“Lo. Li. Ta”
por“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres…
Arte & Letras
Fanny Hill, memorias de una cortesana, o de la inmortalidad de la novela erótica
porHoy tengo por experiencia averiguado que únicamente los grandes santos y los grandes pecadores, poseen la virtud necesaria para huir de las tentaciones del…
El Hombre Ilustrador
porUNO. A pensar se aprende. Los maestros no se eligen. Las influencias tienen sinrazones que la cabeza no comprende. DOS. Las casualidades suelen ser…
‘Últimas tardes con Teresa’, un buen comienzo para amar a Marsé
porJuan Marsé (Barcelona, 1933) sabe lo que vale un buen comienzo. Es consciente de que cuenta con unos segundos para captar la atención del…
El lobo feroz
porEn 1981, Tom Wolfe, publicaba su alegato antimoderno en Arquitectura[i], que prolongaba el no menos moderno, verificado años antes en torno a la pintura[ii]. …
Desesperança (como un choro de Villa-Lobos)
porSuena ese color, evocación del trópico, canto húmedo, sereno, no halla punto de inflexión, continuo como voz de ola irregular viene va, sube uno,…
Boxeo argentino
por1. UN JUGUETE ROTO -El boxeador tenía por mote El Intocable. Bajaba la guardia. Las manos sobre los muslos. O a las…
La carretera de los perros atropellados
porLos perros sólo ladran a quienes no conocen Heráclito A veces, la literatura y el pensamiento se funden casi hasta confundirse. Hay quien asegura,…
El pensamiento de G.W.F. Hegel (Geistphilosophie, I)
por“Pero escapar realmente a Hegel supone apreciar exactamente lo que cuesta separarse de él; esto supone saber hasta qué punto Hegel, insidiosamente quizás, se…
Los diarios de Henry D. Thoreau
por«Soy como una pluma flotando en la atmósfera; por todas partes, la profundidad insondable». Thoreau, 21 de febrero de 1842 Henry David Thoreau (1817-1862)…
En silencio
porFuera todo era ruido, pero dentro de la habitación sólo existía ella. Por la ventana entreabierta se colaban las sirenas de policía, el bullicio…
Aristocles el ateniense, III: The Berlusconi Connection
porMe ayudan a embarcar en el jet privado, lo cual me hace sentir un tanto extraño. Nos dirigimos a la villa secreta de “Silvio”:…