La primera dificultad para localizar el trayecto de Erwin Broner en España, es su gran desconocimiento entre nosotros, incluso entre sectores especializados. Se precisa una óptica de aproximación para ubicar su trayectoria como arquitecto y como pintor, donde llega a ser promotor, tempranamente, del Grupo Ibiza 1959. Grupo equivalente a los que coetáneamente se organizan en la península como El Paso o Equipo 57. De igual forma que conviene revisar su obra construida para entender las relaciones existentes entre las tradiciones constructivas populares y los supuestos derivados del Movimiento Moderno, pese a la excentricidad de su posición y a lo tardío de algunas propuestas de Broner, en relación a la cronología estricta de la Arquitectura Moderna, como la Casa que hoy comentamos.
Broner nació en Múnich en noviembre de 1898 en el seno de una familia judía acomodada. Al comienzo de la Primera Guerra Mundial Broner trata de incorporarse como voluntario en el ejército alemán, contando con la negativa paterna. Y esperando a 1916 con la mayoría de edad, para incorporarse en el cuerpo de caballería. En 1919 decide estudiar Bellas Artes, ingresando en la Kunst Akademie de Stuttgart, donde conoce a Manfred Henninger, quien será su mejor amigo. Regresa a Munich y estudia en la escuela de Hans Hoffman Paisajismo, donde conoce a Aenne Wittmer con quien se casa en abril de 1920. En 1922 Broner se traslada a Dresde para estudiar en la Hoschschule für Bildende Kunst, donde tiene de profesor a Kokoschka. De 1924 es su viaje a Grecia en compañía de su hermano y de Manfred Henninger, donde se proponen pintar y conocer el ambiente griego. En 1925 se establece en Hanweiler, cerca de Stuttgart, un lugar boscoso donde vivirá hasta 1933. Allí en 1927, y con las ayuda de su hermano y de Manfred Henninger construye un taller de pintura, demostrativo de que Broner estaba al corriente de las nuevas tendencias de arquitectura promovidas desde la Bauhaus de Walter Gropius. Entre 1928 y 1931 estudia arquitectura en la Technische Hochschule de Stuttgart, siendo desde 1930 colaborador en el despacho de Schuh como supervisor de edificios.
En 1933, con la llegada al poder del Nacionalsocialismo, Broner realiza un viaje de dos semanas con Manfred Henninger, buscando un posible lugar de emigración ante la realidad del antisemitismo hitleriano. Aunque, ciertamente mientras permanecen en Suiza, son advertidos por María Henninger, de que son buscados por las SA; razón que les impide volver a Alemania. Buscando un lugar de residencia, Broner llega a España en octubre de 1933, realizando desde Barcelona un viaje a Mallorca. Ya de regreso, hacen escala en Ibiza, hecho accidental que supondrá su primer contacto con la isla, donde encuentra plasmado su ideal mediterráneo. Poco más tarde, se reúnen en la isla con sus respectivas familias. Siendo en esos momentos, a isla de Ibiza un lugar de acogida del exilio alemán, con casos como Walter Benjamin, Raoul Haussmann y Will y Emma Faber.
La mujer de Broner, Aenne Wittmer regresa a Alemania al no ser judía en 1934, a petición de Erwin, permaneciendo éste en Ibiza. Y comenzando sus anotaciones y fotografía de la isla, junto a Richard von Walkdkirch. Fruto de ello es el trabajo publicado en la revista del GATEPAC, AC Documentos de Actividad contemporánea, número 21, Ibiza. Las viviendas rurales, firmado aún como Erwin Heilbroner (nombre que cambiará tras la subida del Nacionalsocialismo al poder). En el mismo número Haussmann publica el trabajo La arquitectura rural en la isla de Ibiza. Igualmente, se presenta en ese número 21, el proyecto de Broner de ‘Establecimiento de baños en Talamanca’, así como unas viviendas en hilera en la playa, que no llegan a construirse. Todo ello para dar a entender la centralidad del estudio de la arquitectura popular en el seno de los debates de la Arquitectura contemporánea y en la obra de Broner particularmente, que tendría posteriores manifestaciones.
En 1935 se traslada a Barcelona, con la intención de ampliar sus perspectivas profesionales muy mermadas en la isla, mientras su hija permanece en Ibiza al cuidado de los Henninger. Sorprendiéndole el comienzo de la Guerra Civil en Barcelona y a su hija en Alemania, donde había ido a pasar una temporada con su madre. No consigue, tras el intento inicial, alistarse en las Brigadas Internacionales y abandona el país con dirección a Burgdorf. Viaja a Palestina para visitar a su hermano y allí conoce a Bella Ullman, diseñadora de textil formada en Bauhaus y que llegaría a ser su segunda esposa. Marcha a París y desde allí, emigra a América en el otoño de 1938, donde Bella Ullman se reúne con él. Se trasladan a California, donde Broner trabaja como fotógrafo y diseña escenografías y decorados para la Feria de Nueva York de 1939. Incluso de incorpora a la industria cinematográfica como animador, alternando con colaboraciones en estudios como los de Neutra y May&Co. En 1944 se nacionaliza en Estados Unidos y se casa con Bella, y en el 1946 se encuentra en París rodando la película de animación Alicia en el País de las Maravillas. En 1948, dejan California y se trasladan a Krumville, a 200 kilómetros de Nueva York y allí construye en 1950 la casa Nauen, al tiempo que conoce a la amiga del matrimonio Nauen, Gisela con la que inicia una nueva relación, trasladándose a Europa.
Llegando de nuevo a Ibiza en 1952, donde alquilan una casa en el barrio Sa Penya, en la calle Miranda 14; casa modesta y de trazas populares pero con vistas al mar. De estos primeros años son sus relaciones con Hans Laabs y Erwin Bechtold, con los que tendrá una larga relación y a los que diseñará sus casas en años posteriores. Son años en los que se sumerge de lleno en la pintura, más que en la arquitectura, y en los que contribuye a la creación del grupo Ibiza 59, tras una estancia inglesa. El mismo 1959 compran un pequeño solar en el barrio de Sa Penya, cerca del Baluarte de Santa Lucía, donde construirán su casa en 1960.
Formada por tres niveles y con un único acceso desde la calle de la Virgen a través de un tránsito escalonado, pero con independencia para el taller y la vivienda. La planta baja está dedicada al área de trabajo y estudio, contando con comunicación interior con la vivienda. Ésta está formada por la planta primera que se articula con dos terrazas abierta a la fachada de mediodía, susceptibles de incorporarse al salón y al dormitorio para incorporar más espacio a las piezas vivideras, y donde llama la atención las dimensiones reducidas de la vivienda elemental. Finalmente la planta superior está dedicada al solárium-terraza, donde define con un muro curvo un espacio más protegido de las vistas colindantes. Disposición del velaria que recuerda a la desarrollada por Adalberto Libera en la Casa Malaparte. Los recursos formales puestos en juego por Broner en su casa, permiten conectar aspectos de la construcción tradicional ibicenca con señas propias de recursos estilísticos modernos. Donde se acoplan la elementalidad de la arquitectura popular isleña y mediterránea con las lecciones del Existenz-minimum centroeuropeo. Por otra parte, conviene destacar el valor de localización de la Casa Broner, en un recinto histórico como el Alt Vila, hoy declarado Patrimonio de la Humanidad, sin que represente intromisión alguna.
Junto a ello, hay que destacar que todo el mobiliario, escueto y racional, es diseño de Broner; junto a soluciones fértiles de oscurecimientos y entramados de sombra.