Zou bisou bisou

La verdad es que las casualidades se engarzan como las cerezas y una lleva a otra con una naturalidad que parece espontánea pero que podría no haberse producido nunca.

Yo estaba hablando de la crisis del veintinueve y de sus similitudes con la que vivimos, dando tumbos y haciendo aspavientos por todas las cosas que ignoramos pero que deberíamos saber y de pronto nos fuimos a las canciones francesas y mi interlocutor me preguntó que si no había visto el vídeo de Mad Men en el que se versiona una canción que yo no conocía y que ahora no paró de escuchar a todas horas.

Zou bisou bisou es el regalo que recibe Don Draper en su cuarenta cumpleaños por parte de su nueva esposa, lo que termina resultando algo mucho más burbujeante que las copas de champagne desde las que la miran, extasiados, el resto de los invitados. Parece que la canción fue compuesta para que la cantara Sofía Loren pero la hizo conocida Gilliam Hill en el verano de 1960.

Es muy curioso observar las dos versiones y dejarse llevar por la fantasía de que hubo alguna vez un mundo que parecía inaugurarse con la frescura de esas chicas casi adolescentes que cantaban canciones tan encantadoras, con un toque de inocencia y perversidad a la vez, como sí hubieran conectado con alguna fuente esencial de la vida.

En los años sesenta había un aroma en el aire que parece no existir ahora. Quizá todo no estaba muy bien pero parecía que iba a cambiar a mejor y que eso podía ser impulsado por cada gesto cotidiano. Quizá por eso nos gustan tanto las canciones de esa época, como Love me do, que los Beatles lanzaron hace hoy 50 años para crear un refugio para los que no se resignan y siguen pensando que con algunos gestos personales se puede cambiar el mundo entero.

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