Goetsch y Winckler house, Frank Lloyd Wright, 1939, Michigan

El problema de la vivienda mínima (el existenz-minimum europeo) fue un tema central del debate de la Arquitectura de entreguerras, como muestra que los dos congresos del CIAM se celebraran en Bruselas (1929) y en Frankfurt (1930) bajo ese membrete de Vivienda mínima. Y vinieron caracterizados por valores formales identificables con el que se acabaría llamando Estilo Internacional, desde la exposición de 1929 en el MoMA. Propuesta de la Vivienda mínima que impregnaría las políticas sociales de viviendas de entreguerras, sobre todo en la Alemania de la República de Weimar con las Siedlungen.

En Estados Unidos el problema de la vivienda –y sus derivadas sociales– se acrecentaría tras la crisis económicas de 1929 y las políticas reformistas de Roosevelt y las políticas del New Deal. Los conocidos como “primeros 100 días”–dentro del primer periodo extendido entre 1933 y 1934–, se iniciaron entre el 9 de marzo al 16 de junio de 1933, durante el cual se aprobaron numerosas leyes de emergencia, entre las que se destacaron diferentes leyes sociales. La segunda fase del New Deal (1935-1939) incluyó, legislación social y económica para beneficiar al conjunto de la clase trabajadora. En 1935 se estableció el Sistema de Seguridad Social y la Administración para el Progreso del Empleo (WPA). Se aprobó la Ley Nacional de Relaciones Laborales, luego complementada por la Ley sobre Estándares Laborales, que fue aprobada en 1938. De 1935, asimismo, es la Ley Nacional de Vivienda. Ley orientada más a solventar los déficits de alojamiento, al tiempo que se creaban empleo en el sector, más que a la definición de estándares y tipos de vivienda social.

De aquí el interés terminológico y conceptual del término Usoniana, empleado por Frank Lloyd Wrigth, como resultado de la conjunción de USA y de Utopía, para definir el prototipo de viviendas suburbanas económicas, integradas en su visión de la, no menos utópica, Broadacre City. De acuerdo con este concepto, Wrigth construyó aproximadamente 140 viviendas desde 1936 hasta su muerte en 1959. Los destinatarios de este modelo pertenecían a una nueva clase social –fruto de la reordenación sociológica tras el colapso de Wall Street de 1929– con avanzadas ideas y gustos estéticos diferentes. El ideal perseguido por Wrigth era el de ofrecer al cliente más espacio por su dinero. El modelo original contemplaba pequeñas propiedades con una casa construida por acre de terreno, aproximadamente unos 4.000 m2. Pese a ello, no se construyeron con costes reducidos, pese a que en todas se utilizaron métodos de construcción basados en la prefabricación y estandarización de distintas piezas. Las casas Usonianas construidas en Estados Unidos, representan un gran avance en la investigación y búsqueda de estas formas más dignas, razonables y expresivas. Por ello, algunos estudiosos las han considerado como una respuesta suburbana al Tipo Citrohan de Le Corbusier. Wright consideraba que la Arquitectura Europea del momento desarrollada por los representantes del Estilo Internacional era la llamada como arquitectura de las “box-like houses”, esto es, viviendas con aspecto de cajas herméticas y de lados rectos que terminaban siendo un contenedor monótono. En contraposición a este modelo europeo, la propuesta Usoniana se centraba en la urbanización de amplias áreas suburbanas con una arquitectura que debía ser la Arquitectura de la Naturaleza: orgánica, flexible y libre. Se puede considerar, por tanto, el concepto de Usoniana como una modernización revisada de las Casas de la Pradera, desarrolladas durante la década 1901-1910. Los aspectos característicos del sistema Usoniana se recogieron en el Manifiesto Usoniano y aparecieron publicados por primera vez en 1938 en la revista Architectural Forum y posteriormente en el libro The Natural House, publicado en 1954. Wright consideraba que las edificaciones de coste reducido, construidas con sistemas basados en modelos de producción industrial resumían las necesidades y las aspiraciones de la América de entreguerras.

La Casa Goetsch-Winckler fue diseñada por Wright entre los años 1938 y 1939 y está ubicada en el East Lansing, Michigan. Es una de las casas usonianas más tempranas de Wright y formó parte del proyecto de un conjunto habitacional para profesores de la Universidad de Michigan, que no llegó a completarse del todo, puesto que sólo la casa de Alma Goetsch y Katherine Winckler se llegó a construir en 1940, de las siete que estaban previstas. Las casas usonianas son de pequeño tamaño, económicas y pensadas para el típico habitante medio americano. Suelen tener plantas en L en general, aunque en este caso la planta de la Goetsch-Winckler house es lineal –las llamadas Usonianas lineales–y se diferencia de las otras en L, en que aquí la construcción opera como límite entre las dos zonas del jardín claramente diferenciadas: el prado horizontal rodeado de árboles y la pendiente al sur. Además de ello, Wrigth experimentó con materiales más baratos, siendo capaz de contribuir a una transformación social en los conceptos de vivienda moderna. Las principales virtudes del proyecto son la integración en el entorno, y la estructura conformando los espacios constituyentes de la vivienda.  
El salón ocupa casi la totalidad de la casa, con una chimenea a un lado que funciona como el centro de reunión de la vivienda. Frente a ésta se encuentra un espacio de trabajo –que ejemplifica el interior usoniano con sus ventanas de claraboya que complementan con un cuerpo entero de marcos de ventanas en la pared adyacente– que también forma parte del salón, al igual que la cocina que se encuentra en la parte de atrás de la chimenea.

En el extremo opuesto se sitúan las zonas más privadas de la casa que son dos habitaciones y un baño. Además, estos se abren a una terraza privada. Aunque en realidad la vivienda es de tamaño reducido, parece grande gracias a la planta libre interior y la posición de muebles y estantes empotrados. Wrigth empleará dos materiales principalmente para resolver esta obra, la madera y a piedra. Ambos se emplearán de forma natural, es decir no se tratarán en su puesta en obra. La piedra no se revocará y la madera no estará barnizada, ya que de esta forma se conserva mejor, únicamente se le aplicará aceite transparente de resinas. Tratar así los materiales ofrecen a la obra un aspecto orgánico y natural. Salvo el núcleo central de la chimenea resuelto en ladrillo, todos los cerramientos verticales de se resolverán en madera. Las fachadas se resolverán con tres espesores de tablas intercaladas con hojas aislantes y unidas mediante tornillos conformando así el panel sándwich. El plano de cubiertas está resuelto con planchas de 61×124 cm con aislamiento térmico e impermeabilizante. En toda la casa se tiene muy en cuenta el control y ahorro climático. La casa cuenta con un sistema de suelo radiante y una ventilación muy estudiada ya que la ventana corrida superior facilita la renovación de aire. La estructura se sustenta por dos núcleos principales, dos muros de ladrillo de 30 cm. De espesor, en el que uno se incorpora la chimenea, y carpintería estructural o ballon-frame, que en ocasiones se deja vista en puertas y ventanas o se incluye en el cerramiento. 
 Esta combinación de elementos estructurales tiene el objetivo de soportar la cubierta, compuesta por aleros volados que dotan a la casa de penumbra interior y luz suave, con el objetivo de dotar de confort al habitante.


 
Algo en común en el estilo usoniano es la completa modulación tanto de la planta como de los alzados, en este caso en base a módulos de 1,22 metros de retícula, marcada incluso en el pavimento. En alzado vemos un juego de alturas producidos entre las cubiertas, levantándose unas sobre otras con una diferencia de aproximadamente 70cm. Su horizontalidad y el muro de la entrada que marca su eje longitudinal hacen que el visitante pueda percibir la bienvenida de la casa. Todos los espacios, el garaje abierto, la sala de estar, el comedor, la cocina y los dormitorios, de forma rectangular, se deslizan uno delante del otro. Lo que valoramos hoy, de esta casa que cuenta ya con ochenta y dos años a sus espaldas, es su carácter actual y su proximidad formal a nuestros tiempos.

Para seguir disfrutando de José Rivero Serrano
Serrat: el último concierto
Ha sido un lugar común –casi un tópico al uso – el...
Leer más
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *