Muere Sundance kid por segunda vez

Su última aparición en el cine fue para hacer de malo en los Vengadores: Endgame, sencillamente porque sabía de sobra que nadie nos lo íbamos a creer y que no íbamos a ver en su personaje más que a Robert Redford, casi idéntico a sí mismo. Siempre tuve la sensación de que se esforzaba mucho últimamente, casi hasta dar un poquito de pena, en parecer el de siempre, con su pelo color heno y esas patillas oscuras que se adaptaban perfectamente a su rostro (de hecho, si se mira bien, Redford apenas admitió un cambio en su aspecto, ni siquiera en la longitud del pelo, excepto en Jeremiah Johnson). Recuerdo una relativamente reciente con JeLo y Morgan Freeman en la que, tras el hombre que susurraba a los equinos, todavía era Sundance kid, pero afeitado y susurrando a los osos grizzlies. De joven, Robert Redford se hizo docenas de fotos mostrando su pecho-lobo, que nos ponía mogollón hasta a los heteros. Una vez le preguntaron que qué le quedaba por hacer en la vida, y respondió que “ser Paul Newman”. A mí me ocurre lo mismo, pero con Al Pacino…

Actrices varias (principalmente, Jane Fonda, que le amó) que trabajaron a su vera han dicho siempre que gastaba demasiada seriedad en los rodajes. Meryl Streep, en cambio, ha afirmado sin rubor que la secuencia de Memorias de África en que él le lava el pelo es de las más eróticas de la historia del cine, y yo me lo creo. También es cierto que nacer guapo no tiene especial mérito, como le hace notar Fele Martínez a Ana Torrent en Tesis, pero lo que sin duda tiene mérito es nacer guapo y que no le odiemos ni envidiemos, tanto vosotros los normales como los otros demás bellos del mundo como un servidor… Por otra parte, para ser tan Adonis de Utah (madre) se le debe reconocer una lealtad a la monogamia sucesiva admirable, algo que compartía también con Paul Newman -eso y dos rasgos más: mejorar con la edad y ser buenas personas.

“Los tres días del cóndor”

Vi Gente corriente prácticamente de niño, y recuerdo que me pareció tristona y ñona, lo cual se me debe perdonar por la bisoñez. Sin embargo, también vi por entonces Brubaker, y me impresionó hondamente. Su otra película de cárcel, La última fortaleza, es divertida, y gana mucho gracias al papel antagonista de James Gandolfini. Curiosamente, la que me parece su peor película, El descenso de la muerte, fue la primera que él mismo quiso hacer para estrenar su productora, y me temo que fio demasiado en el reclamo de su nombre, algo que sucede también, en mi opinión, con El candidato, que es una película que lo apuesta todo a su frase final. Los tres días del Cóndor, en cambio, es perfecta, y la tensión sexual con Faye Dunaway sería capaz de cargar todos los móviles de una ciudad pequeña…

Robert Redford es anterior incluso a mí padre, cuando se fabricaban esos hombres hoy políticamente incorrectos pero que no se desviaban ni un milímetro de esa su rígida incorrección en beneficio de los valores familiares y profesionales. Yo está noche me acuesto temprano, pero de no ser así me pondría Los fisgones, o aquella donde él y Debra Winger bailaban claqué por separado para vencer el insomnio. Que me gusta mucho Debra Winger, pero es que él era mucho él… 

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1 Comentarios

  1. says: Javier M

    Esa escena del lavado de cabello de la Streep es brillante, tan brillante como la belleza de ambos en ese momento, como decía Meryl en una entrevista, “a la quinta toma de la escena me enamoré de el” todo esto traspasa la pantalla y convierte la escena en algo muy especial e irrepetible, maravilloso cine.

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