Casa Loewy, Palm Springs 1946.

 

Puede que para algunos lectores atentos y minuciosos, entre las obras de Albert Frey a retener y recordar, se sitúen antes que la Casa Loewy, otras piezas significativas. Como la Aluminaire House (1930-1931), la Kocher Canvas (1934) y la propia Casa Frey 1 (1940), todas ellas provistas de un inequívoco aire experimental.

Así la Aluminaire House fue levantada prácticamente en 10 días de 1931, para la feria de construcción y arquitectura, en la que el Empire State Building ganó la medalla de oro; y está considerada, por ello, la primera casa construida completamente en aluminio en los Estados Unidos, ya que, si bien Buckminster Fuller diseñó su Dymaxion en 1929, no fue hasta 1945 cuando consiguió construirla. Un par de años después de la Aluminaire House, en 1934, Albert Frey diseñó junto a su colega y socio Lawrence Kocher, editor de la revista Architectural Record, una casa de fin de semana para éste. Una pieza menor que retomaba como un homenaje en tela y armazones ligeros varios, a la Ville Savoye, en cuyos detalles estuvo colaborando durante su estancia en París.

 

Albert Frey

 

Frey había estado trabajando, desde su llegada a Estados Unidos, en prototipos para las granjas de subsistencia que se dieron durante los años de la Gran Depresión, y de ahí tomó las ideas de prefabricación para esta caja de madera forrada de lona; modesta pero hedonista, con su lugar bajo techo para el vehículo y su azotea para disfrutar del cielo  estrellado.

Y ese carácter de tránsito, desde el esquematismo experimental a las ideas del confort y del relax californiano, resumen bien el viaje experimentado por Frey. Nacido en Zúrich en 1903 y titulado en 1924 en el Politécnico de Winterthur, verifica en quince años un recorrido desde su formación convencional de Beaux-Arts, hasta el maquinismo moderno que en esos años recorre Europa; desde Bruselas, donde trabaja en 1925 con Eggerieux y Verwilghen, hasta Paris, donde en 1928 está trabajando con le Corbusier en distintos cometidos de la Ville Savoye. En 1930 aparece instalado en New York, donde se asocia con Lawrence Kocher y en 1934 se traslada a Palm Springs, donde en 1939 colabora con el ingeniero John Porter Clark.

 

 

Puede decirse además, que Frey es uno más de los europeos de la diáspora de entreguerras, que de hecho supuso una riquísima emigración de talento europeo hacia los Estados Unidos. Sólo por mencionar a la industria del cine, hay una larga lista de creadores que contribuyeron a la gloria de la época dorada de Hollywood: Fritz Lang, William Wyler, Billy Wilder, Fred Zinnemann, Otto Preminger, Michael Curtiz, Alfred Hitchcock, Douglas Sirk o Ernst Lubitsch.

En el campo de la arquitectura se produjo un trasvase semejante de jóvenes formados en las escuelas europeas y educados con los principios formales e intelectuales del Movimiento Moderno. Primera diáspora de arquitectos, que sería un claro anticipo de la segunda emigración dictada por el ascenso del Nacional-Socialismo en Alemania, y que llevaría a hombres como Walter Gropius, Mies van der Rohe, Marcel Breuer y Joseph Albers y que daría lugar a diferentes conflictos entre el imaginario moderno europeo y los modelos canónicos del ingenuismo americano. Conflictos que tuvieron su correspondencia sociopolítica y cultural, con la Caza de Brujas del senador McCarthy y la secuela de toda la Guerra Fría.

 

 

Pero aún estamos en los años treinta, años de la primera diáspora, y años en los que se van cerrando las heridas de la Gran Depresión y se abren las vías del New Deal de Roosevelt. Los arquitectos emigrados de Europa en la entreguerra, son    creyentes además en el valor político de la profesión y en su capacidad para cambiar y transformar la vida de las personas. Y, por ello, encontraron en Estados Unidos un suelo fértil para desarrollar un nuevo marco de vida entre dos mundos. Casos como los de Rudolf Schindler, Richard Neutra, Adolf Loos y Albert Frey, son un ejemplo de la avanzada y de esa fértil convivencia. Piénsese que en la exposición de 1932 en el MOMA, que sirvió de base para el libro fundacional de Philip Johnson y Henry Rusell Hitchcock, El estilo internacional, las únicas obras seleccionadas fueron la Aluminaire House de Frey y la Lovell House de Neutra.

Curiosamente Raymond Loewy (Paris, 1893), es otro emigrado a Estados Unidos, al acabar la primera Gran Guerra, desde su Francia natal en 1919. Con unos comienzos como ilustrador en las revistas Vogue y Harper´s Bazaar, pronto saltará al campo del diseño industrial, diseñando para la casa de reproducción Gestetner una primera fotocopiadora en 1929.

 

Raymond Loewy

 

De tal forma que, en los años sucesivos, Loewy sería el gran Gurú del Diseño gráfico e industrial de los Estados Unidos. Dando imagen visual a marcas de tabaco como Lucky Streake, a la petrolera Shell, a los autobuses Greyhound, a los automóviles Studebaker  y a los ferrocarriles de Pennsylvania Rail Road. Puede decirse, sin ninguna duda, que el imaginario visual desplegado por Loewy era ya un anticipo del American way of life: Vidas coloreadas como las presentadas por el cercano Hollywood; presididas por la prosperidad económica y por ciertos aires desprejuiciados que arraigan en la Nueva Tierra Prometida que representa California.

La casa que Frey diseña para Loewy, es por eso un compendio de equilibrios sutiles, algunos de ellos ensayados ya, años antes, en la Frey House 1, como es la piscina central, distribuida entre el interior liviano y el exterior rotundo, y por ello puede decirse que es una casa que carece de alzados y su representación se resuelve básicamente en la planta y en el cielo abierto.

loewy-house-1-5 (1)

Así surge en la proximidad fundacional del desierto, la casa como refugio y como misterio apacible; también como un oasis que las aguas verifican y apaciguan de la rudeza circundante. Representando el equilibrio entre la Naturaleza indómita circundante y el ejercicio de control que es capaz de producir la arquitectura. Llegando a proponer una vida ajena a los cánones de la América profunda y más cerca de los sueños que se fabricaban en el Hollywood vecino. Un programa sucinto y escueto, formado por una crujía en L para alojar dormitorios y servicios, que rodea la centralidad de la piscina, que ejerce funciones propia de un Salón. Y que incluso llega a cubrirse con una pérgola ligera (otra idea de la Frey House), haciendo buena la vida al aire libre. Como si de unos nuevos pioneros fundadores se tratara.

 

Etiquetado en
Para seguir disfrutando de José Rivero Serrano
Viaje de invierno, 2004. Casi un diario
5 de febrero. Víctor Pérez Escolano, llega en el tren de las...
Leer más
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *