Para mí ha sido una suerte hacerme mayor en el momento más o menos justo en que la música popular está pasando a ser algo ciertamente difícil de juzgar porque eso me permite apreciar con mejor perspectiva lo que fueron el jazz, el rock y las múltiples ramificaciones de ambos, todas geniales a mi juicio. Además, son también estos los años en los que muchas de las grandes estrellas de los sesenta en adelante comienzan a desaparecer, mientras que otras siguen vivas y sorprendentemente activas para la edad y el desgaste que en muchos casos han sufrido. Este librito, de hecho, contiene no pocos obituarios de aquellos grandes, tanto de los que acababan de dejarnos como de los que cumplían medio siglo de mutis, homenajes que disfruté mucho haciendo, aún a riesgo de parecer ahora un redactor carroñero. Yo soy bastante mainstream en lo musical -y me temo que en todo lo demás-, aquí no se encontrará ni una reivindicación de bandas o personalidades que han pasado desapercibidas por la sordera del público y la perfidia de la industria ni tampoco críticas o vitriolo contra los más grandes clásicos, que me parecen incuestionables. Sé poquísimo de lenguaje musical, lo reconozco, y la historia externa de rock, en lo referido a managers, sellos discográficos y listas de ventas me importan lo justo, de manera que lo que el lector encontrará aquí es más bien un crónica sentimental, o, mejor, emocional, de los últimos 70 años de música, que creo que es precisamente el núcleo jugoso de la cosa y justamente lo que se está perdiendo en la actualidad -aunque espero que no- en nombre de banalidades como colaboraciones, antecedentes criminales, número de grammys o querellas absurdas como la de Kanye West y Taylor Swift. Todo eso me parece que está muy bien a fin de que el espectáculo continúe, pero tan sólo si lo respalda “chicha”, es decir, gran música, puesto que la que hasta ahora escuchábamos sin duda lo era, y muy grande.
Recuerdo que en el documental, ya añejo, que se hizo de The Band, a uno de los integrantes del grupo le preguntaban que qué podía ser a su juicio esa mezcolanza de Rhythm and blues, Gospel, Country, Bluegrass, etc, a lo que él respondía, sin titubear, algo así: “just Rock´n´Roll…” Y me parece que es cierto, que la etiqueta Rock´n´Roll engloba tanto a Kraftwerk, como a The Temtations como a los Low (que son mimi-malismo musical, o lo eran), como a The Cure o como a los ruidistas Swans, sin que los unos tengan mucho que ver con los otros, por los motivos que intentaré esclarecer aquí.
He hecho constar numerosos enlaces a Youtube por si alguien se anima a escuchar la canción tras leer el texto, al modo de un hipervínculo. Como dijera Tchaikovski, “en verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco”. Ahí le has dado, Piotr…
Índice
Obertura
Intro: ¡Ragnarock’n’roll!
Johann Sebastian Bachstropiero
Little Richard, bailándole a Dios y al Diablo…
Dire Straits, 22-23 julio 1983
McCartney, joven otra vez
Hablando mal del bueno de Lou
Groucho escribiendo música: la “dialéctica negativa” de Frank Zappa
¡Esa guitarra carabanchelera! (el brazo incorrupto de Rosendo Mercado)
Cuervo ingenuo sí fumar
How does it feel? (Rock, 1965-2015)
Steve Vai, el rock del siglo ventiséis…
Prince, a solas consigo mismo
Confluencias…
25 años sin la “reina” del rock
Medio siglo de Hey Joe
George Michael on the top
El punk se hace cuarentón (1977-2017)
Roll over Chuck Berry
La muerte de Gregg Allman y el mutis del Despacito…
Forever Young
50 años del Disco Blanco, y otros 50 del Disco Negro
Joaquín Sabina y el largo adiós
Mad Cool: Pearl Jam
La Lola nos llevó al huerto…
Keith Richards, más vivo que Carracuca
Aretha Franklin: Body and Soul
Madonna è mobile…
Greta Van Fleet: el retorno de los monos chillones
Woodstock ni siquiera sucedió en Woodstock
Camilo Sesto: The Sinatra of Spain
¡Iros todos a tomar por Robe! (el fin de Extremoduro)
Cuarenta años del London calling de The Clash
Luís Eduardo Arte
Cincuenta Años de Soledad (la ruptura de The Beatles)
Cuando Nick Cave llevaba 20.000 días sobre la Tierra
Jorgito y su voraz apetito (el documental de Ilegales)
(G)Ennio Morricone
El Diablo en la Botella: Dylan Thomas & Jason Molina
Midsummer´s Night Music
50 años sin Jimi Hendrix: si yo tuviera una escoba…
A Woman Left Lonely: 50 años de la sobredosis de Janis Joplin
Eddie Van Halen, estrella del rock-ocó
¿Eres tú Josele Santiago o lo soy yo?
Treinta años del Wicked Game de Chris Isaak y el Eros
¡Y John Lennon ascendió a los cielos! (mientras Chapman sigue chupando cárcel)
Zelig Stardust
Ratas, enanos con crema, cucarachas y Mary Wilson
Cuando Chick Corea y Pat Metheny…
Ecce Hetero: medio siglo de la desaparición de Jim Morrison
Dusty Hill: Murieron con las barbas puestas…
Muerte de Charlie Watts: I´m just waiting on a friend
Mark Knopfler deja los escenarios
Stevie Nicks Eyes…
The Who… y Led Zeppelin
La última vuelta de campana de SINIESTRO TOTAL
Vangelis: Memories of Green
Sesenta años rodando piedras
Jerry Lee Lewis: ¡Great Pila de Años!
La energía de fusión y Pink Floyd
Las músicas de nuestro tiempo -el universo pop, Álvaro Alonso
David Crosby, el último jipi
Medio siglo orbitando The Dark Side of The Moon
La Inteligencia Artificial y Harry Belafonte
Ringo Starr: el de en medio de The Beatles
John Mayall y la Travesía del Atlántico
Kris Kristofferson: He and Bobby McGee
Bob Dylan y el Nobel de Literatura más insólito
Cómo no, los cuarenta años del Back In Black…
Siete vestigios de la canción-protesta
50 sombras de Otis
The Who… Y Led Zeppelin
Os explico mi perplejidad. El caso es que el que iba de guapo es el frontman, Roger. Pero a mi me parece que el pintón de verdad era el feo, Pete. Vale, tiene una prominente probóscide, ha envejecido fatal, dicen que es un pelín pederasta (solo de mirar, pero quién sabe), se ha quedado sordo, debe tener una mala leche de la hostia… Pero da la sensación como de que Roger hubiera querido ser Robert Plant, luengas guedejas, pero que se quedó a medio hacer. Sin embargo, Pete, siendo mucho más altivo, le echaba mucho más entusiasmo, era el compositor del copón, tenía las piernas más largas, estaba más proporcionado, pegaba unos saltitos estupendos, hacía molinetes, rompía cosas, no sé…
Es verdad que, como digo, Pete está ahora hecho una boñiga, mientras que Roger, pues bueno, todavía se parece a sí mismo. Pero eso a lo que se parece ya nos parecía un complemento de Pete, como su gnomo vocal y genital, con una nuez de semental atontao, de modo que…
(De John no digo nada, que me intimida y además está muerto, no digamos ya Keith, cuyas malvas son ya sequoyas…)
Pero conste que en mi siguiente encarnación virtual buscadme por la gracia de Baba O´Riley, como si fuera una criatura salivante y mucilaginosa (yo tampoco sé lo que es) de Lovecraft….
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Aquí me ocurre lo mismo, no tengo remedio. Como sé que es el listo -incluso para sublimar lo plagiado- es Jimmy, aunque sea un satanista gilipollas, se le haya puesto con la edad aspecto de millonario cínico, y a veces tenga unos riffs aburridísimos, le sigo prefiriendo al dios griego, a Plant, que pone la manita derecha como si llevase una bandeja de dobles y marchando, que tiene una tableta de antes de las tabletas, cuya voz es mítica, pero maricona (en el mejor sentido de la expresión, si lo hubiere), y que seguro que ha dejado más hijos por el mundo que Hércules. Jimmy Página es el compositor del copón, el que se inventó el estilo, el que lleva los pantalones de campana, el que organizaba las orgías, y Robert nada más que su noble peeeeerra cánora con pedigrí a la voz de “ya”.
Digo lo mismo de Bonham que de Moon, pero Jones me impone menos que Entwistle, porque no se ha muerto y porque no parece tan ágil de dedazos de goma. Perro negro… ¿eso no era de Stevenson?
(Y es que Página tiene esa cara inconfundible de haber nacido en Katmandú, pero en un shock eléctrico…)
Pero todos ellos hacían unos peaso de temas descomunales, que con medio de uno solo de ellos una banda actual se haría una carrera musical entera…
Long live Rock´n´roll!!!