Una canción, en algunas ocasiones, es un tiempo que atrapa el tiempo, que lo fija y a la vez salva la emoción de un instante que desde ese momento permanece por ahí para siempre, dando vueltas como el humo de algunos cigarrillos improbables que quizá solo se soñaron, pero que de pronto retornan como un sonido que quizá se escuchó y del que se ignora casi todo, pero que sin embargo nos pertenece desde siempre. Aunque no se conozca el idioma. Aunque Julia Stone fuera hasta hace poco solo un nombre entre los nombres que pueblan el infinito universo…
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