Aires Mateus, Casa en Monsaraz, Reguengos, 2017

Aires Mateus da nombre a un sólido estudio de arquitectura portugués fundado por los hermanos Manuel Rocha de Aires Mateus y Francisco de Aires Mateus en el año 1988 en la ciudad de Lisboa. Ambos graduados en la Facultad de Arquitectura/UTL, en Lisboa, en los años 1986 y 1987 respectivamente. Cuentan ya con una extensa y significativa obra construida, mayoritariamente en su país, como la casa en Azeitao (2003) o la casa en Estela (2017), con conexiones significativas con la casa de Monsaraz.

Obra la de Aires Mateus, influida por arquitectos portugueses como Álvaro Siza Vieira o Gonçalo Byrne, se caracteriza por llevar a cabo sutiles juegos de volúmenes en los que es tan importante el espacio ocupado como el vacío. La luz es otro de los factores con mayor importancia dentro de su trabajo y cómo ésta incide sobre la obra construida y permite interpretarla. Han participado, igualmente, en la Bienal de Venecia en las ediciones de 2010, comisariada por David Chipperfield, representando a Portugal y en 2012 invitados por Kazuyo Sejima, en la que presentaron una instalación llamada Radix.

A los pocos años de constituir el estudio, comenzaron su labor docente. Manuel Aires Mateus ha trabajado como profesor en la Universidade Lusíada de Lisboa desde 1987, en la Universidade Autónoma de Lisboa desde 1998, en la Accademia di Architettura di Mendrisio, en Suiza, desde 2001 y en la Graduate School of Design de Harvard University, Estados Unidos, en 2002 y 2005. Además ha participado como profesor invitado en diversas universidades de Alemania Argentina , Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Chile, Croacia, Eslovenia, España, USA, Inglaterra, Irlanda, Italia,  Japón, México, Noruega, Suecia o Suiza.Francisco Aires Mateus ha trabajado desde 1998 en la Universidade Autónoma de Lisboa, desde 2001 en la Accademia di Architettura di Mendrisio de la Università della Svizzera Italiana, en 2005 en la Graduate School of Design de Harvard University y en la Oslo School of Architecture en 2009 como profesor visitante.

Dos aspectos de la obra de Aires Mateus merecen ser tenidos en cuenta y tienen que ver con la preexistencias ambientales, tanto de la ciudad y del patrimonio histórico, como del patrimonio natural. Como ocurre con la casa de Monsaraz, situada en el pueblo alentejano de Reguengos de Monsaraz, cerca de Mourao y de la frontera hispanoportuguesa: a lo lejos se divisan las lomas de Olivenza y las dehesas de Jerez de los Caballeros.

Donde la pretensión mayor del proyecto es pasar desapercibido y por ello, la estrategia seguida por los hermanos Aires Mateus despliega recursos de las actuaciones primitivas. Actuaciones propias de la casa excavada en la cueva, horadada en la piedra, que no deja pistas ni señales al exterior y así se camufla. De otra parte, cierto esencialismo constructivo de las tradiciones locales de ese paraje de frontera, donde la utilización de la piedra se alterna con los encalados de soportes de fábrica y las chimeneas alentejanas que manifiestan al exterior algo más que un conducto de salida de humos, casi una señal del hogar. Incluso la idea central derivada del Castillo, fundamental en Reguengos, como atalaya privilegiada: otear desde lo alto la preminencia del paisaje. Aquí la posición es la de una atalaya inversa: que se oculta y no es visible, pero que no renuncia a la visión del mar de agua de la presa de Alqueva y de las dehesas y pastizales.

El acceso a la vivienda desde la cota alta descubre una plataforma de tierra escasamente ajardinada, con un horizonte de fondo entre las montañas extremeñas y la confluencia del embalse de Alqueva. El mayor embalse de Europa occidental, levantado sobre un Guadiana final y desconocido para muchos, compone un cierre del fondo visual de la casa. La plataforma superior queda cortada por el acceso a la vivienda y por los tres grandes lucernarios, en un raro juego geométrico que dialoga con la naturaleza colindante y con el hermetismo de cierta geometría primaria. Lucernarios que iluminan y ventilan los dormitorios –dos de ellos–, el tercero se produce sobre la entrada como una suerte de atrio coronado sobre la naturaleza.

El programa es un conjunto convencional de una vivienda familiar, con tres dormitorios, salón, comedor y servicios. La sobriedad de los acabados interiores (hormigón listonado en techos y encofrados, hormigón pulido en suelos y madera enlistonada en paredes) y la pedriza en exteriores, dota a la vivienda de cierto carácter esencialista, que aproxima la casa aun santuario. O a un cenobio espiritual.

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