La línea azul avanzaba perezosa, deteniéndose en algunos momentos, dando saltos otros. El médico retiró la mirada de la pantalla y sonrió levemente. “Ya se sabe lo que pasa a veces con estos aparatos, son lentos y se cuelgan”, quiso decirle con un gesto amable para sobrellevar la espera. El hombre sentado frente a él le devolvió una media sonrisa algo azorada que trataba de ser cordial a la vez que buscaba algo que hacer con las manos, que al final entrelazó sobre una de sus rodillas. Sonó el teléfono y mientras el médico respondía observó como la línea azul alcanzaba su destino y desaparecía. De pronto, contempló la vida como una línea que crece imperturbable hasta perderse y le inquietó pensar en la proporción del segmento que representaba los años de su vida, en lo que podría faltar para el fin.
Tras la línea azul apareció una línea roja más ágil, más ligera, que casi se precipitó hacia el final. Colgó el teléfono y la pantalla quedó en negro, lo que le hizo sentir una punzada de inquietud que le sorprendió. Era el final de la mañana, una consulta más. La imagen apareció de golpe creando una realidad nueva, inmediata, en blanco y negro.
La mañana todavía era soleada y sonaban a lo lejos las voces de los niños de un colegio próximo, el pitido afónico de los claxon, el ronroneo dulce de la vida. Tenía que ir al colegio a buscar a su nieta y casi llegaba tarde. Luego unos amigos lo esperaban para tomar un aperitivo en el bar. Miró el poster de la pared y pensó en la primera vez que había visto “Casablanca”, en los sueños de entonces que vagaban errantes, como el humo de un cigarrillo. Pero ya la imagen amenazaba el tiempo cuando el médico comenzó a hablar. Y algo le hizo sentir miedo.
* Ykonos es el programa por el que podemos ver las radiografías en el ordenador los médicos de familia de Castilla La Mancha. Tarda en cargarse un tiempo variable y el progreso se indica por una línea azul que va creciendo. Luego aparece una línea roja más rápida. Tras unos instantes con la pantalla en negro, aparece, por fin, la imagen radiológica.
Miedo a lo desconocido; ya sea interior como exterior. Miedo a la técnología que retrata y ahonda sin preguntar. Miedo a las esperas sin fín. Miedo a los finales y a los precipicios. Miedo a recordar, a mirar y a ser mirado. Todo eso ¿lo esconde un buen recuerdo?
muy bueno, tío… vas creciendo, acabarás poeta