Memes de la Literatura Española (III): Memes del Renacimiento

 

Garcilaso de la Vega y el éxito del meme soneto

En determinados casos, la edición o recorte del meme conduce a una versión más breve que se segrega del texto original y se replica en esta nueva forma independiente, llegando a opacar y desplazar por completo el meme primigenio. Cuando en 1543 Ana Girón de Rebolledo hizo imprimir a sus expensas en homenaje a su difunto esposo Las obras de Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega, no se imaginaba que los versos del poeta invitado y amigo de correrías de Juan Boscán vampirizarían todo el esfuerzo editorial de la viuda. Algunos años después se habían multiplicado las ediciones y comentarios de la obra de Garcilaso, quedando la de Boscán en un segundo plano de interés.

 

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Problemas del primer mundo.

 

Efectivamente, si bien los primeros sonetistas en castellano fueron el marqués de Santillana (1388-1458) y el propio Juan Boscán (1492-1542), es Garcilaso de la Vega (1498-1536) quien se lleva la fama de haber injertado con éxito el meme soneto en la lírica española. A Garcilaso se deben cuarenta sonetos, que dejaron una honda impronta disfrutada y seguida por infinidad de lectores y poetas.

 

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Garcilaso de la Vega. Soneto V.

 

Casi todos hemos escuchado y hasta comentado algún soneto de Garcilaso, y la habilidad poética del poeta soldado ha sido tantas veces glosada que poco podemos añadir en este artículo. Nos interesa ahora analizar las razones del éxito ininterrumpido de los sonetos en tanto que memes literarios.

 

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Garcilaso de la Vega. Soneto X.

 

La invención del meme soneto se atribuye al poeta italiano Jacopo da Lentini (1210-1260), quien compone un poema formado por dos cuartetos y dos tercetos de versos endecasílabos. El sonetto es imitado rápidamente por los poetas del Dolce stil novo en el siglo XIII y desde Italia se difunde poco a poco por todas las literaturas europeas, triunfando en España desde el siglo XVI.

 

Garcilaso de la Vega: Soneto XIII.

 

Son variados, muy comentados y no siempre claros los motivos que explican el éxito del soneto como meme. El que nos interesa ahora es su estructura fija y convencional, de tal modo que si esta se altera, el meme deja de serlo.

¡Un momento! Estamos hablando de Literatura, o sea, que la creatividad, la variedad, la invención de nuevas formas debería ser un valor máximo. ¿No? Bueno, pues a veces, no. A veces lo repetitivo engancha más que lo innovador.

 

Garcilaso de la Vega. Soneto XXIII.

 

¿Por qué los memes más exitosos repiten continuamente la misma estructura? ¿Por qué una canción de Lady Gaga no podemos desalojarla de nuestra cabeza — el temido efecto Ohrwurm — mientras que con una sinfonía de Mahler, más compleja y elaborada, no sucede lo mismo?

El homo sapiens, animal de costumbres, disfruta con la repetición. Lo que se repite es conocido, es previsible, y si es una experiencia ya conocida eso significa que la vez anterior no nos mató. Todo esto tranquiliza mucho a nuestro cerebro límbico, una entidad asustadiza y conservadora, que disfruta como un niño con la repetición del mismo chiste malo. Tal vez deberíamos llamarnos homo frequens.

Ante un estímulo o mensaje nuevo la reacción instintiva de un homo frequens es cerrarse en banda. Como sabemos todos los que hemos trabajado de comerciales, para que el mensaje llegue es fundamental tranquilizar al receptor recordándole que nuestro producto es conocido, que somos viejos amigos. En general, el éxito en la comunicación depende de respetar ciertas convenciones formales y de género. En resumen: Lo que se repite triunfa.

Un meme de Internet consta de una foto y dos líneas de texto — una superior y otra inferior — compuestas en la fuente Impact de color blanco contorneadas de negro. Si cumple esta condición ya es reconocible como meme, aceptable como tal, y susceptible de reenvío. En el caso de que la letra sea de otra tipografía, otro color, o distinta disposición del texto, ya no funciona igual como meme.

No tiene la misma gracia. Nos hemos cargado la convencionalidad. Por el contrario, si nos atenemos a la forma preestablecida, es más fácil que el receptor acepte y replique el meme.

 

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La aceptación del lector se multiplica en el caso de que no sea la primera vez que ve la imagen de fondo. Un meme conocido y familiar tiene más éxito reproductivo que uno nuevo.

 

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Con el meme soneto sucede exactamente igual. No bien el lector ve cuatro bloques de texto de cuatro, cuatro, tres y tres, ya está tranquilizado y listo para recibir el mensaje, ya lo reconoce como soneto, y el prestigio de que goza este formato ha anulado sus reticencias. Algo así como el cachetito que el practicante propina antes de clavar la inyección. Y al igual que la inyección, el soneto es muy pequeñito — cien palabras de nada — y por lo tanto, no te va a doler.

 

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Lope de Vega, con Avelino de Araujo. Apartheid Soneto.

 

El contenido del poema puede ser bueno, malo o regular. El planteamiento, original o manido. Las metáforas, sugestivas o ramplonas. Las rimas, dulces o ripiosas. Da lo mismo. El lector queda suspendido durante treinta segundos repasando mentalmente que sí, que el poeta ha dispuesto los cuartetos con la característica rima abrazada, que los tercetos también riman aunque — como las familias infelices de Tolstoi — cada cual a su manera, y que los versos suman todos once sílabas. ¡Qué tranquilidad, qué goce, qué bonito!

 

estoy continuo en lagrimas 3
Garcilaso de la Vega. Soneto XXXVIII.

 

Ese medio minuto de felicidad lo dan todos los sonetos, por malos que sean, si respetan la convencionalidad de su formato. La captatio benevolentiae ya está lograda, y eso sin añadir una sola palabra. Sigue otro medio minuto de reflexión en que el lector piensa si el poema, en definitiva, es bueno o manifiestamente mejorable, por no decir una basura.

Ahorrémonos el resultado final. La magia del meme soneto es que es capaz de suspender la resistencia del lector durante al menos un minuto, y eso no lo tiene por adelantado casi ninguna otra forma de poesía. También es altamente efectivo su efecto de emulación. Los poetas del siglo XVI quisieron imitar a Garcilaso; los del XVII no quisieron ser menos, y rivalizaban entre sí por inventar los mejores sonetos. La rueda sigue activa hoy en día. No es tan sencillo escribir una novela o una obra de teatro, pero un soneto… Un soneto puede probar a escribirlo cualquiera, y el resultado garantiza por lo menos un minuto de felicidad. Haga usted la prueba, y verá lo bien que se siente después de haber emulado a Garcilaso de la Vega. Mientras como meme exista un soneto, habrá poesía.

 

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Garcilaso de la Vega. Soneto V.

 

Lazarillo de Tormes o Cómo un meme puede obrar el efecto contrario al deseado

Uno de los memes más interesantes del siglo XVI es Lazarillo de Tormes, (1554) que acumula una extraordinaria cantidad de mutaciones, entre variaciones editoriales, versiones expurgadas, y continuaciones espurias de la narración. Además se considera nuestra primera novela moderna, y, para muchos, buena parte de su carga memética se replica en el extenso ciclo de la picaresca.

 

Lazarillo de Tormes. Tratado I. Lázaro al Ciego accidentado.

 

No obstante, en esta breve reflexión quisiéramos poner la atención en otra característica frecuentísima de los memes: El sarcasmo, definido en el DRAE como “Burla sangrienta, ironía mordaz y cruel.” Reflexione el lector si no son acaso los memes más sarcásticos los que más rápida difusión obtienen. Nadie retuitea un meme con ideas amables, salvo en navidad. El vitriólico sarcasmo del Lazarillo contribuyó decisivamente a su éxito de siglos.  Qué tendrá el sarcasmo para que nos guste tanto repartirlo por doquier.

Algunas veces el sarcasmo es — como en este libro — el último recurso de los pisoteados, una denuncia contra los biempensantes, un intento de hacer evidente que las verdades oficiales son una falsedad y que el nuevo traje del rey no sirve para taparle las vergüenzas. Pero las más de las veces el sarcasmo que se encuentra en las conversaciones cotidianas, troleos, zascas y todo tipo de memes son expresiones de envidia, bajeza moral, bilis atragantada. En definitiva: mala baba que no hace ningún bien. Ironía y sarcasmo deben manejarse con cuidado — no por temor a ofender a alguien, hasta ahí podíamos llegar — sino porque su consumo en exceso incapacita para distinguir con claridad lo cierto de lo falso y, finalmente, para tener alguna empatía hacia nuestros semejantes.

 

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Lazarillo de Tormes. Tratado I. Lázaro opina sobre las ocurrencias de su hermanito.

 

Pero volvamos al caso: al sarcasmo del Lazarillo. Posiblemente el desocupado lector de estos apuntes comparta la muy extendida opinión de que el libro de La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades es un cuentecillo de humor y donaire, apto como lectura infantil.

 

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Lazarillo de Tormes. Tratado I. Lázaro explica la agresión del Ciego.

 

¿Texto de humor? Sí, pero de humor negro, negro chapapote. En breve: Lázaro de Tormes sobrevive gracias a prostituir a su esposa con un clérigo, pero él lo justifica como la mejor de las opciones. Su vida ha sido un infierno: Robado a su madre con engaño, alcohólico desde niño, el rostro y la dentadura rotos por un ciego crudelísimo, abusado sexualmente por un fraile y objeto de explotación laboral por curas y otros amos a lo largo de su infancia y juventud, sin conseguir espantar los dolores del hambre y la miseria.  Nada en su vida le han enseñado sino a estafar, a aprovecharse del prójimo y a arrimarse a los poderosos. Y aun así está satisfecho de su suerte.

 

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Lazarillo de Tormes. Tratado II. Lázaro comprende que su nuevo amo, el Cura, es peor que el Ciego.

 

Y esta, señores, es la aventura de un meme que ocupa un lugar privilegiado como  Bildungsroman (o sea, novela de formación) de la mentalidad ibérica. El meme Lazarillo salió respondón a su autor, como a veces sucede, y en lugar de servir como enmienda de odiosos abusos, acabó provocando el efecto contrario en nuestro país. O quizás no sea toda la culpa de este pícaro meme, pero en alguna parte han tenido que aprender los buscavidas sus malas mañas, y de algún lado ha tenido que salir el odio de los poderosos por quienes no han nacido con fortuna. En otros países no es posible comprender cómo la corrupción española ha llegado a tanto extremo sin que se exijan responsabilidades o sin que nadie ose protestar en voz alta. Pero es que en otros países no han leído durante siglos Lazarillo de Tormes tomándoselo como un chiste para chavales de edad escolar. El vitriolo no es para que lo manejen los niños.

 

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Lazarillo de Tormes. Tratado I. El Ciego descubre la trampa de Lázaro.

 

 

 

 

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