La mayoría de autores con un enfoque evolucionista consideran que la moral es un instrumento para la cooperación. Pero hay dos voces discrepantes, las de Robert Kurzban y Peter DeScioli que defienden que es un instrumento para tomar bando, es decir, para resolver un problema de coordinación. Suena parecido pero no lo es.
Según Kurzban, la pregunta que hay que responder en el problema de la moralidad es:
“¿cuál es la función de los sistemas psicológicos que hacen que los humanos juzguen erróneas algunas acciones? ¿Qué ventaja obtuvieron nuestros antepasados al emitir estos juicios? ¿Para qué sirve la condena moral?”
Para intentar responder esta pregunta Kurzban considera que hay que explicar varias características muy importantes de la moralidad. La primera es ésta: Los juicios morales no son consecuencialistas. Es decir, el hecho de que una acción se considere incorrecta no depende únicamente de las consecuencias previstas de la acción. Esto se ve muy bien en el dilema de los tranvías: está bien matar a un hombre para salvar a 5 desviando una aguja de las vías pero está mal matar a un hombre tirándole directamente la vía para parar un tranvía que va a matar a 5 personas. Si los juicios morales sólo tuvieran en cuenta las consecuencias los seres humanos seríamos utilitaristas y juzgaríamos igual estos dos casos del dilema de los tranvías.
La teoría de la moralidad como cooperación no puede explicar esto, según Kurzban. Si el objetivo de la moralidad fuera la cooperación y el mayor bien posible para todos los implicados, entonces sería consecuencialista. Este no consecuencialismo sería un problema para las teorías que ven la moralidad como cooperación.
La segunda característica importante de la moralidad es que cuando la gente juzga que una acción es mala, simultáneamente, tiene el deseo de castigar a la entidad que comete esa acción. La gente que piensa eso puede que no esté pensando en castigar ella misma pero sí quiere que el que ha hecho algo malo sea castigado.
La tercera característica más importante del juicio moral es que casi siempre hay una víctima. En una investigación de los colegas de Kurzban, descubrieron que la gente casi siempre afirma que hay una víctima, incluso si se crea una viñeta en la que es difícil encontrar una, como la blasfemia o la masturbación. El sistema de juicio moral parece querer una víctima.
Por último, una característica clave de la moralidad es que a lo largo del tiempo se ha moralizado una amplísima gama de acciones. Esto incluye acciones dañinas, como la agresión y el asesinato, acciones inofensivas, como bailar o no cubrirse el pelo, y, lo que es más importante, acciones mutuamente beneficiosas y consensuadas, como en el caso de los hermanos de la viñeta de Haidt que tienen sexo incestuoso consensuado o, a mayor escala, prestar dinero a interés.
Analizado todo esto, Kurzban propone que una teoría que explica todo lo que necesita ser explicado es que la moralidad sirve para tomar partido en una disputa o conflicto:
“De la misma manera que mantener la mano alejada del fuego es beneficioso para la salud, también lo es evitar estar en el bando perdedor cuando estallan conflictos en un grupo social.
Este problema de adaptación es único -más o menos- para los humanos y muy importante. La razón es que los humanos, a diferencia de otras especies, pueden coordinar a un gran número de individuos no emparentados, formando coaliciones tanto ad hoc como permanentes que pueden hacerse daño mutuamente. Históricamente, las grandes coaliciones han sido las que más daño han hecho, por lo que es mejor, desde el punto de vista físico, estar del lado de todos los demás.”
Una forma intuitiva de resolver esos conflictos sería tomar bando usando la lealtad, es decir poniéndote de parte de tus familiares o amigos, pero esto tiene muchos problemas, como que se entra en venganzas interminables o en que si un amigo sabe que cuenta con tu lealtad te puede meter continuamente en conflictos porque sabe que le vas a ayudar. Así que la forma en que los seres humanos han resuelto este problema de coordinación, según Kurzban, es identificando de antemano una serie de acciones que se moralizan (robo, asesinato, etc…) y se consideran malas y el grupo se pone en contra de la persona que las haga (independientemente del parentesco, amistad, etc.). De esta manera terceras personas podrían tomar partido con menores costes para todos.
Es importante señalar algunos aspectos de este punto de vista.
“Lo más importante es que no importa cuáles sean las acciones que se moralizan. Los terceros resuelven un problema de coordinación, no de bienes públicos. Mientras todos estemos de acuerdo -todos coordinados en las acciones-, todos obtendremos los beneficios de estar en el mismo bando. Es decir, no necesitamos prestar atención a las consecuencias, lo cual espero que nos suene familiar. El juicio moral no es consecuencialista porque el juicio moral no está diseñado para provocar (buenas) consecuencias. Está diseñado para poner a todo el mundo del mismo lado.”
“La parte crucial de la moral es crear acuerdo, coordinar a la gente. Así, lo que se moraliza puede ser menos importante que quién lo moraliza.”
“Además, el sistema debe ser abierto. Tiene que permitir nuevas reglas. Como las culturas cambian y pueden surgir nuevos conflictos, debe haber una forma de acuñar nuevas reglas para que la gente pueda elegir bando cuando surjan novedades como los derechos de propiedad e incluso los derechos de propiedad intelectual. Esta apertura explica por qué hay tanta diversidad de normas morales. Junto con el hecho de que las normas no tienen por qué tener buenas consecuencias, este punto de vista también explica por qué hay tantas normas destructoras del bienestar que se acuñan y persisten.”
El punto de vista de la toma de partido explica también algunas cosas acerca del castigo porque no sostiene que el castigo sea para disuadir. “Por el contrario, el deseo de castigo es una señal para los demás de qué lado se está. Puedo señalar con la misma facilidad que estoy en contra del malhechor apoyando una severa reprimenda que exigiendo la tortura. Desde la perspectiva de un juego de coordinación, el único elemento que importa es la señal del deseo de algún castigo, sea cual sea. Esto tiene la desafortunada consecuencia de que la psicología humana está abierta a casi cualquier castigo por ofensas (aunque han surgido sistemas legales para poner restricciones a estos sistemas formales). Como el castigo se utiliza para señalar, cualquier cantidad de castigo puede servir, lo que ha tenido algunas consecuencias perversas.”
“El punto de vista de la toma de partido también explica por qué la gente pretende ser imparcial en sus juicios morales. No digo que lo sean. Digo que pretenden serlo.
Cuando un tercero afirma estar utilizando la estrategia de la toma de partido -elegir basándose en la moralidad, la acción que se llevó a cabo- está indicando a los demás que hagan lo mismo. Si otros terceros lo hacen, es bueno para el que toma partido. Sin embargo, si otros terceros creen que uno se pone de parte por la identidad de una de las personas implicadas en el conflicto -un familiar o un amigo íntimo-, esto es menos persuasivo para reclutar a otros terceros para el propio bando. Por lo tanto, casi siempre se pretenderá que se elige en función de las acciones y no de las identidades. (En el mundo real, hay muchos casos en los que la afirmación es, en el mejor de los casos, una pretensión, como ya he comentado en otro lugar).”
Mi opinión sobre esta teoría de Kurzban y DeScioli es que se solapa en buena medida con la visión de la moralidad como cooperación. Por ejemplo, esto que hemos comentado al final de que la moralidad tiene que ser abierta y tiene que haber un proceso de moralización para moralizar nuevas cosas y un proceso de a-moralización o des-moralización para desmoralizar otras, creo que lo explica igualmente la teoría de la moralidad como cooperación porque en la convivencia humana van surgiendo nuevos problemas de cooperación por cambios en las condiciones ambientales y ecológicas y hay que tomar una posición común. Las predicciones de ambas teorías en muchos aspectos me parecen muy similares. Y por ahí es por donde debe seguir la investigación, por analizar los datos y ver si se ajustan mejor a las predicciones que hace la teoría de la moralidad como cooperación o la teoría de la moralidad como forma de tomar bando. En última instancia tomar bando y coordinarse mejor se puede decir que es resolver un problema de cooperación.
Recomiendo a todo el mundo interesado en moralidad el Substack de Rober Kurzban Living Fossils.