El nuevo Superman de James Gunn

Robar ideas de una persona es plagio; robar a muchos es investigación.

Steven Wright 

A Superman le ocurre como al Rey Arturo, a Gandhi, al Capitán América o a José Luís Rodríguez Zapatero: que es tan perfecto él que resulta muy difícil encontrarle ningún interés. Sin embargo, creo, con la película aún sin estrenar en España y visto únicamente el tráiler (algún Román Gubern tendría que escribirnos el ensayo acerca de la táctica y estrategia del tráiler…), que el Superman de James Gunn se va cargar al de Zack Snyder, es decir, que va a ser su kriptonita negra. Muchos fans/frikis o frikis/fans odian a James Gunn, porque se descartó del As que tenía a la vista con Henry Cavill y se sacó este otro de la manga, David no-sé-qué, pero en mi opinión ha acertado de pleno. Porque Superman no es un personaje que se pueda frankmillerizar o alanmoorizar (dos genios absolutos, a los que quiero casi más que a mi pierna derecha, que es la buena), sino todo lo contrario: es una figura pop hiperhormonada que precisamente porque simboliza el éxito planetario del capitalismo blanco y hetero no podría nunca ser tan rígido y estirado 1 como Batman, ya que parecería soviético -el experimento narrativo se hizo, en el Superman: red son de Mark Millar. Y aquí parece que James Gunn ha acertado. El Superman de Snyder (a quien, por otro lado, tantos placeres debemos) fruncía el ceño en todas sus películas, era más serio que un cirujano, vestía de un azul sombrío, marítimo, también en los calzoncillos, dejaba morir tontamente a Kevin Costner y para como no era más que un remake del Superman II de Christopher Reeve, malosos incluidos. Que nos cae muy bien el bueno de Cavill, pero que le engañaron al pobre…. (lo cual, por otra parte, es una gran faena, porque Cavill no está dotado esencialmente para un papel dramático, a no ser que se haga otro remake, esta vez de De ratones y hombres , y eso no le iba a gustar). 

James Gunn

En cambio, el nuevo Superman de David no-sé-qué tiene perro, le vemos tumbado en una cama, le vemos cuestionado por Lois Lane, le vemos hecho un Cristo y le vemos haciendo humor. Se debe recordar que el primer y tercer Superman del elegante Christopher Reeve estaban repletos de humor, y que el de Cavill daba miedo en La liga de la justicia . Dar miedo no es la idea embrionaria de Superman, Superman consiste en ser tremendamente más poderoso que Trump, Putin y Musk y sin embargo imaginarse la dulce y vana fantasía de que alguien hiciera lo opuesto a Trump, Putin y Musk, como en el cómic en que se ha inspirado a Gunn, All-star Superman de Grant Morrison y Frank Quitely. Cierto que es un Superman melancólico, el de Morrison/Quitely, pero vuelve a haber monstruos gigantes, enemigos en gran número, salvar niños y la Fortaleza de la Soledad, es decir, los ingredientes precisos del Superman tontuelo de la Edad de Plata de DC cómics. Iba a añadir “como Dios manda”, pero aquí Superman es Dios, un Dios católico y no protestante como el de Snyder. ¿Por qué Superman es tan bueno, pudiendo someter al mundo en un abrir y cerrar de ojos? Es demasiado fácil responder: porque lo normal es que los poderosos como Trump, Putin, Musk y Lex Luthor sean lo que son, niños embriagados de sí mismos pero siempre necesitados de embriagarse todavía más. Sólo puede haber superhéroes en el imaginario colectivo allí donde reinan sin discusión los supervillanos. Por contraste, por jugar a soñar el mundo al revés, y porque los metahumanos son la Sombra – Der Schatten – jungiana de los tirarnos reales, y no al contrario. El propio Alan Moore diseñó este mismo Superman alegre, colorido, multiforme y con perro en su Supreme, y de ahí, me temo, lo tomó Grant Morrison. Además, es un Superman que pese a ello hace cosas de verdad, según el tráiler, como parar guerras y reverdecer campos (igual que en mi humilde apólogo). 

Así que sí, iremos a ver a este Superman Ultimate -con Tom Holland ha funcionado- que a veces vuela bizco, que ostenta una “S” de Andy Warhol y cuyos colores son más vivos. Promete destruir Metrópolis, como se propuso John Byrne en los ochenta. No es, sin duda, el Superman endiosado y crepuscular del Batman, II: The Dark Knight Strikes Back de Miller, pero tampoco el Superman rellenito (como el Spiderman rellenito de la Plaza mayor de Madrid) de Tim Sale y Jeph Loeb. Tengo que decirlo: el Superman de Cavill y Snider arriesgaba poco; este, en cambio, que tiene perro, lo arriesga todo. Y lo que arriesga es que seamos tan cínicos ya, vistos los tiempos que corren, que nos riamos de él. Servidor, ante esta “investigación” del Superman de la Edad de plata pienso al revés, pienso que a todos nos vendría bien de vez en cuanto la inocencia de un reboot … 

1 Por cierto, Berto Romero tiene razón, y el motivo por el que el mayor adversario del Joker es Batman es porque el Joker se parte el culo y Batman es un muermo… Excepto en la pluma genial de Frank Miller, claro. 

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