de mayo del presente año, de las 18:00 a las 21:00 de la tarde/noche excepto domingos y lunes.

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1 Comentarios

  1. says: gabriel

    Hola,
    fabuloso artículo de Oscar
    sólo comentar un pequeño detalle,
    observo que al pasar el ratón sobre las fotos aparecen con títulos distintos a los originales:
    Botticelli corretto una volta / Botticelli corregido una vez, 2012
    Bronzino corretto una volta / Bronzino corregido una vez, 2012
    Rubens gecorrigeerd tien keer / Rubens corregido diez veces, 2014

    respectivamente.

    Gracias y un saludo

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