La tertulia de San Antón. “Florentino Hernández Girbal y cuatro mas”

Colegio de San Antón

Casi todo edificio que alberga el paso de los siglos sobre sus cimientos atesora historia, leyenda, anécdotas, chascarrillos… que bien podrían tener como resultado la construcción de la frase: “si estas paredes hablasen…”. Y que mejor ejemplo para la historia que nos anima a juntar estas letras que El COAM, “mas que la sede del colegio de arquitectos de Madrid” (encabeza su página web), un edificio con historia arquitectónica y “de la otra”.

Se encuentra tan singular sede en el vértice resultante entre los barrios de Chueca, Chamberí y Malasaña. Espacio urbanizado en el siglo XVIII con el convento de Escolapios y escuelas Pías advocado a San Antonio abad, mas conocido como San Antón. Santo que se eleva a los altares representando como un anciano barbudo acompañado por un cerdo.

Las letras aquí impartidas por el estamento clerical sufrieron una modificación a comienzos del siglo XIX, los franceses, ya por aquellos años, comenzaban con los primeros pasos para popularizar el Liceo Francés. Y se hace casi obligado destacar que por aquellas aulas del nuevo “seminario de nobles” pasó Víctor Hugo.

El siglo XX comenzó mejor para los Padres Escolapios, pero una vez consumido poco mas de un tercio de la centuria todo se truncó para la Orden y para el edificio. A partir del verano de 1936 las Escuelas Pías se transformaron en la Prisión Provincial de hombres Nº 2, popularmente conocida como Prisión de San Antón. Desde aquí saldría, junto con otros centenares de personas presas, Pedro Muñoz Seca para ser fusilado en Paracuellos del Jarama en septiembre del citado año. El remozado edificio continuó ofreciendo los mismos servicios penitenciarios tras el primero de Abril de 1939, tornando los presos a carceleros y los carceleros a presos. Un golpe de estado es lo que tiene.

Paremos en 1940 esta acelerada reseña histórica del polivalente edificio, pues gracias al Ministerio de Defensa, y a su área de Subdirección General de Publicaciones y Patrimonio Cultural, tenemos la oportunidad de oír hablar las paredes de aquella cárcel mediante de los expedientes judiciales que atesora su archivo y hacernos una idea de situaciones anecdóticas que suscitan no pocas reflexiones. Léase la siguiente carta remitida por un joven estudiante gallego de 19 años al director del penal. (Archivo Histórico de Defensa. Fondo: TMT 1 Madrid 1940. Sumario: 25840. Legajo: 5. Caja/nº: 1436)

Florentino Hernandez Girbal

Sr. Director de la prisión

El que suscribe: Gonzalo Isla Bolaño, tiene a bien informarle, de que: a las diez treinta de la noche, aproximadamente, después del toque de silencio, en la sala 5ª del 2º piso, de ésta prisión de su digna dirección, se suscitó una conversación, siendo el iniciador de ella; Florentino Hernández Girbal, en la que intervinieron mas o menos directamente: Mariano Espinosa (periodista), Morales (jefe de sala), Lepina (periodista) y Escolar (escultor), conversación que a continuación se refiere, sin apartarse, un ápice de la verdad:

Empezó Hernández Girbal, diciendo: que estaban de enhorabuena, y que nada mas le quedaban unos días para salir de la cárcel con motivo (según ellos) de la próxima vuelta (refiriéndose a un cambio de estado) que tanto ansían, esta clase de elementos. Que cuando esto diera la vuelta, había que hacer una limpieza, sobre todo de los cavernosas y “fachas” (nombre que nos dan a falangistas y personas de orden), que habían estado durante la guerra, enchufados y enmascarados fingiéndose revolucionarios. Que las cárceles entonces estarían mas llenas que en la actualidad, añadiendo que todo seria triplicado, que en vez de tres horas de patio, serian doce, que en vez de tres himnos, serian nueve, que en el hueco que ahora ocupa uno, estarían tres, para que rezaran el rosario de tres en tres, y que cuando esto estuvieran haciendo, empezar, a porrazos. Interviene Lepina diciendo que en vez de una hostia al comulgar, se darían tres hostias, y que los harían el favor de que oyeran misa y en vez de una tres, por el sistema triplicado etc. etc. Sigue Girbal diciendo: referente a eso del triplicado en la comida ya hablaríamos, y Morales dice: en vez de un cazo como ahora, le daríamos medio cacito, y van que chutan (palabras textuales). Dice Girbal: las van a pasar negras estos hijos de amores ilícitos (textuales) a lo que aclara Mariano Espinosa: no; estos son hijos de una prostituta amancillada (textuales). Interviene Escolar, cuyas palabras no he podido entender, por la impresión que al que informa le causó las palabras que anteceden; desde luego éste Escolar es uno de los recalcitrantes de la sala, y tan soez como los otros. Continua el tal Girbal diciendo que cuando fuera esta vuelta no saldrían todos de la cárcel, sino que se pondrían en la puerta para seleccionar los que debían salir y los que debían quedar, los que oían misa todos los domingos etc. etc. y Lepina continua diciendo: con esos los que se dan golpes de pecho así como el hombre del bigote que comulga todos los días, aquellos que andan detrás de los oficiales y director los tiramos por una ventana. Dice Girbal, y también haremos una revisión de expedientes para ver esos que dicen que han salvado a fulano y mengano (textuales).

Este individuo (Girbal) hace unos días hablando del Teatro Nacional uno dijo que estaba muy bien, a lo que contestó: dejarían de ser fascistas si lo hicieran bien (textuales). Terminan mofándose de las ceremonias religiosas que en este establecimiento se hacen, y hablando de los hipócritas, indecentes, que antes (en tiempo de guerra) ocupaban la prisión, que no hacían mas que rezar, y que por mucho que esto hiciesen no les valdría para librarles de su venganza.

Lo que estimando mi deber pongo en conocimiento de Vd. a los efectos que crea mas convenientes, estando dispuesto, el que esto suscribe a mantener todo lo expuesto en donde hubiere lugar.

Lo que estimando mi deber pongo en conocimiento de Vd. a los efectos que crea mas convenientes, estando dispuesto, el que esto suscribe a mantener todo lo expuesto en donde hubiere lugar.

Por Dios por España y por su Revolución Nacional Sindicalista.

En la prisión de San Antón.

Madrid 4 de Febrero de 1940

Fdo. Gonzalo Isla

Nota: esta conversación tuvo lugar del día 3 de Febrero de 1940.

Otra carta semejante, pero con menos lirismo, llega también el mismo día a la dirección firmada por otros dos reclusos. El efecto de ambas misivas fue inmediato, teniendo como resultado la reclusión en celdas de castigo, durante 36 días, de los dichos tertulianos por el empleo de conceptos ofensivos para las personas y principios de nuestro Glorioso Movimiento Nacional, y se abren diligencias para ser juzgados. (Gonzalo Isla fue puesto en libertad el 9 de abril)

Florentino Hernández Girbal, cabecilla de la “tertulia revolucionaria”, al igual que el resto de sus camaradas, se encontraba en San Antón a espera de juicio y destino para cumplir condena. (La cual, en su caso, tuvo lugar en Ocaña donde coincidiría con Miguel Hernández). En la ficha de este polifacético salmantino se escribe:

36 años, soltero, cinomatografista, afiliado a la UGT, producía cine católico, colaborador de Treball donde estampó artículos en que incitaba a la resistencia roja, pronunció conferencias y radio charlas del mismo matiz y hablando mal del Ejercito Nacional. Fue miembro del “Alta Voz del Frente” y de la alianza intelectual antifascista y solicitó su ingreso en la Masonería en el año 1932.

Estos cargos estaban tipificados con el delito de adhesión a la rebelión, acarreando una condena de 30 años de cárcel. Afortunadamente para Girbal, un hombre dedicado al periodismo, literatura, historia y cine (montador, operador y crítico), la “libertad” le llegó tras cumplir seis años. Entre todas las publicaciones de Hernández Girbal la mas popular y a la vez desconocida lleva por título: “Bandidos celebres españoles (En la historia y en la leyenda)”. Y digo popular por que todos (con cierta edad) conocemos a Curro Jiménez y son menos los que saben que Antonio Larreta dio vida al barquero de Cantillana tras conocer dicho libro de Girbal.

Segundo Escolar Frutos es otro de los tertulianos que conozco. También salmantino e igualmente con antecedentes e ideología marcadamente izquierdista. Escolar se encontraba en Madrid en Julio del 36. Hacía escala en la capital con el resto de deportistas que se dirigían a Barcelona para participar en la Olimpiada Popular organizada en protesta de los juegos Olímpicos de Berlín. (Parece que ya había gentes que no tenían mucha simpatía por aquel señor bajito del bigotillo)
Los “acontecimientos” del 17 de Julio truncaron la Olimpiada y cambiaron la idea de aquel joven de 23 años. La competición deportiva dejó paso a la lucha activa. Cambió el billete a Barcelona por el del frente de Guadarrama. Como bien identifican los confidentes del penal, Escolar era escultor. Otro de los eslabones de la familia de maestros salmantinos dedicados a las artes plásticas de quienes ya hemos hablado aquí en otros artículos. Mario Ángel Marrodán apunta sobre este autor: Maestro de la técnica que puso el alma en sus realizaciones a la vez de hábil artesano y de pulcro artista escultor, con una combinación afiligranada de recursos que conforman una completa obra de arte “por el docto oficio del forjador preciada”machadiano. (La Escultura Vasca, pág.:94. Ediciones Amaia).

Bronce de Escolar Frutos dedicado a Berruguete

El juicio rápido al que se enfrenta Florentino Hernández Girbal y cuatro mas (como se abrevia en la documentación de la causa) tiene final feliz para los inculpados. Se demuestra que aquella conversación no tuvo consecuencias prácticas, ni causó el más mínimo desorden en el devenir diario de la prisión. Y así lo explica otro de los inculpados, Antonio Fernández Lepina (Escritor madrileño de 62 años), en la declaración que aporta para dar su versión de los hechos.

(…) En la prisión de San Antón existía un núcleo de individuos, detenidos o procesados por delitos comunes, que diciéndose afectos al régimen menospreciaban a los reclusos por ideas políticas y procuraban por todos los medios congraciarse con los oficiales y obtener ciertas ventajas en el trato y procurar, así lo entendían, la libertad con otros méritos. Para ello alentados especialmente por un oficial provisional apellidado Montes, que pocos meses después se convirtió en criminal, pues abandonando el servicio dio muerte a un hombre e hirió gravemente a una mujer. Se dedicaban tales individuos a delatar supuestos hechos que solo existían en su fantasía. Miraban con animadversión al grupo que ellos llamaban de intelectuales en la sala 5ª del piso 2º a la que se había llevado a los reclusos que a juicio de los oficiales merecíamos cierta distinción y en la que ellos también lograron colarse, siendo una de las principales causas de esta hostilidad el hecho de que por haber organizado, este grupo, unas charlas o conferencias que se daban todas las noches en la sala entre los toques de retreta y silencio, con aquiescencia, naturalmente, de los oficiales, y en las que cada noche el disertante hablaba de ciencia, historia, literatura, filosofía, arte, teatro, cine etc, charlas que por la entusiasta acogida que obtuvieron congregaban en la sala a muchos reclusos de otras e impedía a los mencionados individuos a otros juegos y expansiones ruidosas y tender los petates al toque de retreta para tumbarse a dormir. Esta fue una de las principales razones por las que decidieron o decidió una pareja de tales sujetos denunciar a algunos de los que formábamos el grupo de intelectuales, y para ello inventaron un cúmulo de falsedades sin el menor fundamento cierto.

No pudiendo concretar un hecho, encontrar pretexto en el tema de ninguna charla ni sorprender una manifestación sospechosa, inventaron la especie de que en la noche del 3 de febrero, una vez acostados, sostuvimos una fantástica conversación en la que vertimos los más peregrinos conceptos. No podía en modo alguno ser esto cierto por la solvencia moral de todos los que componíamos el grupo ni por nuestra educación y porque esta conversación o cualquiera otra completamente inocente no se nos hubiera consentido por los que imponían silencio desde que se acostaban. Para ser oída, además, por los denunciantes teníamos que haberla sostenido a voz en grito, toda vez que ellos dormían a bastantes metros de distancia de nosotros y reclusos mas próximos declararon que nada habían oído.

Aunque al declarante solo se imputan, por las parciales lecturas que se me han hecho de la denuncia, unas represalias contra ellos de carácter jocoso, no por ello deja de rechazarlas como falsas, pues el solo hecho cierto, como ya ha manifestado, es que aquella noche, para embromar a un señor muy pintoresco e impertinente que nos molestaba de continuo con sus indiscreciones e intemperancias, simulamos una conversación para intrigarle (dormía inmediato a nosotros) y darle una broma mas entre las muchas que le dábamos y tan tonta fue parece, que no se enteró o no quiso enterarse. Tal vez alguna palabra suelta llegó a oídos de nuestros denunciantes (repito que por la distancia y las razones antes expuestas no podían en modo alguno oírnos una larga conversación) y tomaron ellos en serio lo que en broma decíamos para intrigar al mencionado compañero, Eugenio Peñalba, y al verser chasqueados decidieron tomar este pretexto para la denuncia.

Madrid, 27 de mayo de 1942. Fdo.: Antonio Fernández Lepina.

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3 Comentarios

  1. says: Oscar S.

    Un conocido mío que es decorador de teatro bastante prestigioso en lo suyo vivía o vive allí. No sabía que tenía tanta historia. Estuve en una fiesta, inmenso piso vacío y gente guapa de la farándula y la cultura (podría decir nombres).

    1. says: Pablo S. F.

      Decir nombres puede resultar un tanto brusco, pero siempre puedes utilizar la fórmula empleada en aquella famosa contabilidad. Con inicial, punto y apellido, nos dejas el morbo servido 😉
      Un saludo Óscar

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