La angustia de los escarabajos peloteros al caer el sol de la tarde
Un asunto precipitado:
risas, nuestras voces diseminándose
sin control alguno de nuestra mente.
Ya no sé dónde terminan el día y la ciudad
si caminando tres baldosas, una farola,
diez transeúntes parecen intemperie.
Yerra, botella llena,
pensamiento claro.
Me hago ilusiones con las cosas más nimias
y la prudencia y la derrota se alían
para custodiarme de mi propia destrucción.
Escribo, camino, qué más da,
los dos cauces son lo mismo
en lo que de verdad importa:
sentir y dejarse llevar.
Y solo un detalle me mantiene en estado sólido,
que es misterio, escarabajo disecado,
estancia que no se puede franquear.
Sociedad insectívora
Otra vez ha vuelto a pasar:
han puesto precio a la cabeza de un hombre.
Una carta a mano alzada,
la vida, perfectamente mecanografiada,
han puesto precio al aire que respira
y ha decidido, como decide una mosca volar,
pagarse a sí mismo la deuda.
Otro hombre vendido, más carne al lecho.
La tierra acoge la venta con avaricia de casero.
Hoy tomarán una fortaleza sin defensores
y será fácil tocar sus cosas y respirar su aire:
Ha sido entregado en prenda de acomodo.
El suelo marca la sombra de su vuelo,
asfalto reconstruido ceniza a ceniza,
un albatros que no volverá.
Está anclado en los ejes del mundo mismo.
La luz es la caverna o la cueva platónica vuelta de piel inversa
El amor es una estría olvidada
que incluso disipada en contra de la apariencia
penetra la carne y la agrieta
como una bomba de fragmentación desgarra
miles de miembros de sus cuerpos candentes.
La amistad es la palabra que cura
cuando todas las asperezas nos han arrancado
las vísceras
y ya no nos quedan uñas con las que combatir la vida.
La luz es un bálsamo que quema e inunda
y que da vida y muerte en iguales proporciones.
Por eso los platónicos miran al sol,
para quedarse ciegos al volver a la caverna,
y los cautivos inventamos bombillas
para hacernos tímidos compañeros de la indulgencia.
*‘Tierra de nadie’ fue presentado el pasado 15 de marzo en la FNAC de Zaragoza y quien esté interesado en adquirir un ejemplar puede hacerlo en librerías.
La imagen que acompaña los poemas es de Marcos Cebrián.