Quizás el nombre de Craig Ellwood no sea conocido para muchos, pero sin embargo fue considerado uno de los arquitectos (o de las oficinas de arquitectura) más importantes e influyentes del momento, allá por los años 50 y 60, en los Estados Unidos, junto a otros más conocidos como Mies van der Rohe, Richard Neutra o Frank Lloyd Wright; todos ellos vistos ya en estas páginas en algunas de sus realizaciones.
Realmente el nombre de Craig Elwood es un invento de cuando tenía 25 años. El nombre verdadero de Ellwood, era John Nelson Burke, nacido en Clarendom, Texas, en 1922. Trasladándose con la familia, en los movimientos masivos de la Gran Depresión, a California en 1927. Más tarde y tras la muerte del padre, se trasladan a Los Ángeles donde en 1940 termina la escuela secundaria. En 1942 es reclutado por las fuerzas aéreas, aunque nunca llegó a salir a ultramar. En 1945 regresa a Los Ángeles, donde inicia un trabajo de asesoramiento de financiación para la obtención de viviendas de los veteranos de guerra. Craig Ellwood, era en realidad el nombre de una licorería, que él y sus socios habían tomado prestado para un negocio que fracasó.
Junto a otros veteranos de guerra Ellwood, participa con la constructora LCS en diversas actuaciones inmobiliarias de esos años. De forma que LCS llegó a construir varias de las casas del programa Case Study House (CSH), entre otras las proyectadas por Eames, Entenza o por Richard Neutra. Durante la construcción de las CSH número 8 y 9, Ellwood conoció a John Entenza propietario y editor de la revista Arts&Architecture, cuya amistad sería determinante para la difusión posterior de las obras de Ellwood, con los encargos de las CSH números 16, 17 y 18; al tiempo que Arts&Architecture supuso para Ellwood la forma de incorporar a su ideología los valores defendidos por la revista: simplificación formal, serialidad constructiva y racionalidad tecnológica.
A principios de 1948 Ellwood monta una oficina para pequeños encargos residenciales, trabajando en solitario hasta 1951, dando salida a unos de sus trabajos más conocidos la Hale house. Que muestra la inflexión práctica y formativa; toda vez que Ellwood en 1949 decide realizar estudios universitarios. Asistiendo entre 1949 y 1954 a las clases nocturnas de la UCLA para obtener la licenciatura de ingeniería, aunque no llegó a terminar los estudios. Lo que sí parece cierto de esos estudios, es la influencia en los aspectos estructurales y en el rigor constructivo del trabajo posterior.
Craig Ellwood, puede decirse que fue, en parte, un producto made in Hollywood, donde se combinaban la creciente publicidad con el control económico del producto. Un encantador constructor/diseñador estrella, que conducía Ferraris y hacía buenos amigos para conseguir negocios. Una personalidad ambiciosa y refinada, con gusto por el buen diseño. Un reconocido arquitecto, sin embargo, que nunca había estudiado arquitectura, y por lo tanto no podía firmar los proyectos; y que en realidad tampoco eran suyos totalmente, sino de los arquitectos que trabajaron en su estudio como fueron Ernest Jacks en 1953, aunque sólo durante unos meses. Más tarde aparecerían James Tyler (1965-1977) o Jerrold Lomax (1953-1962).
La casa Rosen coincide con la llegada de Philo John Jacobson al despacho del equipo de Ellwood en 1961, donde permanecería hasta 1963. Jacobson formado en la tradición del Illinois Institute of Technology, catalizó la difusa influencia de Mies van der Rohe en la oficina de Ellwood, en conceptos específicos y globales y en el control geométrico del diseño. Influencia que sería más evidente de la sostenida desde mediados de los cincuenta. Jerry Lomax confiesa que: “Philo Jacobson, me convenció de que cambiara la planta por un esquema de patio central, que fue el que finalmente se construyó”.
Las consecuencias del patio central fueron importantes en el desarrollo del diseño final de casa Rosen. Si bien Jacobson aceptó la simetría y el programa de Lomax, ambos pasaron a ocupar un lugar secundario frente al papel organizador desempeñado por una retícula altamente conceptual, compuesta por nueve cuadrados en planta, siendo el cuadrado central un patio descubierto que articula los restantes cuadrados, dedicados a estancias tres de ellos y los cinco restantes a dormitorios.
La propuesta de Jacobson de los nueve cuadrados no fue sino una precisa respuesta modular a la lógica estructural de los perfiles pesados de acero en HEB 300. Con el patio como cuadrado central, se facilitaba un concepto global para la casa. La división en nueve cuadrados llevó al límite la rígida retícula estructural. Los 16 pilares definían unas crujías de 8,20 metros de luz en ambas direcciones, luces asombrosamente grandes para la construcción de viviendas. El concepto de los nueve cuadrados resolvió, por otra parte, el conflicto entre intimidad y transparencia, merced a los bloqueos de unas zonas frente a otras. Las generosas dimensiones de la planta permitieron, por otra parte, que la privacidad en cada uno de los compartimentos cuadrados no comprometiera la transparencia general, conseguida en un eje que prolonga los accesos secundarios, pero bloquea el acceso principal, que no deja de resultar un dèja vu de la casa Farnsworth. En el contexto de la influencia de Mies, se ha escrito mucho sobre el hecho de que los tabiques interiores de la casa Rosen tocasen la piel del edificio, frente al carácter intacto de la piel vítrea en la Farnsworth. La casa Rosen marca, además, la aparición del junction box detail (soldadura en caja) en las obras de Ellwood, desarrollado para solucionar la unión de los elementos horizontales y verticales en una sola unidad conceptual, al tiempo que resume el alto valor residencial obtenido la California de los años cincuenta y sesenta.