El secreto de los ligones

Regresa el verano a las ciudades, las sierras y los mares, y los jóvenes rebuscadores de emociones vuelven a afinar sus cuerpos, agudizar sus miradas y fatigar sus ojos en pos de la dura tarea de divertirse de la noche a mañana, de la mañana a la noche, entre las brumas del alcohol y las luces del insomnio. Y todo por intentar ejercer y disfrutar de esa potencia incontrolable que es la juventud alegre y hermosa. Puede que algun@s liguen, pillen y hasta doblen los días de sueños y amaneceres. Ya se sabe, la noche es joven y el verano breve, y no se pueden perder las oportunidades que la vida nos concede.

A l@s más tímid@s una copa oportuna les agudizará y potenciará la CAARS. ¿Que qué es eso? Muy sencillo, las siglas de la “Capacidad Autopercibida de Aptitud para la Supervivencia y la Reproducción”. Es decir las dotes, aptitudes, que cada persona cree que tiene para lograr relacionarse, emparejarse, reproducirse y tener éxito en la vida. Para ello se necesita sentirse uno seguro de si mismo, no tener miedo a exponerse, saber pavonearse ante la persona elegida como objetivo, y dar un paso al frente en el momento justo.

Los psicólogos evolucionistas dicen que hay personas que tienen mucha CAARS por si mismas, pero otras necesitan estimularla con alguna droga, como el alcohol u otras más potentes y peligrosas. Es decir, lo que se ha hecho siempre en las cálidas noches de verano o en los oscuros jueves del invierno.

Como puede comprende la CAARS es una herramienta muy útil para ligar, sexuar y asegurar la supervivencia propia y el éxito evolutivo de la especie. El único problema es que si para mejorar tu CAARS necesitas una droga, corres el riesgo de insistir en su uso, habituarte y hacerte dependiente de ella. Si además de eso no ligas, estás jodido, te has intoxicado para nada, y encima pierdes la seguridad en ti mismo. Tu CAARS se cae por los suelos y acabas comportándote de forma inadaptada o patológica.

Este modelo psicológico evolutivo tan simple y curioso permite comprender en parte cómo los humanos hemos llegado a ser lo que somos. La juventud, sus conductas, aptitudes y actitudes, y como estas cambian a corto y largo plazo es un excelente laboratorio para investigar y comprender la conducta humana.

Seguro que muchas de las grandes fatigas estivales de esos jóvenes “indianajones” de la CARSS se verán compensadas si tienen éxito “emotivo-sexual”.

Así que os deseo buen verano y mucha CAARS.