El mejor cine de 2014

Una vez más, toca hacer balance del año cinematográfico de nuestras carteleras. En esta ocasión, hemos disfrutado de una temporada llena de ofertas interesantes y muy equilibrada; entre enero y marzo llegaron los pesos pesados del 2013, y de septiembre a diciembre gran parte de los de 2014, de forma que cada semana hubo lo menos 2 títulos por los que mereciera la pena pagar una entrada. Eso, sin contar que incluso en verano hubo algo donde rascar, gracias a blockbusters decentes como Guardianes de la Galaxia o los últimos X-Men, junto a cosas inusuales para esa estación como Un toque de violencia, de Jia Zhang Ke. Por lo tanto, podemos celebrar que a pesar de la difícil supervivencia del negocio de las salas en nuestros días, el cine siga gozando de una excelente salud, con obras de las más diversas procedencias sobre toda clase de temas. Bastantes, de calidad media-alta, y algunas, decididamente mayores. Analicemos cuáles son, como siempre, en forma de top 10.

Entre las que no me ha sido posible ver este año, y eran potenciales candidatas a figurar en el top, se encuentran Oslo 31 de agosto, Mommy, 10.000 Km o Camino de la cruz. Y la cosa ya está apretada de por sí…

10.- LA SAL DE LA TIERRA (WIM WENDERS, JULIANO RIBEIRO SALGADO, 2014)

Podemos considerarla documental atípico o biopic singular, pero si prescindimos de las etiquetas, lo que es el nuevo trabajo de Wim Wenders es una película estupenda. Decidido a repasar la trayectoria de uno de los fotógrafos más reputados (y también más discutidos) de los últimos tiempos, Sebastião Salgado; en colaboración con su hijo Juliano Ribeiro Salgado, Wenders narra exclusivamente a través de su obra, de fotografías. Deja que la fuerza de éstas sea el motor que conduce las secuencias, desde lo terrible de los primeros trabajos hasta la celebración de la naturaleza de su último proyecto. Sin apenas acotaciones o apreciaciones distintas a las del propio Sebastião, se logra crear a la vez un espacio de diálogo entre cine y fotografía; y para hacernos reflexionar sobre nuestro papel el mundo, sobre lo bello y lo trágico, todo ello mientras pasan ante nuestros ojos imágenes a cada cual más apabullante.

9.- RELATOS SALVAJES (DAMIÁN SZIFRÓN, 2014)

Estamos hartos de todo. Muy muy hartos. Pero gran parte de las soluciones que nos gustaría tomar no las llevamos a cabo porque tememos las consecuencias que acarreará a nuestros ya pobres recursos. Bastante mal estamos ya como estamos. Damián Szifrón nos ha servido en bandeja la posibilidad de no resignarnos sin necesidad de armar un follón. Relatos Salvajes nos hace vomitar entre risotadas nuestra bilis y resentimiento acumulados permitiéndonos observar cómo sus personajes mandan a paseo la compostura cuando ya no aguantan más. Exactamente eso que tantas veces estaríamos encantados de hacer y no hacemos. Lo presenta el argentino de forma inteligente, creando situaciones tan reconocibles como rocambolescas (el mundo real, vaya) y resolviéndolas con una mala leche divertidísima y liberadora.

8.- A PROPÓSITO DE LLEWYN DAVIS (JOEL Y ETHAN COEN, 2013)

Del lado más amargo del cine de los hermanos Coen llega esta película que homenajea la escena folk de los primeros 60 a la vez que saca a relucir las miserias de sus protagonistas, que son las nuestras propias. En una atmósfera fría y opresiva donde ganarse la vida puede resultar de lo más abyecto, sólo el poder de la música arroja algo de luz. Los Coen bordan nuevamente el estudio de la complejidad emocional de los personajes, felino incluido, sin renunciar a su marca de estilo con momentos surreales (el viaje en coche con John Goodman) y dejándonos respirar cuando atienden con calma a las maravillosas canciones, centro neurálgico de la cinta. Esta planificación tan sabia consigue hacer gratificante una travesía tan agria.

CRÍTICA EN HYPÉRBOLE

7.- EL LOBO DE WALL STREET (MARTIN SCORSESE, 2013)

Scorsese en estado puro. Cambiando a los gángsters de pistola de toda la vida por los modernos (y más crueles) tiburones financieros, Martin monta de nuevo su circo de desmesura, la de los personajes y la cinematográfica, basándose en sus claves habituales: ritmo, agilidad, música. Y como espectadores, no podemos agradecérselo más: el espectáculo es extenso y siempre brillante.  El esquema típico de ascenso-caída-redención cambia de color esta vez. Los nuevos cabrones como Jordan Belfort (un magistral Leonardo DiCaprio) no necesitan redimirse. La redención implica moralidad, y aquí todos carecen de ella. Este matiz es lo que aporta a la película el punto necesario de actualidad, mientras que el portentoso envoltorio en que se nos presenta es gran cine de toda la vida, el que sigue regalándonos Scorsese en la última etapa de su carrera.

CRÍTICA EN HYPÉRBOLE

6.- IDA (PAWEL PAWLIKOWSKI, 2014)

Con los ojos puestos en una larga tradición de cine trascendente europeo (desde Bergman y Dreyer a Bresson y Kieslowski), el polaco Pawel Pawlikowski ha levantado un filme que hace de lo sobrio y lo ascético su mayor virtud. La historia se basa en el encuentro inesperado entre una joven novicia con lógicas dudas acerca de su decisión vital y su tía, que está de vuelta de todo. En la Polonia de los años 60 ambas se ven obligadas a confraternizar mientras remueven las cenizas de un pasado dolorosamente reciente. El trabajo de las actrices Agata Trzebuchowska y Agata Kulesza es soberbio, pero quien lo engrandece de verdad es el director, que elige el formato cuadrado y pone un cuidado primoroso en el encuadre, con ayuda de la estupenda fotografía en blanco y negro. De esta conjunción surge un conjunto poético y bellísimo, donde tanto las palabras como los silencios contribuyen por igual, sin cargar las tintas en ningún aspecto. Una película depurada formal y emocionalmente, que llena y hace meditar.

5.- NEBRASKA (ALEXANDER PAYNE, 2013)

 

Alexander Payne es un gran narrador norteamericano que sabe identificar las tribulaciones de la gente corriente y plasmarlas en la pantalla con naturalidad, la que consigue extraer de sus actores y con sus guiones certeros. Partiendo siempre de las relaciones familiares y las cuitas derivadas de las diferencias generacionales, aborda sin florituras temas cercanos, que surgen de los propios conflictos vitales y no al revés. Sus películas se vuelcan tanto en la identificación con lo que cuentan, que resultan humanamente imperfectas. Nebraska, el mejor trabajo de Payne hasta la fecha, es una road movie que alterna humor y drama consiguiendo implicar al espectador y calar hondo a base de veracidad.

4.- ENEMY (DENIS VILLENEUVE, 2013)

Transmitir en cine estados de ánimo no es cosa fácil. En Enemy, Denis Villeneuve da toda una lección de cómo hacerlo. Tomando como base la novela El hombre duplicado, de José Saramago, que adapta libremente, el canadiense construye una enajenación mental que se enciende en el primer fotograma y no se apaga hasta que ha ardido la pantalla. Lo consigue no dando ninguna explicación al fenómeno desencadenante del asunto (el momento en que un profesor de Historia, imponente Jake Gyllenhaal, descubre que existe otra persona idéntica a él), no concediendo ningún asidero presuntamente lógico, jugando reiteradamente con una serie de elementos (arquitecturas, efectos sonoros, imágenes inquietantes) que van entrelazándose con precisión de relojero dando sentido concreto a lo abstracto de la propuesta. Enemy es puro cine, un estimulante ejercicio de forma que se desenvuelve sin tropiezos hasta desembocar en un final abrupto con los mejores títulos de crédito de los últimos tiempos.

3.- NYMPHOMANIAC (LARS VON TRIER, 2013)

Lars von Trier puede con todo. Con las polémicas continuas que despacha, con el morbo pornográfico, con metrajes dilatados, con sus referentes, incluso consigo mismo. Nymphomaniac es un mosaico en torno al amor y al sexo donde caben la comedia absurda y el drama truculento, la narrativa tradicional de los cuentos morales y el polimorfismo, la música y la Historia, la ciencia y la religión. Desinhibida y fascinante, más que una película es una experiencia.

CRÍTICA EN HYPÉRBOLE

2.- MAGICAL GIRL (CARLOS VERMUT, 2014)

2014 ha sido un año fabuloso para el cine español. Ha recaudado más que nunca en las salas (gracias, en gran medida, a Ocho apellidos vascos), ha contado con solventes productos de industria (El niño), y sobre todo, ha sido muy respaldado por la crítica, deshecha en elogios ante La Isla Mínima (a mi juicio, algo desmedidos) y la sorprendente ganadora del Festival de San Sebastián: Magical Girl. Surgida de la nada de la mano de Carlos Vermut, un joven friki que distribuyó su debut por internet, llegó esta mixtura de drama familiar, tormento pasional y comedia descarnada. El argumento sigue tres líneas que convergen entre sí mediante un complejo mecanismo que implica tanto lo formal como lo emocional, lo racional y lo simbólico, tanto lo que se ve en pantalla como lo subterráneo. Haciendo un uso ejemplar de la elipsis y el fuera de campo, Vermut nos somete a largas escenas con planos estáticos, a veces de una cruel frialdad, mientras todo se fragua por dentro. Esto hace que la película sea muy desconcertante mientras se ve, difícil, pero a la vez hipnótica. Una vez acabada, todo se coloca en su sitio exacto y es entonces cuando el conjunto despliega toda su fuerza, cuando casa la última pieza del puzzle al que se alude tanto en el cartel como en la propia cinta. Alabada por el mismísimo Almodóvar (que se estará muriendo de envidia viendo como esto es lo que él debía ofrecernos hoy en día, y nada más lejos), al que le debe mucho, Magical Girl es uno de los títulos más singulares del cine español contemporáneo, con unas actuaciones soberbias de todo el reparto (en especial Bárbara Lennie y José Sacristán). Un logro que augura muy buen futuro a su joven realizador madrileño.

1.- BOYHOOD (RICHARD LINKLATER, 2014)

Hacía tiempo que una película no concertaba la unanimidad con que Boyhood está copando lo más alto de las listas de muchos medios especializados. No es para menos. Lo último de Richard Linklater atesora múltiples virtudes, y cualquiera de ellas es suficiente para justificar la película entera. Unos han remarcado el hito de que se haya rodado durante 12 años y que siendo así la continuidad temporal sea asombrosa, centrándose en la reflexión que se expone sobre el paso del tiempo desde una perspectiva llana y naturalista. Otros la han valorado como fiel reflejo del proceso de introducción al mundo que se produce en la persona entre los 6 y los 18 años, donde educación, ámbito familiar y entorno cobran especial relevancia. Otros han elogiado más su capacidad de sintetizar en el núcleo de una sola familia (que podría ser la de cualquiera de nosotros) los hechos más relevantes que han marcado el devenir social en estos primeros años del siglo XXI. También se ha  enfatizado lo bien que consigue prescindir de contar con pelos y señales los hechos más fuertes que acontecen (separaciones, ceremonias) y, sin que éstos dejen de pesar, centrarse en los pequeños momentos. Y algunos otros han concluido que es una película preciosa. Lo mejor no es que todos ellos tengan razón, lo mejor de todo es que ponga de manifiesto cuán interesante y rica puede ser la más común de las historias, la de un chico cualquiera con una vida cualquiera, es decir, la de nosotros, espectadores. Es, por tanto, una celebración de la existencia en forma de película sencilla y magistral. Ahí radica la clave de su rotundo éxito.

CRÍTICA EN HYPÉRBOLE

Otros títulos estimables estrenados en 2014

Perdida (Crítica en Hypérbole)

Dos días, una noche

Amour fou

El gran hotel Budapest

Winter sleep

La venus de las pieles

Agosto

Her

Sobrevaloradas y/o decepciones

 

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9 Comentarios

  1. says: Conchi Sánchez

    He disfrutado muchísimo repasando algunas de las grandes películas del año, recordando sus detalles…y dándome cuenta de todas las que no he visto aún, algo que remediaré inmediatamente. Personalmente, colocaría ‘Her’ más arriba en la clasificación, e ‘Interestellar’, que ya sé que no te gustó nada…pero ya sabemos que cada uno tiene sus propios criterios. Muchas gracias Santiago por este recorrido estupendo al 2014!!!

  2. Yo también soy de los que pondría “Her” más arriba, de hecho, bastante más arriba 🙂 Me pareció una película deliciosa… con ese punto aterrador (y a la vez fascinante?) del mundo que se nos viene encima. Poco se ha hablado para mi gusto del espectacular papel de Scarlett, sin salir a escena, solo voz, solo matices, solo emoción…

    En cambio, Nymphoniac… No puedo con Lars Von Trier, y mira que lo intento. Me parece pretencioso y a la vez vacío.

    Boyhood, sin duda película del año. E Interestellar, a pesar de los fallos (que no son pocos), y la sensiblería de cartón piedra… creo que merece estar al menos en títulos estimables del año… Aunque de Nolan siempre se espere algo más, es una de esas películas que apetece ir a ver a un cine…

    Y a 2015 le pido más blockbusters (tan entretenidos) como Guardianes de la Galaxia y X-Men que no todo va a ser follaa… digo pensar 🙂

  3. says: Óscar S.

    La de X-Men, un truñazo. Las demás, bien, y Lars a lo suyo. ¿Para cuando un Santiago Galán de las teleseries del año? (estoy con la segunda temporada de The Wire, segundo círculo dantesco del infierno, pues, y aunque no es de este año precisamente, quiero tu opinión, por ejemplo).

  4. says: Dj Tini

    Yo voy a añadir en mi lista alguna no comentada. Por cierto, ya no puedo más con el cine de autor pretencioso y vacío. De acuerdo con Hugo.

    – LOCKE
    – HER
    – THE WOLF OF WALL STREET
    – AMERICAN HUSTLE
    – INTERESTELLAR
    – THE DROP
    – SPIDERMAN
    – GONE GIRL
    – EDGE OF TOMORROW
    – INSIDE LLEWYN DAVIS

  5. says: petirrojoexacto

    Óscar, con las series me sucede algo curioso. Mientras mucha gente no consume tanto cine como series, mi caso es el contrario. Suelo verlas cuando ya han sido consagradas y muchas veces cuando ya están terminadas, o llevan ya varias temporadas en antena. Eso no quita que cuando cojo una lo hago con ganas y me engancho como el que más.

    De 2014 sólo he visto True Detective (que empieza muy arriba y acaba siendo un thriller convencional, pero de los buenos), la extraña séptima temporada de Mad Men, y los tronos.

    The Wire es el tratado sobre el ser humano más exhaustivo que se ha visto en pantalla en este siglo

  6. says: Sebas

    Buena lista!

    Acá a Chile aún no llega -y no sé si llegará- ‘Magical Girl’. Así que creo que tendré que esperar a que asome por internet para poder verla.

    Además de esa, me queda revisar Boyhood y La sal de la tierra. Que tienen muy buena pinta! Las demás me gustaron casi todas, menos la de Von Trier que no me pareció tan redonda. Aunque sí tiene sus cosas.

    Yo habría puesto la de los Dardenne y el Hotel Budapest entre las diez, y agregaría Mommy, que me pareció tremenda!

    Muchas gracias por las recomendaciones! Me llevo Amour Fou, de la que no había escuchado.

    Saludos y feliz comienzo de año!

  7. says: Óscar S.

    Tronos, pese a su gran predicamento, no la he visto sencillamente porque nadie me la ha pasado. Mad men vi con gusto las tres primeras temporadas, aunque me resultaba algo lenta, y las hazañas sexuales de Draper con tanta sosa sumisa me atraían poco. Nada de True detective. Todo de Black Mirror. La primera de Homeland, sin muchas ganas de más. Breaking bad sólo el primer capítulo. Weeds me interesó mucho pero no pude ver más… En fin, todo un mundo para el que tenga el tiempo de un soltero del que, insisto, espero verte analizar algún día, The Wire incluido. No importa nada que hayan pasado diez años.

  8. Cada una en su formato, tanto Black Mirror como Breaking Bad son pasto de alabanzas desmedidas por parte de gente fácilmente impresionable. Y eso que el especial de Navidad del espejo negro ha conseguido deshacerse de determinados subrayados que particularmente me chirriaban en anteriores entregas. Hasta ahora, el mejor capítulo, mantiene lo fundamental, la sal en la herida de la actualidad.

    Respecto a Walter White, su historia tiene un problema fundamental: es condenadamente larga. Los grandes logros de guión y momentos significativos del asunto, que son unos cuantos, se hacen esperar entre minutos y minutos y minutos que juegan a confundir al respetable pero pretendiendo que se quede continuamente con la boca abierta. A veces cuela, otras tantas no. En mi opinión, a esta serie, muy potente en conjunto, le lastran bastantes triquiñuelas que, como las bautizo yo, son “para fans de Christopher Nolan”, esto es, deslumbrados por lo aparente.

    Una pena que no hayas seguido con ‘Mad Men’, cuarta y quinta temporada son magistrales.

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