Las reacciones al atentado contra los dibujantes del Charlie-Hebdo han sido unánimes. Más que unánimes, homogéneas. Hacía mucho tiempo que no teníamos tan claro, ante un evento histórico, quiénes eran los buenos y quiénes, los malos; el fanatismo islamista ha venido a restaurar la identificación de Occidente con sus propios valores. En las redes sociales, tan proclives al resabio y la ironía, la desolación era genuina. Esta vez han matado a uno de los nuestros.

Los asesinados no eran políticos ni altos ejecutivos, por lo que no ha cabido el romanticismo. Eran europeos, así que nuestras huestes de opinión antiimperialista también han podido quedarse en casa. Eran periodistas, librepensadores, currantes, vivían en París: el símbolo de la Europa Erasmus. Las víctimas eran el corazoncito de la maltrecha socialdemocracia. Sí, ya lo veis, para nosotros eran imágenes sagradas, como sagrada proclamamos la libertad de expresión.

La pregunta debería ser en qué se diferencian, pues, los doce humoristas de París de los miles de muertos en Siria. Occidente no puede utilizar este último atentado como quod erat demonstrandum de nuestra superioridad cultural. Visto el cariz que ya han tomado las respuestas al atentado, vale la pena demostrar que la tradición europea está trufada de totalitarismos. Un humorista español ha sido imputado por un vídeo en el que simulaba la disolución del PP; Javier Krahe tuvo que ser procesado y absuelto en 2012 a causa de una “receta para cocinar un cristo”, y un largo etcétera. Que ahora los jueces sean civiles y no religiosos no es herencia del cristianismo ni de ninguna institución de fe, cuya capacidad para transmitir valores humanos no es ni mayor ni menor que el de la literatura. El Índice de Libros Prohibidos del Vaticano no fue anulado hasta 1966. Quiero decir con esto que cada espacio de libertad de pensamiento les ha sido ganado al fundamentalismo de uno y otro lado.

Afortunadamente, la tradición europea también está trufada de crítica hacia los presupuestos propios. Llamar a eso “rasgo identitario” es traicionar el procedimiento mismo del pensamiento crítico. No hacemos humor porque seamos europeos: hacemos humor porque somos personas y queremos vivir con personas distintas a nosotros. La laicidad no es una creencia: es una condición de la forma política que hemos perseguido nosotros, los graciosillos, los librepensadores, los currantes. Ahora nos dirán que todos (los europeos/occidentales/cristianos) somos Charlie, y nos llenaremos la boca con lo especiales que somos, nosotros los intelectuales, siempre perseguidos. De esto se aprovecharán los unos para señalarnos como hipócritas eurocentristas y los otros para remover los rescoldos de nuestros nacionalismos. Si de verdad queremos reconocerle al atentado de París la carga simbólica que tiene, debemos empezar por negársela. Y votar para que la próxima vez no tenga que ser la caridad religiosa la que saque a un niño del hambre.

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13 Comentarios

  1. says: Óscar S.

    De acuerdo en todo, y añado. La reacción unánime a la que te refieres parece que va a ser insuflar nuevos bríos a las tesis ridículas y nefastas de Samuel Huntington, como después del 11-S. Naturalmente que estos tipos han sido unos criminales, pero muchos miles que se habrán sentido heridos por las caricaturas (que no son un juego humorístico de nuestro mundo occidental, que son ya imágenes globales) se habrán quedado en casa simplemente humillados. Mi pregunta, impopular, es, entonces… ¿hacía falta, de verdad, tocarles las narices así? Ya sé que es prerrogativa de la libertad de expresión, pero es que el mundo musulmán es el gran perdedor de la historia contemporánea. No entiendo del todo la filosofía de hacer leña con el árbol caído, a no ser que se vea como Huntington: con la guerra como horizonte, no con la paz. Sectores habrá, y muchos, en el Islam, que buscaban la modernización, y con todos estos desgraciados hechos se ven abocados de nuevo al silencio. A los espantosos morlocks de esta ocasión, que los encuentren y lo paguen, pero que acabe ya la maquinaria de fabricar irresponsablemente morlocks…

  2. says: identico

    Quizá no tenga que ver con el islam, sino con un par de locos que se lían a tiros porque se burlaron de algo en lo que creían, llámese alá o deportivo de la coruña

  3. says: Ramón González Correales

    Realmente somos tan malos, hemos sido tan malos que evidentemente nos merecemos todo lo que nos pasa. Esos tipos de Charlie Hebdo tienen que comprender, en sus tumbas, que están pagando el precio que se merecen no ya por haber hecho unos dibujillos más o menos sarcásticos sino por cada muerto que hay o ha habido en el mundo (del que Occidente, por supuesto, es culpable), por defender la libertad de expresión en un país que al parecer es igual que otros países donde ahorcan homosexuales o azotan y lapidan mujeres (de lo que Occidente por supuesto, también es culpable).

    Deben comprenderlo. La historia de  Occidente ha estado trufada de totalitarismos, de violencia y ellos han sido cómplices. Aquí tampoco respetamos realmente la libertad de expresión, incluso es probable que no haya auténtica libertad ni nunca la haya habido. Ya lo sabe el pobre Krahe que hizo un corto con una receta para cocinar un Cristo al horno y sólo lo absolvieron en los tribunales. Ahora se encuentra más o menos igual de frío que vosotros sólo que cantando y hablando en la Tuerka del gran totalitarismo que han sido los años del régimen de la transición.  Como en Irán más o menos por la misma época. 

    Este asesinato no es simbólico ya se sabe. No existe una cultura europea ni occidental. La laicidad, la ilustración no forma parte de un proceso histórico que se dio en Europa y luego pasó a América con idas y venidas y luchas muy complejas y sangrientas. Las democracias representativas no se establecieron en Occidente. La libertad de expresión no es un valor de un determinado sistema político. La libertad individual se tiene en cualquier parte, en un país islámico, por ejemplo. Allí cualquier mujer puede enamorarse de quien quiera o ir en minifalda por la calle. O cualquiera puede escribir un libro defendiendo el laicismo. Es cuestión de intentarlo y ver que pasa.

    Ahora resulta que los asesinos no son militantes de una facción radical  y organizada del islam con objetivos políticos muy claros, dentro de luchas que tienen antigüedad de siglos y que, sobre todo, han matado musulmanes en países musulmanes, sino “morloks”, criaturas infrahumanas que hemos fabricado nosotros y que no debemos seguir fabricando con unas máquinas que al parecer tenemos y que se nutren de la humillación del gran perdedor de la historia contemporánea. Cosa más bien dudosa si se mira un mapa del mundo pero que sobre todo abre una gran pregunta. ¿Sería mejor que esa cultura hubiera ganado?¿Hay que dejarles ganar ahora?. 

    Me pilla todo esto leyendo las Memorias de Salman Rushdie, donde ya está todo este debate con multitud de matices y además el poso del tiempo y de cómo se posicionó cada uno, que recuerda como a poco,de llegar Jomeini al poder,  asesinó a muchos de los que lo habían ayudado y a todos los que no eran de su agrado. Sindicalistas, feministas, socialistas, comunistas, homosexuales, prostitutas. Ese Jomeini que era tan jaleado por mucha de la izquierda de entonces, desde los cafés de Madrid que entonces frecuentaba, que tanto denostaban a las democracias burguesas y tanto anhelaban paraísos como Albania o la China de la Revolución Cultural y que luego evolucionaron hacia tantas partes o siguieron en el mismo sitio.

    Quiero creer que muchos, espero que la mayoría, de los musulmanes que viven en Europa no sólo vinieron buscando un trabajo para salir de la pobreza sino también una vida más libre, con más derechos garantizados por la ley,  lejos del control social que se ejerce en sus sociedades y al que es difícil sustraerse, porque muchas veces se paga con la vida o desapareciendo de la vida.  Imagino su perplejidad cuando lean o escuchen algunas cosas.

    La mejor forma de defenderlos como de defender a nuestras sociedades de nuevos totalitarismos ( del renacimiento de los de siempre, de los que puedan surgir nuevos) es seguir ejerciendo los derechos que se pueden ejercer en las sociedades abiertas a pesar de sus imperfecciones. Y exigiendo que los que vengan de fuera los respeten. 

    La libertad de expresión es fundamental porque supone la posibilidad de poder poner en cuestión, de poder debatir, de poder buscar la verdad, de no plegarse a los límites que cada grupo organizado quiera imponer para sentirse injuriado y con derecho a responder violentamente, como tienen tendencia a intentar. Supone la posibilidad de que los individuos puedan buscar sus propios caminos y puedan evolucionar. La posibilidad de cuestionar y cambiar poderes. 

    Con este asesinato, como con otros se quiere estimular el miedo, la censura, el apaciguamiento de los que nunca van a tener bastante porque no asesinan por la publicación de unas caricaturas sino por una forma de vida que detestan y quieren destruir y que siempre van a detestar.  Lo dice muy bien Ayaam Hirsi Ali, una mujer que sabe de lo que habla y que ha pagado muy caro por hablar. Aunque algunos dirán de inmediato que está vendida al podrido Occidente capitalista, ya se sabe, culpable de todo…

    http://internacional.elpais.com/internacional/2015/01/09/actualidad/1420832504_200277.html

  4. says: Óscar S.

    Como lo razonas en plan maniqueo (sociedad abierta frente a sociedad cerrada; cultura que evoluciona frente a cultura represiva), entonces te sale el choque de civilizaciones. Somos, dices, la forma de vida “que siempre van a detestar”. Los jeques de Dubai, por ejemplo, no, esos imitan los lujos occidentales muy tranquilamente. Se trata de ver con quién se puede negociar cierta convivencia entre culturas, lo cual incluye exigencias como la del trato a la mujer, a cambio, tal vez, del reconocimiento de Palestina como Estado, etc. De lo que dices, en cambio, no veo cómo puede salir nada práctico. Y menos si empleas expresiones como “podrido Occidente capitalista”, que son fantasmas tuyos personales que nadie más ha mencionado aquí. No hay dos posiciones antagónicas, como quieren los medios: o contra ellos, o contra nosotros; también cabe la sensatez…

  5. says: Ramón González Correales

    Ojalá llevaras razón. Pero me temo que las facciones fanáticas de las religiones como de cualquier ideología totalitaria que opera como una religión no son demasiado sensibles a las componendas. Creo que hay abundantes ejemplos históricos. Y muy a menudo se han aprovechado de la ingenuidad de los intelectuales y de las ventajas de las sociedades abiertas para conseguirlo. Se puede hablar del nazismo, pero también del estalinismo que tantos años cautivó a muchas de las mejores cabezas de Europa que miraban y no veían más que sus propias fantasías. 

    Lorenzo Silva hace aquí una breve historia del conflicto y también aboga por negociar y apoyar a los moderados. Esta claro que hay que intentarlo, igual que tratar de resolver con justicia algunos conflictos, como el caso Palestino. La asistencia de gente muy distinta a la manifestación de París puede ser alentador.

    http://www.elmundo.es/cronica/2015/01/11/54b117c5268e3e2a128b456f.html

    En este artículo  se plantean algunos problemas para que eso no sea tan fácil en la práctica y de que el auge del multiculturalismo en los últimos tiempos haya hecho que se defiendan actitudes muy apaciguadoras que centran más el foco en “evitar cualquier cosa que moleste”. Pero eso puede no tener fin y al final puede formar parte de una estrategia de poder en el que gana quien amenaza con utilizar (y utiliza) la violencia. Este párrafo subraya una idea con la que estoy de acuerdo.

    “Los occidentales se han rendido ante el primer objetivo de esos sectores reaccionarios: que se les considere como los verdaderos representantes de los musulmanes, en lugar de confiar, apoyar y defender la conveniencia de que esas sociedades se secularicen, es decir, tratar de que abandonen los comportamientos religiosos más reaccionarios y tradicionales, igual que se trata de que se abandonen sus peores comportamientos las comunidades ultracatólicas o ultraevangélicas.

    En lugar de defender y apoyar a quienes entre los musulmanes creen también en una visión racional y científica del mundo, en lugar de defender la secularización universal (que debió ser uno de los propósitos de la izquierda occidental), Occidente pasó a defender particularismos étnicos y a plantearse si el hecho de que una comunidad considere ofensiva una caricatura es argumento suficiente para suprimirla.”

    http://elpais.com/elpais/2015/01/09/opinion/1420818764_535310.html

    Este artículo Fleming Rose abunda sobre lo mismo y no está de acuerdo con dejar de publicar lo que puede molestar a cualquier grupo organizado. Los límites sólo pueden ser los de la ley. 

    http://internacional.elpais.com/internacional/2015/01/10/actualidad/1420921359_949870.html

    En fin, quizá el problema sean los memes, el que algunos son tan resistentes y replicantes que se terminan imponiendo en algunos cerebros y en algunos contextos. Incluso Dawkins está asustado y no sólo por el islam. Una gran tarea sería encontrar algunos que los contrarrestaran, pero parece que el que los inventó no los ha encontrado.

    https://m.youtube.com/watch?v=ndeegYY2tXM

  6. says: Óscar S.

    “El virus de la religión” es otro salto ilegítimo de género lógico, y, además, llamando enfermo al otro no se empieza negociación alguna. Negociación significa eso: que yo doy algo tangible para conseguir algo tangible, todo dentro del marco bien concreto de las formas de vida, religiosas o no. Naturalmente, es improbable que Occidente ceda en nada porque está en la posición de fuerza, pero ello supondría aceptar tácitamente ataques de morlocks de cuando en cuando (además de la permanencia en la miseria de esas poblaciones como Afganistán con el argumento “ellos se lo han buscado”…)

  7. says: Óscar S.

    En la penúltima línea debería poner “supondrá”.

    Me entero de que Charlie Hebdo saldrá en su próximo número con subvención estatal y de muchos editores: 1 millón de tirada en vez de sus 60.000 habituales.

  8. says: Ramón González Correales

    Óscar

    ¿De verdad crees que se puede negociar con los yihadistas o con facciones fanáticas de cualquier ideología o religión?

    No parece que sea eso la experiencia histórica cuando tienen fuerza. Creo que hay miles de ejemplos que demuestran lo contrario. El hecho es que en un país árabe nadie puede cuestionar la religión y las conductas que prescribe, que inundan todo el espacio público y, desde luego, nadie puede iniciar ninguna forma de cuestionamiento organizado de esas ideas con lo cual tienen tendencia a perpetuarse, como de hecho ha ocurrido. O ¿hay alguien que pueda oponerse al adoctrinamiento de las madrassas?. Esa tendencia a monopolizar el adoctrinamiento y tratar de demonizar (y en muchos casos eliminar de alguna manera) a los que no piensan como ellos lo han tenido todas las religiones y en Europa ha costado mucho que toleren sociedades laicas en las que sea posible un cierta libertad de pensamiento. Antonio Elorza lo argumenta con elocuencia

    http://internacional.elpais.com/internacional/2015/01/11/actualidad/1421003519_692613.html

    Y esto pienso que no es negociable. Entre otras cosas para proteger a muchos musulmanes que quieren vivir de otra manera y tienen derecho a hacerlo sin presiones ni amenazas. El debate del velo hace muchos años ya dejó claro hasta que punto eso era también una estrategia política del islam radical.  Utilizar la democracia para hundir la democracia como dicen en sus pancartas. 

    El asunto de los memes lo saqué, un poco en broma, porque creo que es difícil de comprender cómo gente educada puede a veces caer en sistemas de creencias muy cerrados absolutamente ajenos a la razón y la evidencia. La hipótesis memética (que no tiene nada que ver con virus)  aporta una perspectiva curiosa.  Daniel Dennet ha escrito un libro sobre el tema y abajo pego una entrevista y una referencia del libro.

    http://www.theguardian.com/science/blog/2013/mar/22/daniel-dennett-theory-of-mind-interview

    http://www.d.umn.edu/~rgreen/Daniel Dennett.pdf

    http://es.m.wikipedia.org/wiki/Meme

  9. says: Óscar S.

    Ramón,

    Eres una buena persona, dispuesto a barajar varias ideas para cambiar tu punto de vista, si es el caso. Esperemos que alguien del otro lado lo sea también, y que, como decían nuestros padres, “la vida de muchas vueltas” (como las ha dado desde el esplendor de La Alhambra hasta hoy, para mal). O eso, o estamos jodidos, así, en general…

  10. “Religion, a mediaeval form of unreason, when combined with modern weaponry becomes a real threat to our freedoms. This religious totalitarianism has caused a deadly mutation in the heart of Islam and we see the tragic consequences in Paris today. I stand with Charlie Hebdo, as we all must, to defend the art of satire, which has always been a force for liberty and against tyranny, dishonesty and stupidity. ‘Respect for religion’ has become a code phrase meaning ‘fear of religion.’ Religions, like all other ideas, deserve criticism, satire, and, yes, our fearless disrespect.”

    Salman Rushdie

    Pues eso.

  11. says: Óscar S.

    … Y con esta apelación a un argumento de autoridad nos devuelves al principio del debate. El problema de las religiones monoteistas es que permiten al poderoso hablar desde el absoluto, es decir, desde aquel punto ficticio donde no rige el cambio histórico ni la pluralidad de opiniones. Al marxista le sucede lo mismo respecto de las Leyes de la Historia. Y al liberal, ídem: no por casualidad, Popper es el autor de “Miseria del historicismo”… ¿Y no es la afirmación de Rushdie igualmente absolutista? Según él, siempre, y en todas partes, la religión merece ese desprecio. Lo que yo defendía, en cambio, es que debemos fomentar acciones que faciliten ablandar ese absolutismo islámico para que afloren otras perspectivas más favorables a la secularización en el propio seno de la Umma, lo cual, claro, no se consigue insultando.

    5 millones de tirada, por cierto, lleva la revista…

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