Agua somos

A veces mi mujer me dice, ¿subimos a ver el pantano?, y no ha llovido, y no ha nevado, y siente en el vientre tristeza y pesadumbre. Otras me dice, ¡subamos a ver el pantano!, y hay nieve, y ha llovido, y en el vientre siente alegría y ligereza.

Ella es una mujer de agua, y las aguas la quieren, y yo las tengo celos: ¡Quién fuera así de fértil, así de fuerte, así de afortunado! ¡Quien pudiera darle felicidad a los vientres, y abrirle los ojos a la primavera!

Los hijos de los vientres somos agua, ¡agua somos! Un fluido nos engendra y nutre, y solo abrir los ojos agua lloramos.

La vida humana nace en venero de agua, discurre entre la algarabía del torrente, la serenidad del río, y siempre acaba en la laguna Estigia.

 

 

Somos agua que veces se entretiene en la tierra, o se divierte en las nubes. Que asciende en humedad desde la umbría o baja en lluvia desde el cielo.

Otras veces se detiene con la quietud del hielo o de la nieve, o se encrespa con la impaciencia del aguacero o del granizo.

Surgir, mutar, fluir, mojar, regar, encharcar, embarrar, fertilizar… son los verbos que compartimos. Otros más sonoros son sorprender, inundar, chorrear, canalizar, precipitarse.

A veces se aviene a que niños y viejos la disfruten, otras deja que poetas y pintores la engalanen. Embellecer, burbujear, arcoirizarse, ¿alguien puede imaginar algo mejor?

Ser rocío y escarcha, fuente y caudal, charco y mar, niebla y calima. Ser fuerza y fertilidad, orillar la tierra, revelar el aire, enjuagar el planeta entero. Ser agua dulce o salada, sucia o limpia, libre o represada, notoria agua de lujo o sencilla agua potable.

 

 

Si el agua le hace cosquillas a la vida, esta ríe. Ese fue el primer sonido, el primer lenguaje, el primer espejo para la luz de la vida: la prima-vera.

Pero a veces el agua sufre y se oscurece, se enfanga o se intoxica. Y otras se acobarda, se amilana o se suicida. Y el mundo se enlutece, y calla, y para, y ya no hay cosquillas, ni risa, ni suena la música de la vida.

Y todo esto solo porque hoy “22M” es el día mundial del agua. Pero mañana viernes también, y el pasado sábado, y mañana, que es Domingo de Ramos, con más motivo.

No lo olvidemos nunca, pues si el agua nos falta… nosotros faltamos. No lo olvidemos nunca, pues agua somos, del agua venimos y al agua vamos.

Etiquetado en
Para seguir disfrutando de Jesús de la Gándara
¿Y por qué no?
Cuenta una leyenda urbana que en una ocasión un profesor de filosofía...
Leer más
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *