Un cuarto propio
porPaso un rato curioseando la mesa de trabajo de Antonio Muñoz Molina en esta foto que me llama desde las páginas de un viejo…
Conchi Sánchez artículos
Proust y el goce de la literatura
porCuando la acción de escribir se antoja equivalente a la de agarrar bien fuerte un pico y una pala para buscar palabras dentro de…
Octavio Paz, el arquitecto del instante
por«Cuerpos como ríos poderosos, o como montañas pacíficas, imágenes de una naturaleza al fin satisfecha, sorprendida en ese momento de acuerdo con el mundo…
Vivir a la manera de Sinatra
porHay muchas cosas que perdemos desde la infancia. Costumbres que dejan de tener sentido y que se quedan prendidas en épocas concretas, sujetas a…
Ulpiano Checa, el pintor madrileño que inspiró al gran Hollywood
porAtrapar el vértigo en plena carrera, el miedo en los rostros desencajados, la tensión de los músculos en unos brazos en alto, poder adivinar…
Paul Almásy, el fotógrafo de la felicidad cotidiana
porDio cinco vueltas al mundo, recorrió 1’3 millones de kilómetros en avión durante toda su vida; tenía un archivo fotográfico clasificado por países en…
Objetos que atraviesan el tiempo
porAlgunos objetos atraviesan el tiempo, saltan de una época a otra, de puntillas, atrapando las rutinas, metiéndose de lleno en las vidas de quienes…
Diez años sin el hombre de negro, Johnny Cash
porHay un orden establecido para algunas cosas. Reglas que no cambian, que el tiempo procura mantener. En esa lógica que nadie ha escrito y…
Pla y el mar
porSentarme sobre la arena, frente al mar, en su mismo límite, e imaginar que me encuentro sola delante de él, aunque esté rodeada de…
‘Ventanas sobre Manhattan’
por¿Cuántas ventanas hay en los edificios de Manhattan? ¿Desde cuántas perspectivas puede observarse el mundo? Antonio Muñoz Molina llegó a Nueva York en 1990…
Katharine Hepburn, la eterna ‘pelirroja’
porNo me convence la idea de recordar a alguien para conmemorar su muerte. Menos aún, si hablamos de un personaje con tanta fuerza, un…
«Lo. Li. Ta»
por“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres…