La Maison cubiste, Duchamp-Villon, Mare, Metzinger y Gleizes. Paris 1912

La Maison Cubiste, también conocida como Proyecto de Hotel, fue realmente una instalación arquitectónica o un pequeño pabellón, en el Salón de otoño de Paris de 1912, que aparecía en la sección dedicada a las Artes decorativas, tratando de presentar una visión cubista de la arquitectura y del diseño. La fachada del pabellón fue diseñada por el escultor Raymond Duchamp-Villon, hermano de Marcel, en forma de modernidad atenuada y atemperada; así los dinteles y frontones tenían formas prismáticas, pero por lo demás ni se parecía a una casa ordinaria de la época ni formulaba un discurso alternativo.  Mientras que el interior fue concebido por el pintor André Mare en colaboración con los artistas cubistas del Grupo de Oro. La fachada concebida a manera de una escenografía, se elaboró con yeso, y contaba con unas reducidas dimensiones de sólo 10 por 8 metros. Mientras que el interior contaba con dos piezas enteramente amuebladas y decoradas: el salón denominado Salón Burgués y el dormitorio. Todo el conjunto aparecía provisto con pinturas de Albert Gleizes, Jean Metzinger, Marcel Duchamp, Fernad Léger y Roger de la Fresnaye.  

 

Los tres hermanos Duchamp: Marcel Duchamp, Jacques Villon, and Raymond Duchamp-Villon

Mare llamó a la sala de estar donde colgaban las pinturas cubistas el Salón Bourgeois  y Léger asumió este nombre como un nombre perfecto. En una carta a Mare antes de la exposición, Léger escribió: “Tu idea es absolutamente espléndida para nosotros, realmente espléndida. La gente verá el cubismo en su ambiente doméstico, que es muy importante”. Cubismo doméstico o Cubismo domesticado. Y es que las habitaciones estaban amuebladas a la manera burguesa, colorida y bastante tradicional, particularmente en comparación con las pinturas exhibidas. El crítico Emile Sedeyn describió el trabajo de Mare en la revista Art et Décoration : “No se avergüenza a sí mismo de su sencillez, ya que multiplica las flores donde puedan ponerlas. El efecto que busca es obviamente pintoresco y alegre. Lo logra”. A pesar de su mansedumbre y conservadurismo, la instalación fue atacada por algunos críticos como extremadamente radical, lo que ayudó prematuramente a su éxito y a la difusión del término Cubista, que comenzó a aplicarse, impropiamente, a cualquier asunto moderna: desde los cortes de pelo de las mujeres hasta las representaciones teatrales desde la pintura a la escultura Otra cosa diferente será su repercusión en la Arquitectura, más allá de cierta fiebre americana y de la oda de Le Corbusier. Esta instalación arquitectónica fue exhibida posteriormente en 1913, en el Armory Show  de Nueva York, Chicago y Boston.  

 

La Maison cubiste. Salón de otoño de Paris de 1912

Metzinger y Gleizes en su texto El Cubismo, realizado durante la elaboración de La Maison Cubiste , describieron la naturaleza autónoma del arte, enfatizando el hecho de que las consideraciones decorativas no deberían gobernar el espíritu del mismo. El trabajo decorativo fue llamado como la antítesis de la imagen. “La verdadera imagen”, escribieron Metzinger y Gleizes, “tiene su razón de ser en sí misma. Puede trasladarse de una iglesia a un salón, de un museo a un estudio. Esencialmente independiente, necesariamente completa, no necesita la inmediatamente satisfacción de la mente: por el contrario, debe conducirla, poco a poco, hacia las profundidades ficticias en las que reside la luz coordinada. No armoniza con este o aquel conjunto, armoniza con las cosas en general, con el universo: es un organismo”. La relación arquitectura-pintura aparece señalada de forma que: “Las piezas dispuestas por Mare fueron aceptados como marcos espaciales adecuados para obras cubistas, porque permitieron que las pinturas y esculturas tuvieran independencia”, escribió Christopher Green en un artículo titulado Au Salon d’Automne. Les Indépendants,  publicado en el periódico francés Excelsior  el 2 de octubre 1912. Excelsior fue la primera publicación en privilegiar una información con ilustraciones fotográficas y como tal,  fue un medio pionero del fotoperiodismo. Walter Pach, presidente de la histórica exposición de 1913, el Armory Show, escribió un folleto para la ocasión y a propósito de La Maison Cubiste, denominado A Sculptor’s Architecture. Artículo en el que establecía que la obra de Duchamp-Villon, podía ser el modelo del nuevo estilo arquitectónico para la era moderna.  “El trabajo de Duchamp-Villon es un ejemplo de cuantas posibilidades están contenidas en un estilo como el actual, cuya filosofía es una base y no una limitación”. Incluso añadía después que: “Su trabajo en arquitectura no es de ninguna manera un desvío de su escultura, sino un avance de la misma. En la fachada actual, tiene simplemente un sujeto cuya organización debía desarrollarse a partir de las formas sugeridas por un hombre o una mujer”.  

 

Casa de la Madonna negra (1911 a 1912) de Josef Gočár

Cuando el coleccionista de arte Michael Stein, hermano de Gertrude Stein, presentó por primera vez el trabajo de Duchamp-Villon a Walter Pach, le señaló que el trabajo de Duchamp-Villon, sería “muy adecuado para las necesidades futuras de la construcción con hormigón”, un nuevo material llamado a revolucionar las técnicas constructivas de las décadas siguientes. Por lo que la conjunción de Cubismo (como Nueva Visión) y Hormigón (como nuevo material), asumían una perfecta conjunción misteriosa de idea y de materialidad. Aunque más tarde, Duchamp-Villon confesó a Pach que este estilo constructivo impreciso, tuvo su aplicación inicial para construir con piedra y no con hormigón. Razón que deja ver, que la llamada Arquitectura Cubista, nacía más de apreciaciones visuales y decorativas que de razones técnicas y constructiva. Y estas dos palancas serían las que, en años sucesivos, movilizarían a la Nueva Arquitectura. Donde serían visibles la nueva materialidad del hormigón, el acero y el vidrio, junto a nuevas figuraciones formales, fruto de aportaciones de otros muchos campos, no sólo pictóricos. Hubo una pretensión ilusoria, sostenida en Estados Unidos, relativa a la capacidad de respuesta de la Arquitectura Cubista a las necesidades constructivas americanas. Y así Pach sostenía que: “Aún tenemos enormes áreas que se construirán en las ciudades, vamos a demoler y a reconstruir la mayoría de los edificios que ya existen. Con la libertad que este orden cubista le da al desarrollo individual y con las posibilidades de expansión para que se adapte tanto al edificio más grande como al más pequeño, parece responder claramente a nuestros ideales”. Antes incluso de la construcción de los rascacielos de Manhattan, Raymond Duchamp-Villon dijo que veía las enormes posibilidades de construir la catedral moderna con estos esquemas.  

 

 

 

No se construyó ninguna casa real siguiendo el mismo diseño de 1912, y más tarde las residencias Déco y las viviendas del Movimiento Moderno siguieron cauces y modelos muy diferentes. Sin embargo, la casa fue un gran éxito en su momento, al enfatizar el papel del Cubismo como una alternativa al arte y diseño tradicional. Mare se unió al diseñador de muebles Louis Süe para formar la empresa de diseño Atelier Français, que se convirtió en uno de los fabricantes de muebles más importantes de París, ayudando a desarrollar el primer  mobiliario Art Deco. Incluso Le Corbusier se había entusiasmado con La Maison Cubiste durante la exposición de 1912; al  “Ver soluciones posibles para el problema de la construcción con hormigón”. Posteriormente, exhibió su modelo para Maison Citrohan (un prototipo de producción en masa) en el Salon d’Automne de 1922.  Más tarde construyó el Pavillon de l’Esprit Nouveau para la L’Exposition internationale des arts décoratifs et industriels modernes, de 1925.  La caja rectangular sin decorar del Pabellón de L’ Esprit Nouveau, sin embargo, no guardaba ningún parecido con la Casa Cubista. No se construyeron edificios como la Casa Cubista en Francia, pero el modelo tuvo cierto impacto en Checoslovaquia, de aquí la denominación de Cubismo checo y Cubismo praguense. Donde los arquitectos, como parte del imperio Austro-húngaro, querían mostrar su independencia del estilo vienés. En 1913, el arquitecto checo Pavel Janák  reconstruyó la fachada de casa barroca, la Casa Fara en Pelhrimov al sur de Bohemia, en estilo cubista. Janák rehízo la fachada barroca al agregar formas geométricas angulares similares a las del modelo de la casa cubista en París. En esa estela de tratamientos decorativos fragmentados, de fachadas sobre todo, pero rara vez de asuntos y temas espaciales, se inscriben los trabajos de hombres como Josef Goçar, Josef Chochol o Matey Blecha.

 

Casa Fara en Pelhřimov (1913-14) de Pavel Janák
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