Faemino y Cansado: “A veces, el telediario hace más gracia que un programa de humor”

Juegan con la risa como un material maleable. Saben provocarla. Conocen los secretos para auparla hasta la mirada, la boca y el cerebro. Y la utilizan para construir, como si se tratase de un curioso tipo de asfalto, caminos por los que escapar de esta realidad que nos persigue para engullirnos.

Carlos Faemino y Javier Cansado llevan 30 años a lomos de un tipo de humor en el que han cambiado los temas con los que surfean la actualidad, pero no el fondo ni la forma en la que los tratan. Siguen con sus enormes chaquetas y sacan a pasear la nariz de payaso y la copa de coñac, aunque el cigarro sí que se ha quedado en el camino. “Fue un momento de luto por la libertad individual”, reconoce un Faemino que no para de gesticular a la cámara del fotógrafo durante la entrevista, cuando recuerda que tuvo que comenzar a subirse al escenario sin nicotina.

Ambos se sienten orgullosos de que sus espectáculos de hace décadas puedan verse hoy sin explicar nada. Nosotros cambiamos; Faemino y Cansado evolucionan, pero su humor sigue procurando las mismas conexiones a quienes les disfrutaron en los 80 que a aquellos que les descubren hoy en Internet, su escaparate.

La entrevista no fue fácil de conseguir. No conceden demasiadas y, sobre todo, ninguna a un medio nuevo, como www.hyperbole.es. Un e-mail inspirado cambió nuestra suerte y nos sentamos ante dos cómicos que nos cuentan sus verdades, con toda la relatividad que eso implica.

Hacemos las preguntas en su lugar de trabajo; el centro de una platea, rodeados por 1.000 butacas rojas. Con los focos posados sobre ellos. Pero esa luz intensa no les impide abrir sus ojos de par en par. Al contrario que los que estamos allí, obligados a mirar protegiéndonos las pupilas. Están cómodos en ese lugar. Los técnicos y su manager, Javier, se han sentado en las escaleras que conducen al escenario para disfrutar del espectáculo. Verles hablar, lo es.

El teatro está vacío, poco antes de que se abran sus puertas y no quede ni un solo hueco libre. En plena recesión económica, queda claro que procurar felicidad durante hora y media no tiene precio. Ahora, cotiza al alza.

1. ¿Cuál es el truco para colgar el cartel de “No hay entradas” en todas vuestras actuaciones, ahora que vivimos una época como ésta, en la que cada vez hacen falta motivos más convincentes para rascarse el bolsillo?

Cansado. El truco que utilizamos, sinceramente, es actuar poco. Por ejemplo aquí -por Ciudad Real- hace doce o quince años que no actuábamos. Lo poco gusta y lo mucho cansa y así conseguimos que la gente no se harte de nosotros. Aquí podríamos venir dos o tres días, cierto; pues venimos uno, y , dentro de tres o cuatro años, estaremos aquí de nuevo. Actuamos unos ocho días al mes y, para nosotros, es suficiente.

2. Pero, insisto, hace unas semanas, en este mismo teatro, tuvo que suspender su actuación Joaquín Reyes, alguien que está de plena actualidad. Y vosotros lleváis muchos años ya en el escenario. Y no estáis en la tele…

Cansado. La clave está en Internet. Para nosotros, hay dos niveles: la gente que nos conoce y es fan, que sigue nuestra carrera y que ya está ahí siempre. Les molas y saben que tenemos unas características determinadas. El problema viene para sumar a tu propuesta a la gente que no te conoce. ¿Cómo lo hacemos? Pues a través de internet (N.R: Tienen una página web www.faeminoycansado.com) . Ahí está todo lo legal e ilegal que hemos hecho en nuestra vida. Actuaciones en bares, en teatros, y también en televisión. Ése es nuestro escaparate y estamos contentísimos con él.

Faemino. Ahora nos va a fastidiar un poco la Ley SOPA ésa.

Esta respuesta es la primera que da Faemino. Y con cara de malo-malo. La entrevista se realiza, justamente, en plena marea de reacciones ante el desmantelamiento de Megaupload, y Faemino y Cansado no son ajenos a ella. Su postura, como creadores, es dual. Están a favor de internet y las posibilidades que ofrece para llegar a más gente, pero también saben que las grandes producciones están abocadas a desaparecer. Y lo cuentan con triste ironía.

2. ¿Qué opináis, precisamente, de la Ley SOPA norteamericana, de plena actualidad?

Faemino. Pues que está muy bien que los delincuentes vayan a la cárcel. El muchacho éste de Megaupload, ¡que lo tiren al mar!.

Cansado. La opinión que tengo sobre la piratería en Internet es que supone un problema de ecología. Creo que a nosotros nos conviene mucho que nos pirateen. Es una fuente de relaciones con nuestro escaparate, como decía antes, que nos parece maravilloso. Pero, nos conviene. Si no nos conviniera diría: “Oye, no nos conviene”. Es decir, yo soy puta, pero no me violes. Si me pagas, follamos, pero no me violes…El problema de la piratería, y digo “problema”, entre comillas, es que ahí tenemos el paradigma de que todo ha cambiado, los foros de intercambio, etc…El problema, decía, es ecológico. Llegará un momento en el que si los hijos de puta capitalistas no ganan dinero, no van a hacer las cosas; tendrán que ser los enrollaos estupendos los que hagan otras cosas, pero no serán esas producciones enormes.

Ya “Juego de Tronos” no se podrá hacer porque no habrá pasta. Si a medio plazo queremos que no exista “Juego de Tronos”, pues adelante. Nos parece bien que, en lugar de hacerlo con actores lo hagan con dibujos. ¡Cambio de paradigma! -gesticula exageradamente-. Pero si cambiamos de paradigma, lo cambiamos en todo. Los zapatos, ¿para qué los vamos a pagar si podemos…? Pero no cambiemos sólo la creación, cambiémoslo todo.

Durante la entrevista, Cansado despliega una energía opuesta a su nombre. Y se explica utilizando mucho las manos. Se ríe. Es generoso con las respuestas. Faemino, mientras, pone caras; fuerza muecas y responde poco. Pero, cuando lo hace, no queda más remedio que soltar las débiles costuras que nos hemos puesto en las comisuras de los labios para aguantar el tipo durante este encuentro con ellos.

3. Y ahora, con tanta prima de riesgo, banqueros y políticos lanzando mensajes apocalípticos que nos bombardean desde todas partes, ¿todo eso os corta el punto humorístico o, por contra, os empuja a aguzar el ingenio y a hacer mejores chistes?

Faemino. Hombre, ahora hay mucha competencia. Tú te nutres de la realidad y, a veces, la realidad es más divertida que el chiste que tú puedas hacer de ella, o la visión irónica o humorística que tengas. A veces veo el telediario y me hace más gracia que un programa de humor. Y eso es insuperable. Esto está alcanzando la cota del surrealismo, de la paradoja.

Cansado. Lo que es cierto es que las épocas duras son buenas para el humor. Lamentablemente, también lo digo, la gente busca evasión. Lo más buscado en la vida siempre es el sexo y luego el humor. Y ya, cada vez, en las épocas más difíciles -risas-, el humor se acerca más al sexo. El horizonte que tenemos es cada vez peor y eso, para el humor, es una putada, pero le va bien. Porque es una necesidad palmaria reírse y evadirse.

4. ¿Qué os inspira para hacer lo que hacéis sobre el escenario, en el día a día? ¿Cuál es el kit básico para crear el humor de Faemino y Cansado?

Cansado. Justamente lo que estamos diciendo: la realidad. De hecho, nos chuleamos un poco de que un espectáculo nuestro de hace 30 años valga hoy en día sin explicar nada. No tenemos que detallar: “Éste era el presidente Camps, que estaba…”. No. Hablamos de estereotipos, de cosas más generales; de todo lo que vemos, lo que nos ha pasado, lo que nos cuentan…

5. Hace un momento hablábais de “Juego de Tronos”. ¿Películas, libros o ficción no tienen tanto peso para vosotros, entonces, en vuestro humor?

Cansado. Ahí estaba hablando como espectador. Soy muy fan de la serie. Hay muchas series que sigo y digo: “¡Joder, qué maravilla, cuánta pasta se han dejado ahí!”. Será una reliquia dentro de 50 años, pero bueno, hay que cambiar. Por ejemplo, los Monty Python, que es la gente que más nos ha gustado en la vida, cuando hacían un programa en la BBC lograban que el país se parase, porque no había vídeos. O lo veías o, ya, olvídate de disfrutarlo. Ese planteamiento, ese paradigma ha cambiado totalmente. Ahora, si no ves algo, lo puedes grabar o lo puedes pedir. Yo soy consciente de que ha cambiado el planteamiento. Si me dices que si quiero lo de la BBC, te contesto que sí. Quiero que cada vez que salga en televisión sea un acontecimiento. Sea yo u otro el que esté ahí. Pero, ahora, da un poco igual. Es mi planteamiento respecto a las producciones caras de las cosas.

6. ¿Hay más payasos sobre el escenario o fuera de él?

(Risas de Javier Cansado)

Faemino. Efectivamente, hay gente que es payasa sin saberlo. Luego está el ojo del que lo mira. Ves a gente que se supone trascendente y tal, y que dices: “Bueno, ¡ese tío es un payaso!”. Sí, creo que hay más payasos fuera, definitivamente.

5. En cualquier caso, vosotros preferís que no os llamen así.

Cansado. A mí, personalmente, me da igual, aunque prefiero “humorista” porque me dedico a hacer humor. Yo creo que el humorista es la categoría principal y luego viene la familia: mimo, caricato, monologista…Pero el orden parte de “humorista”.

6. Y cuando os quitáis la chaqueta gigante, la nariz roja, vuestra máscara, en definitiva, y llegáis a casa, ¿sois igual de graciosos con vuestra gente, u os convertís en seres un poco aburridos?

Cansado. Como se ve en esta charla, no somos nada divertidos -risas-. Hay un estereotipo del humorista: se espera que sea de la misma forma fuera del escenario, y no es así. Estamos de cachondeo cuando estamos de cachondeo.

En este punto, Javier Cansado explica cómo, si a alguno de sus hijos le hablan de lo divertido que debe ser vivir con un padre como él, al final, éste tiene que utilizar la ironía para responder al compañero preguntón: “Pues igual un martes está simpático y tal”. Sus hijos, cuenta, siempre se empeñan en explicar que es un padre muy exigente con las notas y que pide mucho rendimiento en el estudio. Que no es tan gracioso como en el escenario, vamos.

Levantando los hombros y las cejas mientras da ejemplos para explicarlo mejor, se muestra seguro de que “Stephen Hawking, que parece que siempre debe estar pensando en sistemas de pensamiento, ¡evidentemente no lo hace! El humorista no está siempre de cachondeo. Es más: no está muy de cachondeo casi nunca”, sentencia.

7. Pero es inevitable que vayáis a comprar pescado y os pidan una gracia…

Cansado. Yo soy especialmente serio. No me peleo con nadie, no soy desagradable ni me granjeo la enemistad de quien tengo enfrente, pero la necesidad de bromear en la cola de la carne no la tengo. Si puedo comprar solomillo ese día, bien, y si no…-levanta los hombros y se ríe-.

Faemino. Tenemos una ventaja y es que no somos humoristas que tengamos unas referencias. No tenemos dónde agarrarnos. Si les gusta lo que haces, bien; son amables contigo, te sonríen, pero no tienes una muletilla con la que ellos puedan romper ese hielo y tú continúes. Es algo muy natural y estamos muy contentos. Porque puede llegar a ser…un calvario.

8. Vamos, que vosotros vais por la calle con cierta normalidad.

Cansado. Sí. Por ejemplo, yo soy muy amigo, aunque ahora no nos vemos, de Santi Urrialde, que hacía una parodia de Rambo hace unos años. Salías con él un rato y todo el mundo le decía: “No siento las piernas, ¡no siento las piernas!”. A nosotros eso no nos lo van a decir. “¡Hombre, Faemino y Cansado -escenifica-! Hacednos, hacednooos…” ¿Qué le vamos a hacer? Un menda, por la calle, me pidió una vez que le imitase a Carmen Sevilla. Y yo le dije: “Pues no quiero” -risas-. Y me quedé tan tranquilo.

7. Estáis en la Wikipedia, que cuenta vuestros inicios en el Retiro, y los primeros pasos en teatros y televisión, pero, no dice nada de edad ni de estudios. Teniendo en cuenta que sois la imagen del humor inteligente en España ¿Tenéis algo que ocultar?

Cansado. Inteligente e intelectual -risas-. Más inteligente que intelectual. Que se digan cosas halagadoras, como “¡Qué humor más inteligente!”, nos gusta. Bueno, nosotros hemos estudiado. Hemos estudiado nuestras cosas y tal, pero somos humoristas. Y, sobre la edad, hemos pasado los cuarenta hace relativamente poco -más risas- y estamos fenomenal. De cabeza, digo…

8. Y hablando del paso del tiempo. ¿Los humoristas tenéis más facilidad para sobrellevar la edad? ¿Protege el humor de sus males? Hay humoristas para los que, claramente el paso del tiempo es nefasto, aunque no los nombraremos…

Faemino. Nuestro material de trabajo es un poco intemporal, por lo que ahí no te das cuenta del paso del tiempo. Siempre comentamos que tenemos que hacer memoria para darnos cuenta del tiempo que llevamos trabajando. Es un trabajo, pero no nos lo tomamos como tal, con lo que no nos es gravoso.

Cansado. Yo voy a decir dos cosas, Una, es que el tiempo pasa de forma distinta según qué tipo de artista seas. A un escritor, no le pasa nada. Con un rockero, la cosa cambia. Y, bueno, si eres un rapero con setenta años y te pasas el día quejándote, pues es bastante gracioso -carcajadas de todos los que están viendo la entrevista-. A un humorista no le afecta. Nosotros hacemos lo que nos gusta. Y te das cuenta de que has crecido cuando vemos a los cómicos nuevos y escuchamos cómo hablan de sus padres. “Porque mi madre cuando me cogíaaa de la manooo….”. Y yo hablo de mis hijos. Digamos que el paso del tiempo se ve en esas cosas intangibles. Yo soy un padre y hablo de mis hijos. Y el tiempo nos viene muy bien a los humoristas.

9. Vamos, que sois como el vino.

Cansado. El tema es que si tienes una línea, un punto de vista sobre el mundo, lo tienes. Es el tuyo. Mientras le entres a la gente, lo conservas. No languidece nunca.

10. Oye, y ¿qué queríais ser de pequeños?, una pregunta clásica de toda entrevista que se precie.

Cansado. Pues yo quería, y aún no descarto, ser camionero. Me parece que es algo maravilloso, para quien le gusta.

Faemino. A mí me gustaría tener un horno de ensaimadas -lo dice como si necesitase comerse una en ese preciso instante-.

Cansado. ¡Ay qué ricas! E irte a Mallorca a venderlas…

10. Sois conscientes de que algunas de vuestras parodias se han integrado en el día a día de mucha gente. En mi casa, por ejemplo, para decirle a alguien que tiene que cortarse las uñas, llevamos años diciendo que “llevas uñas de aguilucho”, como vuestro tipo aquel que se enganchaba al trampolín y no acababa nunca de tirarse.

Cansado. Nosotros tenemos un éxito formidable, ¿vale? Pero es de segunda fila. En una ciudad como ésta, puede que haya 1.500 personas que nos sigan con locura, pero que el resto no sepa ni quienes somos. Eso es lo más probable. Entonces, digamos que somos influyentes, pero en un tipo de gente determinada, no diría escasa, pero sí una minoría mayoritaria. Pero no somos de mayorías. Nosotros no haremos nunca un programa de Nochevieja, ni seremos Chiquito, que hace que hasta el Rey utilice su jerga. Tenemos ese grado de influencia, pero con poca gente. ¡Nos merecemos más gente que repita nuestras cosas! -gesticula con los brazos en alto, mientras se ríe-.


10. Y, cambiando de tema, pero no mucho, os gustan los bocatas de chorizo, supongo. Y Gila. Digo esto porque mucha gente os echó en falta en el anuncio navideño de homenaje a Gila de una conocida marca de embutidos.

Faemino. Bueno, estábamos. Pero en la tumba de al lado.

Faemino interviene poco. Es una presencia que ratifica las respuestas del energético Cansado. Pero su inteligencia cómica -cósmica- asoma, afilada, cuando menos lo esperas. Y deja claro porqué es el 50% por ciento de esta pareja de cómicos que se conoció en el año 80.

11. Pues yo os veo muy vivos. ¿Os hubiera gustado estar?

Faemino. Pues fíjate, era un rodaje muy duro, porque era en exteriores y, a lo mejor, no nos hubiera gustado.

Cansado. No hay caso. No sé si hubiéramos ido, pero es que no nos han llamado. ¿Ves como te decía que somos de segunda fila? De todas formas, es un anuncio que no me gusta, aunque Gila sí, por supuesto. Pero homenajear a un fiambre con fiambre nos parece una cosa de mal gusto.

10. ¿Cómo fue vuestro primer día en el escenario sin cigarro, compañero habitual en vuestros espectáculos?

Faemino. Yo lo pasé mal. Fue un momento de luto por la libertad individual. Los fumadores somos más cobardes a la hora de defender nuestros derechos que los bebedores. Pero bueno, me pongo un parche de nicotina, y ¡palante!.

11. Habéis actuado en otros países, supongo. Vuestro humor, muy cargado de mímica, ¿se capta bien fuera?

Cansado. ¿Andorra te vale como país? Sabemos que hay gente que nos sigue en Sudamérica y que nuestro programa “El orgullo del Tercer Mundo” se vendió a muchas televisiones, pero sólo hemos salido a actuar a Andorra. E íbamos preocupados, porque, es una gilipollez, pero no sabíamos si al decir “Ramoncín” iban a entender quién era. Pero resulta que comparten la misma cultura con nosotros. Ven la tele española y tienen las mismas referencias. Y también llenamos…

12. Vuestra vida, por lo que contáis, no es lo que suele llamarse “la vida de un cómico”.

Cansado. Vamos a hoteles de cuatro estrellas y restaurantes fantásticos -risas-. No hay drama. Y no lo ha habido nunca, ni cuando empezábamos. Cuando arrancábamos no teníamos protección y tampoco buscábamos la trascendencia, ni nada. No tenemos nada que ver con los ‘cómicos de la legua’, ni nada de eso. Es cierto.

En ese momento, llega el mánager para avisar de que tienen que correr para maquillarse y ponerse el uniforme sus personajes. Nos hemos excedido del tiempo concedido, pero responden una más.

13. Y, para terminar, hay una frase de Katharine Hepburn que decía que la muerte iba a ser un gran alivio para ella porque se acabarían las entrevistas. ¿Pensáis lo mismo?

(Risas de ambos).

Faemino. Según qué entrevistas -y pone mirada interesante-.

Cansado. Hombre, una persona de un nivel así, que tiene que atender decenas de entrevistas en las que te preguntan siempre lo mismo, es lógico que lo diga. Pero solemos hacer sólo una entrevista al mes o así. Nosotros, ¡lo tenemos dominao! ¡ Es todo mentira!

Fotos: Mariano Cieza

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