Barcarola 107: Antonio Martínez Sarrión y la Poesía completa

El número 107 de la revista albacetense, Barcarola, con un dossier dedicado a Antonio Martínez Sarrión (1939-2021), verifica el tránsito lógico del Congreso-Homenaje celebrado en la ciudad natal del poeta, en marzo de 2023, a la presentación pública de las ponencias que se leyeron y se dictaron en tres apretados días del 22 al 24, y que de esta forma quedarán retenidas en  la memoria efectiva del papel. Merced al trabajo de coordinación de Valentín Carcelén, Andrés Gómez Flores y Jesús Guzmán, que también han coordinado este número 107. Junto a ese material, se ha incorporado abundante documentación gráfica, así como piezas sueltas de la correspondencia sostenida por AMS con diversos interlocutores del mundo de la literatura. Todo ello, en justo pago al que, sin duda alguna, es el mejor escritor de Albacete del siglo XX en palabras –que comparto– de Juan Carlos Gea. 

Posiblemente, se ha dilatado la referida publicación –menesteres de la periodicidad de la revista y compromisos previos adquiridos– más de lo deseable de cara a dotar de continuidad a los citados encuentros sarrionianos en el enclave de Albacete. Pero, finalmente, ha valido la pena la demora. Si a cambio, podemos sumergirnos en trabajos tan sugerentes como los agavillados en el repetido número 107. Trabajos que permitirán –de hecho, permiten ya como demuestra su lectura atenta– nuevas aproximaciones y análisis a la poética y a la escritura global de AMS. A los que se incorporan tres poemas de enaro Talens, El Requiem –ya leído en marzo de 2021, que se abre con una emocionada cita de Jacques Brel: “Los viejos no mueren/ se duermen un día/ y duermen largamente”–; de Jorge Reichmann, Deténgase el arado –elaborado a la muerte de AMS–y de Alfonso González Calero, De un sordo y ciego azar que va rigiendo –elaborado, a los tres años de la muerte del poeta–.  

Bastará señalar –para muchos lectores advertidos y atentos– que tres de los textos aportados entonces y ahora, proceden de antólogos que, en algún momento del recorrido literario de AMS, ya habían realizado el estudio, ponderación y valoración del ciclo poético de éste. Propuestas como resultan ser las Juan Carlos Gea con su primeriza Antología poética de 1994 –que repite foto de ilustración, de AMS con la portada del número de Barcarola: Antonio con camisa de cuadros, firma un ejemplar de algún libro suyo, bajo un affiche de una portada de L’ humanitté, que sabemos por otras fuentes que es de 1991–; Jenaro Talens con su  edición de 1981 de El Centro inaccesible. Poesía 1967-1980; y Ángel Luís Prieto de Paula, Última fe. Antología poética 1965-1999, de 2003. Y que ahora vuelven al centro sarrioniano con sus piezas AMS: maestro y vigía, Juan Carlos Gea, que actualiza los materiales dispuestos en 1994, con la rotundidad de la lectura de la poesía de AMS como una exacta combinatoria de puntos de vista; tal que “mezcla de emoción, memoria y distancia”. Quizás haya sido Gea el lector atento que ha sabido conectar los primeros poemarios de AMS con su memoria madura de Infancia y corrupciones; tal y como hace en el texto de 2013, Memoria de unas Memorias, texto inédito, pero conocido por Antonio en el homenaje que se produjo a los 20 años de la publicación del libro memorial. Donde nos da a entender que el proceso de escritura de Infancia y corrupcionesfunciona como una suerte de alambique inverso cuyo serpentín restituía los ingredientes en la destilación de algunos de sus poemas”.

Por su parte Jenaro Talens, dilata sin la carga teórica el prólogo de 1981 a El centro inaccesible, con la pieza que denomina con uno de los poemas de Teatro de operaciones, El cine de los sábados. La poesía de AMS, que actualiza con la Coda final, que no es sino una visión del tramo poético sarrioniano posterior a 1980.  Por su parte Ángel Luís Prieto de Paula formula con su lectura Un vanguardista manchego: AMS, la  actualización de su preliminar de Última fe, donde bajo la rúbrica Un tiempo para un poeta, deja caer una afirmación que vincula los tempos poéticos y los memorialísticos, reconociendo “la espléndida trilogía memorialística, donde ha contado por menudo diversos aspectos de su vida”. Exposición interior que cuestiona el relato de lo externo, ya que “Cuando se refiere sin mediación literaria  a los acontecimientos externos de su existencia procede con extremo laconismo, como si se hubiese hurtado a sí mismo la biografía”. Si a todos ellos hubiéramos sumado a Miguel Casado, prologuista de Horizonte desde la rada en su edición de Igitur de 1997, procedente de la edición de Trieste de 1983; y de Julieta Valero, lectora en 2010 de Muescas de un tiempo oscuro –inéditos de los años sesenta–Teatro de operaciones –Toro de barro, 1967–, habríamos completado el cicló poético de antólogos y lectores prologuistas de forma efectiva. A las aportaciones sobre el estudio poético de la obra de AMS, tendremos que citar los dos importantes trabajos de Guillermo Carnero –en marzo de 2023 y ahora en Barcarola– con su pieza Cultura popular e ideología en la obra poética de AMS; y Jaime Siles que comparece en Barcarola con su pieza El lenguaje poético de AMS

Homenaje a Antonio Martinez Sarrión 2021

Las piezas de Juan Cruz Ruiz (Una visita a Antonio Martínez Sarrión) y de Vicente Molina Foix (Sarrión en tres escenas) de estirpe más memorialística sobre el hombre y sobre su pasado común, lo son desde la proximidad amistosa y desde el despliegue del conocimiento cercano sostenido en el tiempo. Prevalece el recuerdo desmenuzado antes que el análisis del trayecto del autor, aunque no se omitan rasgos del peso de la escritura de AMS. Juan Cruz, como editor que ha sido de AMS, en su época de Alfaguara y que aporta datos que ya emergieron en sus obra de recuerdos Egos revueltos; y Vicente Molina Foix desde una larga comparecencia casi fraterna –antologados conjuntamente por Castellet en Nueve novísimos en 1970 y retratados en foto inefable de 1971, junto a Federico Campbell, autor de Infame turba, y un jovencísimo Javier Marías– nos aporta en su terceto una pieza de AMS, sobre la crítica de la novela moliniana Los espías del realista, realizada en 1991 y que ahora VMF retoma en su contribución como Epístola moral a Vicente. Pasado desvelado, del que por cierto Jaime Siles, anota en su texto como llegó a conocer el nombre de AMS, en una boda de familiares de ambos –Molina y él mismo–.

El. bloque del hilo sarrioniano del  ensayismo y los dietarios son capturados por sendos trabajos de Javier Lorenzo (Martínez Sarrión y Preferencias: un recorrido desde la amistad a la literatura) y Jorge Reichman (Esquirlas en plena crisis –de civilización–), que dan cuenta de esa otra faceta de la escritura de AMS,  que bien habría merecido la ampliación del arco temático analizado con anotaciones añadidas sobre obras del mismo formato, como La cera que arde (Ensayos) –1990– o Cercos y asedios (Ensayos) –2004–. Piezas todas estas que Juan Carlos Gea retoma de la denominación de AMS, como apuntamientos. Unos Apuntamientos sarrionianos, que bien pudieran proceder de la anotación como Apuntes leves en libretas de paso,  de su carácter insurreccional –repite Gea– y de aquí sus Punzadas afiladas y, finalmente, de sus posibles Apuntalamientos de lo que se desplaza y acaba cayendo. Las citadas Esquirlas (Dietario 1993-1999) –2000– analizadas por Reichman compone junto a las piezas  Cargar la suerte (Diarios 1968-1992) –1994– y Escaramuzas (Dietario III, 2000-2010) –2011– el terceto de los dietarios y Apuntamientos sarrionianos componen, junto a la trilogía memorialística, un bloque  de textos que merece ser leído en paralelo con otras vertientes de su escritura. Vertientes a las que yo llamo los cuatro pilares fundacionales y funcionales de la escritura de AMS: Poesía, Dietarios, Memorias y Ensayos.

Otras aportaciones publicadas en Barcarola y leídas en su momento, lo son desde la captura del memorialismo y, particularmente, de la monumental pieza Infancias y corrupciones. De este tenor son los trabajos de José Rivero (Emblemas y lugares. Sobre Infancia y corrupciones) y de Juan Bravo Castillo (MS Infancia y corrupciones. Una juventud: Construcción y deconstrucción del yo). Aunque la captura de Una juventud (1996) por parte de Bravo en su aportación, sólo contenga la referencia a la etapa murciana de AMS y omita la sutil diferencia otorgada a ambos trabajos. Aunque ambos textos sean memorialísticos, Una juventud  y la tercera entrega Jazz y días de lluvia (2002) no han tenido aproximación en este número, por más que la evidente unidad temática y conceptual de los tres libros podría haber suscitado una reflexión completa del ciclo memorialístico. Donde el carácter fundacional de Infancia y corrupciones aparece reflejado en la dedicatoria (A Adelina Sarrión. In memoriam) como en el elocuente prólogo de Carmen Martín Gaite, Los limbos aldeanos.

Algo parecido –la falta de referencia en el Congreso y en la revista Barcarola– puede señalarse de la obra dispersa y no ubicable en los compartimentos citados antes que completarían el universo de la escritura de AMS. Me refiero tanto a piezas de corte viajero como Diario austral (1987), crónica de un sugerente viaje suramericano; Avatares de un gallinero o Robinson en el Retiro (2008), que no deja de ser, a su manera, un libro de viajes por el parque de El Retiro, tan próximo a su casa de Alfonso XII; y, finalmente su personal crónica del Movimiento  Surrealista en Sueños que no compra el dinero. Balance y nombres del Surrealismo (2008), que no deja de componer tanto un viaje sentimental a uno de sus universos formativos como una ponderación sobre el significado del Surrealismo en la cultura del siglo XX. Sin olvidar su ensayo sobre Albacete (2007) publicado por Lunwerg con un doble dimensión de viaje y de ‘tiento’ al pasado. Algo parecido podríamos anotar en la faceta de AMS como prologuista de peso, en diversos ejercicios que delatan la amplitud de sus intereses y saberes. Desde el trabajo prologal a Nuevo compuesto descompuesto viejo. Poesía 1948-1979 (1980) de su muy querido Gabino-Alejandro Carriedo; hasta el mismo cometido, en la pieza de su no menos querido Juan Benet, en la segunda edición de Otoño en Madrid hacia 1950 (2001), que denomina como Juan Benet: las memorias negadas. Con anterioridad, había prologado las poesías del otro querido Juan, como había sido García Hortelano, en La incomprensión del comercio (1995). Otros trabajos prologales no menos destacados serían el trabajo de Bilis negra (2002), antología sobre Francisco de Quevedo –con ilustraciones de Julio Zachrisson, que ya había ilustrado la portada de Avatares de un gallinero– y la Antología de la poesía satírica española (2003), piezas ambas que demuestran la diversidad de intereses de AMS. Obra dispersa en donde debería de incluirse otros textos como su intervención en el ciclo de la Fundación March, Poética y poesía (2012), con la consiguiente publicación del opúsculo que contiene una antología poética y otros datos bibliográficos. También los homenajes Un escritor para un viaje. Antonio Martínez Sarrión (2008), dentro de la colección Rutas turístico-literarias de Castilla-La Mancha y Las mentiras en danés (Homenaje a Antonio Martínez Sarrión), por parte del Oh Poetry¡(2022).

Dejamos para el final la ponderación significativa del papel de AMS como  excelente traductor del francés. Otra valoración de actividades sarrionianas que no ha contado con referencias en comunicaciones y textos. Donde comparecen desde Las flores del mal, de Baudelaire (1982 y 2011), acompañadas las ediciones de sendas notas relevantes. Para Visor tradujo Poemas de Jean Genet (1981), Poemas de Michel Leiris (1984) y Lo que dice la boca de sombra y otros poemas, de Víctor Hugo (1989). En 1992, editado por la Residencia de Estudiantes aparece la Poesía de Philippe Jacottet. De 2004 es la edición de la Poesía de Rimbaud y de 2011 es la edición bilingüe de los Poemas saturnianos y Fiestas galantes de Paul Verlain. En 2013 se publica la Poesía: antología bilingüe de Stéphane Mallarmé. Cerrando con dos aportaciones de traducciones de trabajos en prosa, con las piezas de Joris-Karl Huysmans, Aguas grises (2010) y de Marcel Proust, Jornadas de lectura (2012).

Todo ello, todas las anotaciones precedentes y la relevancia y significación que la poesía de AMS adquiere con cada relectura, nos lleva a concluir con la necesidad de acometer –el ritmo vendrá fijado por las posibilidades editoriales– y asumir la publicación de la Poesía completa de Antonio Martínez Sarrión, al tratarse de once libros –más las plaquettes, Ocho elegías con pie en versos antiguos (1972) y Canción triste para una parva de heterodoxos (1976)– perfectamente acotados y en ocasiones antologizados y estudiados con detalle como antes decíamos. Para disponer en un solo volumen de toda la poesía disponible de AMS. Otra cosa será el esfuerzo por identificar el resto de la obra dispersa en revistas, diarios y publicaciones no periódicas. Y quizás, este empeño por la totalidad pueda ser el contenido de un segundo Congreso Homenaje en años venideros: Sobre las obras completas. 

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