Turín vuelve a ser estos días la capital del fútbol italiano. Los pulmones de la Vecchia Signora han conseguido apartar de un soplido las cenizas de la sospecha, y refundado en sus principios tras purgar sus penas por amaño de partidos, la Juventus prepara el hilo de oro para coser a su solapa su tercera estrella dorada, más cerca después de la consecución de su vigésimo octavo Scudetto (se le han retirado dos de ellos por sanción). Media Turín festeja estos días un triunfo que no vivían desde hace nueve años, y celebran que la Juve vuelve a ser un referente en el fútbol europeo, también mundial. No muy lejos de allí, en el corazón de Turín, una afición con la mirada teñida de grana cruza los dedos para que el tramo final del curso aúpe a los suyos, el Torino, de nuevo a la elite del país, después de una costosa travesía por la Serie B.