Tempus fugit

Invierno-Verano, amor-odio, éxito-fracaso, soledad-compañía. felicidad-tristeza. El tiempo pasa y los años se repiten. Del invierno al odio, del odio al verano. Los éxitos se convierten en fracaso, el fracaso es un éxito. El tiempo pasa y dentro del tiempo los tiempos. Los días que esconden días, los años que sueñan años. El tiempo pasa y cada vez todo es más hermoso porque nos mentimos mejor. El tiempo pasa y cada vez todo es más triste porque nos mentimos peor. El tiempo pasa y el verano se viste con la soledad del invierno, y el invierno besa con el cariño húmedo del verano. El tiempo pasa y todo está igual. Y seguirá igual cuando no estemos. Conocido e intacto, paseado y nunca visto. El tiempo pasa y las fotos sustituyen a los recuerdos, las palabras pierden el color y los gestos y las miradas que robamos a desconocidos acaban siendo muestra única compañía frente al espejo del mundo. Del mundo que fue nuestro y nunca se dejó desnudar. Del mundo y el tiempo que se repiten como una canción sin estribillo, con la cadencia clara del instinto, con el final abrupto del trueno. El tiempo pasa y nos miramos los bolsillos para ver qué nos queda. ¿Y qué nos queda? Arena de las murallas, niebla de los días, una mancha difusa al final de una hoja. Invierno y verano. Amor y odio. Éxito y fracaso. Soledad acompañada. Felicidad y tristeza.