El trabajo del The now institute (TNI) de la Universidad de California-Los Ángeles que coordinara en 2017 Thom Mayne y se publicó en España en 2019, bajo la denominación de 100 edificios del siglo XX, tiene algunas particularidades significativas. La primera, obviamente, es que no es una Historia de la Arquitectura del siglo XX al uso, en la medida en que el resultado final ofrecido al lector es eso, justamente: un listado –ni temático, ni cronológico, ni tecnológico– de 100 obras relevantes del pasado siglo. Listado que se presenta sin acompañamiento complementario textual o programático que justifique el resumen, por lo que se producen algunas omisiones significativas como veremos.
Obras que a juicio de 57 arquitectos, profesores e historiadores consultados para la configuración del bloque final –cada uno de ellos ha ofrecido al TNI sus cien preferencias, sin justificación ni anotaciones complementarias– componen el nervio central del marbete Edificios del siglo XX. Edificios iniciados por la Ville Savoye de Le Corbusier y cerrado por la terminal de pasajeros de Yokohama de Zaera, con estaciones intermedias como la Maison de Verre (Chareau y Bijvoet), casa Kauffman de Lloyd Wrigth, casa Eames de Ray y Charles Eames, casa Schöreder de Rietveld, por citar los casos que comentaremos más tarde. Un nervio central que, consultado pormenorizadamente, escapa a ciertas conclusiones. Y es que las propuestas formuladas por los 57 proponentes, y más allá de las coincidencias esenciales, presentan mas información en las diferencias aportadas. Sobre todo, en algunos casos relevantes como Leon Krier o Lars Lerup.
El primero, por ejemplo, introduce en su propuesta heteróclita y ciertamente heterodoxa, un bloque importante de arquitectura vienesa –de Wagner y Hoffman al Plecnik operativo en Liubliana y en el castillo de Praga–, importantes puentes y obras hidráulicas– puente de Alejandro III y Adolphe en Paris, el Golden Gate en San Francisco, plantas hidroeléctrica del Riva del Garda y de Pienza, presa de Hoover– la significativa particularidad española –formada por piezas de la Exposición Iberoamericana de 1929 en Sevilla, o por realizaciones indeterminadas de Regiones Devastadas–, piezas de planeamiento y desarrollo urbano –֪Celebration, ciudad jardín de Staaken en Berlin, Riverside, barrio de Garbatella y el Plan Macmillan– junto a piezas del Tercer Reich alemán –desde la Cancillería de Berlín al Atlantic Wall–. Estas piezas citadas que no aparecen en el saldo final son acompañadas por otras como el Pabellón alemán de Barcelona de Mies Van der Rohe, la Maison de Verre de Chareau y Bijvoet, la casa Malaparte de Libera o la biblioteca de Estocolmo de Asplund. Dando cuenta con ello, de su desapego del llamado Movimiento Internacional y de su interés por la Otra modernidad y por posiciones historicistas.
Lars Lerup, por su cuenta introduce un nutrido grupo de obras nórdicas, influyentes en los ámbitos locales, pero escasamente conocidas desde el panorama de las historias generales, con la salvedad de piezas de Asplund (Cementerio del bosque y ayuntamiento de Gotemburg) o de Rem Koolhas (la Casa de Música en Oporto, la sede de CCTV en Pekín o la casa Lemoin en Burdeos). Con la particularidad que llega a incluir casi tantas obras ubicadas en España como las propuestas por Rafael Moneo. Así aparecen el Caixa Fórum de Madrid –Herzog & de Meuron–, el Gimnasio Maravillas –de la Sota–, la casa Ugalde –Coderch y Valls–, el Guggenheim de Bilbao –Gehry– y el ayuntamiento de Murcia –Moneo–.
Las preferencias de Moneo se ajustan más al saldo final resultante, furio de su visión ajustada y centrada – Casa Gamble de Green&Green, Casa Robie de Lloyd Wright, edificio en la Michaelerplatz de Loos, casa Schröder de Rietveld, casa Tugendhat de Mies van der Rohe o casa Malaparte de Libera. Mientras que las propuestas españolas, se componen de piezas como la casa Milá de Gaudí, la casa de las Flores de Secundino Zuazo, el edificio Carrión/Capitol de Fecuchi y Ecced , el gobierno civil de Tarragona de Alejandro de la Sota, el cementerio de Igualada de Miralles y Pinós y la –, la casa Ugalde de Coderch y Valls.
En todo caso lo que parece evidente de la selección final resultante, es el pesado eurocentrismo y usacentrismo otorgado en la selección. Del primer bloque resultan incluidas 54 piezas, frente a las 33 de Estados Unidos, que representan 87 elementos del total de 100. Contrastando con el peso irrelevante de África –ninguna referencia– o de Oceanía –sólo la Ópera de Sidney de Utzon, de las tres debilitadas de América del Sur –obviando el peso de países como Brasil, Argentina y Venezuela– y las 9 de Asía –compuestas por las dos piezas de la India de Le Corbusier y la Asamblea de Dacca de Kahn; el HKSB de Norman Foster en China, y 5 más de Japón. Es decir, de la parte más poblada del planeta como es China e India, sólo se incluirían cuatro piezas, lo que parece un saldo reducido. El escaso rango otorgado al universo construido sudamericano sorprende, cuando advertimos que en éstas páginas de Hypérbole se ha tenido un seguimiento puntual a esa arquitectura. Que no comparezcan piezas como la Casa Canoas de Niemeyer– aunque algunos autores como Zada Hadid la propongan, la casa Curutchet en La Plata, de Le Corbusier– anotada por Hernán Díaz Alonso–, la casa del Arco de Amancio Williams– Moneo si la propone– o la casa de vidrio de Morumbí de Lina Bo Bardi–incorporada por Winka Dubbeldam–, da cuenta de ciertas limitaciones. Que se ampliarían a casos sonados como la casa 1027 de Eileen Grey, la casa Loewy de Frey, la Ronsen House de Craig Ellwod, la casa Starket de Breuer o las casas de Maestros de Gropius en Dessau.
En el recuento del listado final del trabajo del TNI, aparecen 25 piezas de viviendas unifamiliares, en sus diversos formatos de Casa, Villa, Residencia o House, muchas de ellas–quince, particularmente– vistas ya, y hasta ahora, en estas páginas–, a las que podríamos agregar otras diez unidades de viviendas colectivas, para llegar al balance final de que la vivienda como campo temático, ocupa un 35% del listado de edificios memorables del siglo XX. Aunque ampliado el abanico a los años finales del siglo, nos permitiría ver un declive significativo en la presentación de arquitectura de vivienda. Circunstancia que refleja una notable inflexión en los intereses de la arquitectura referida a los último años del siglo, en los que desaparece virtualmente los casos de ejemplos de vivienda por parte de los arquitectos de mayor renombre.
De las 90 piezas de texto con la etiqueta Arquitectura, publicadas en Hypérbole, 22 lo han sido dedicadas a Obituarios, Premios Pritzker, Grandes Exposiciones, celebraciones centenarias de Bauhaus o cincuentenarias de Le Corbusier. Quedando las 68 piezas restantes dedicadas lo que venimos denominado el editor Ramón González y yo mismo como Casas Memorables. Casas que han rebasado en algunos casos los límites del siglo XX, al haber incluido piezas de Palladio, Mantegna, Soane y Wagner. Y en donde se ha hecho una extensión superior de casos españoles (Corrales, Oíza, Campo Baeza, Fisac, Carme Pinós, Tuñón, Higueras, Sert) que, obviamente, no han sido incluidas en la lista del TNI. Es posible que con las próximas incorporaciones de los Smithson, de Melnikov, Tadao Ando, Donald Olsen y Knud Friis, el circulo se puede ir cerrando.
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Casas referenciadas en el artículo publicadas en hypérbole