Me recuerdo en Madrid, creo que en fin de semana, cuando ya llevaba años trabajando en un pueblo y acababa de nacer mi segundo hijo. Era por la tarde y creo que me enteré por la radio. Se había estrellado en la M-30, muy cerca de donde yo estaba en ese momento, lo que daba al accidente un punto mayor de cercanía, como si nos hubiera podido pasar realmente a nosotros y nos descubriera de nuevo la fragilidad de la vida que no protege ni el éxito ni la fortaleza física. Todo puede acabarse en una curva, pisando demasiado el acelerador en un coche potente, por cualquier otro motivo sobre los que de inmediato se comenzó a especular.
Fernando Martin era tres años más joven que yo pero no se porqué lo percibía como mayor, quizá porque había triunfado en el baloncesto que a mi me gustaba tanto entonces o porque parecía haber hecho ya muchas cosas en aquella época: quedar subcampeón en unos Juegos Olímpicos, haber estado en los Porland, representar el nuevo tipo de jugador de baloncesto español que ya podía competir con soltura con los rivales de otros paises sin ningún complejo.
Ahora me doy cuenta de que, cuando murió tenía solo 27 años, era muy joven, más de lo que son mis hijos ahora. Lo miro en la imágenes y a veces le noto una mirada melancólica como si llevara un carga pesada y estuviera un poco cansado. El sueño americano no le fue demasiado bien, como recuerda su hermano y su gran rival Audie Norris, y se sintió solo y vulnerable, como un titán un poco herido. Sin embargo su ejemplo fue fundamental para los jóvenes que ya lo admiraban y que muy poco tiempo después rompieron todos los techos de cristal y ganaron todos los títulos posibles.
Ahora cuando veo a los hermanos Gasol o a Ricky Rubio jugando en la NBA siempre me acuerdo de él y de Petrovic otro titán de época, que tuvo un destino similar en su viaje americano, además desgarrado por una guerra. Y pienso en lo evidente que parece el progreso cuando se consigue, en lo fácil que parece llegar a ser uno de los mejores pivots de la NBA que un equipo consiga el campeonato del mundo. Pero no es fácil y podría no haber ocurrido o puede desaparecer y no volver a conseguirse en muchos años.
Fernando Martín aquel chico que murió tan joven …