El tiempo resbalaba por la palma de la mano, formaba ríos de plata en las líneas del futuro y se fragmentaba en planetas brillantes, de muchos tamaños, que se alejaban muy rápido o se volvían a fusionar, dejando rastros de su peso, a su paso, que era suave como una medusa azul.
Hypérbole ha tratado de conectar edades, épocas, conocimientos, estéticas, estilos, paisajes, músicas, circunstancias o imágenes, unidas por el fino hilo del gusto por la buena vida, por la convicción de que una cultura inteligente ayuda a vivir mejor y que esto es compartido por muchos de los mejores ciudadanos del mundo. Hemos tratado de alegrar días o iluminar sombras, de mirar la vida con el ojo fragmentado del insecto de nuestros 30 colaboradores. Ellos son Hypérbole, junto con nuestros lectores, que han crecido este año de forma permanente, llenando de lucecitas muchas partes insospechadas del mapa del mundo. Gracias a todos. Bienvenidos al club. Comienza el año 2.
* Las imágenes que acompañan este texto son del fotógrafo Hugo González Granda.