Hetero busca hetero (Monodiálogo 2)

Viene de ‘Subcultura y vida (Monodiálogo 1)

Para iGin

Francisco Ovejero y Sebastián Ortiz. El primero alto, rubio y delgado, guapo; el segundo, moreno, achaparrado, ojos verdes. Ambos entre Quijote y Sancho y Epi y Blas, post-universitarios. Ocho de la mañana en el barrio de Vicálvaro, prácticamente nadie en la calle más que ellos.

Sebas: -¡La madre que te parió! (agarrándose las rodillas y jadeando).

Fran: -¡Tío, llevamos corriendo sólo diez miserables minutos, no aguantas un carajo!

-Me levantas temprano, cuando sabes que ayer estuve viendo Black Mirror hasta las tantas, me haces vestir con un puto chándal hortera y encima me llamas mariquita. Anda y que te den…

-Eh, eh, no me gusta que uses esa palabra así: mariquita. Todos los “mariquitas” del mundo están más en forma que tú, debería darte vergüenza.

-Ya, es que yo soy un maricón modalidad oso, y paso del deporte de los machirulos como tú.

-Un poco más de corrección política conmigo, por favor. Ni yo soy “machirulo”, ni los gays son “maricones”, que desde que no te comes nada estás cada vez más homófobo.

-De homófobo nada, me vuelven loco las tortilleras.

-¡Otro topicazo! Mira, ¿a quién conoces que se mate por ir al estreno de las películas de Bruce Willis sólo porque son de Bruce Willis, aunque sepa que son la proverbial basura?

-Perdona. Son grandes películas. Y un análisis más certero diría que me gusta Bruce Willis porque quiero ser Bruce Willis, no porque me quiera tirar a Bruce Willis. Cosa muy-muy distinta…

 

-Claro. Y también “quieres ser” Vin Diesel, Mel Gibson, Russell Crowe y Paul Newman, porque de todos esos tienes llenas las estanterías de casa.

-Paul Newman era un dios.

-Y Sofía Loren una diosa, y no veo que la adores. Lo que quiero decir es que les “frecuentas” sospechosamente, no siendo precisamente osazos ninguno de ellos ¿Te hacen tilín, te remueven algo dentro? ¿Te gusto yo también? Ven, cariñín, no me seas temeroso…

-Ag, hablas en serio, esto ya lo tenías pensado de antes. Me siento retado. Hablamos tomando un café, por la gloria de mi madre.

-Si la presencia de público alrededor te hace sentir más tranquila…

Sebas: -Veamos. Cuando apareció Alien, ese clásico total del cine mundial, todos los tíos acudieron corriendo a ver como una tía, la Sigur, hacía el trabajo de un hombre y mataba al bicho, mientras que sus compañeros varones morían como chinches. O sea: eso sí nos pone cachondos, y de ahí la mitad del éxito de la película. Ergo, los fans sabemos distinguir polla de coño, y si nos gusta Bruce Willis es sólo porque querríamos tener su inimitable estilo.

Fran: -El de sus personajes, querrás decir. El verdadero Bruce Willis debe ser un pobre imbécil. Pero esa no es la cuestión. La cuestión es que te recreas en el “inimitable” físico compacto de Bruce Willis, como nuestros padres lo hacían con el de Marlon Brando, lo cual, casualmente, llena las taquillas más de hombres que de mujeres. Dile a una tía que vaya a ver una de feos tipo Chuacheneger o The Rock, sólo por sus horrendos músculos, y te dirá que vaya tu madre.

-No veo que tiene que ver eso con ser maricón, sexólogo de pacotilla. Ninguno de esos cachas es maricón, que se sepa, y si lo es, vana es nuestra fe.

-¿Qué fe, saco de prejuicios? ¿La de que esos energúmenos representan la masculinidad? Y ahora que lo pienso… Si la Weaver, “haciendo el trabajo de un hombre”, os pone, qué te parecería Chuache haciendo el de una mujer? ¿Viste Junior? ¿Te puso? Mmmmmm, tooontíiin…

-¡Qué leches! Deja de hacer el payaso. Junior es una marico… en fin, una moñada. Desde luego que esos tíos, que pareces conocer mejor que yo, representan la masculinidad, más aún: representan lo que debería ser la masculinidad, ni siquiera lo que es de verdad. Lo que es, tristemente, lo vemos en la tele en los “metrosexuales”, que no se sabe si es que la tienen de un metro o es que les cabe un metro…

-¡Ja, no te vas a defender siendo todavía más zafio! Así que la masculinidad pega hostias como panes, luego hace un chiste malo y se lleva a la chica tonta. Clint Eastwood como el Príncipe Azul…. de los tíos. En fin, di lo que quieras, muñeco, pero aquí hay mucha mierda oculta. Después de todo, griegos y romanos no disimulaban su afición por los guerreros bien formados, “masculinos”, y no se acabó el mundo, al contrario…

-A ver si estás tratando de comerme el coco y el bisexual vas a ser tú….

-Sí, lo soy: igual me da una mujer que dos.

-Ja-ja, me parto.

-Y por si no te has dado cuenta, ni siquiera es verdad que a los que nos gustan las mujeres nos gusten las mujeres. Nos gustan unas cuantas, muy pocas, y a las demás preferimos ni mirarlas.

-Oye, esto se está poniendo muy chungo. Vámonos de aquí que nos va a oír alguien y yo, a diferencia de ti, sí tengo una reputación que perder, más en mi barrio.

-Con la pinta que tienes con ese chándal ya la has perdido, te lo aseguro.

Sebas: -¿Cómo que a correr otra vez? ¿Tú que eres, un boina verde? ¿Sabes que corrían diez kilómetros, desayunaban, corrían otros diez y lo potaban todo? Así se acostumbraban a no comer. A mí, si no te importa, me gusta comer…

Fran: -¿Qué pasa? ¿Es que no eres un hombre? ¿Y eso dónde lo has aprendido, en Rambo?

-En Rambone, que es la versión porno. Allí sí que se comía, glotonamente…

-Esa es otra. Los homófobos os reafirmáis en las proezas sexuales del porno, siempre que las protagonice otro, el verdadero macho. De modo que el tiarrón nunca eres tú, sino alguien cuya compañía diaria, seguramente, te daría mil patadas. Esto no es más que pura inmadurez…

-¡Que no soy homófobo, hipócrita buenrrollista! Simplemente prefiero Bruce Willis a Boris Izaguirre, porque Willis, o su imagen, encarna una tradición de milenios, toda una dura cultura de formar y disciplinar al hombre (en detrimento de la mujer, de acuerdo), mientras que al Izaguirre se lo acaban de inventar. Lo que te pasa es que quieres quedar bien contigo mismo, y algún día te van a dejar el culo como un bebedero de patos…

-Se lo acaban de inventar, dices, ¿y por qué coños tengo que preferir lo viejo a lo nuevo? Con los nuevos gays, recién liberados, tenemos un experimento muy interesante, que hay que exprimir hasta sus últimas consecuencias. Por cierto, ¿cómo es que los consumidores de porno alardeáis tanto de ello, que no se os cae de la boca? ¿Sobrecompensación social de la vergüenza íntima?

-Bebedero de patos…

-¿Tú mismo? ¿Quieres ser el primero?

-¿Quién es el tópico ahora? En el fondo, es un relato conceptual, una vez más. Las chicas fingen querer al chico tierno, al principio, pero si luego no demuestras las virtudes de siempre del proto-macho del cine, ligeramente atenuadas, se ríen de ti. Ellas también ven las películas, vaya si las ven. Pero extraen sus propias conclusiones.

-Ya entiendo. Se trata de las tías, después de tanto rollo. Qué falta de personalidad.

-¿Y tú por qué estás fumando, como Humphrey Bogart, puesto que vas de deportista? Qué falta de personalidad…

-El vicio. Las chicas también fuman.

-Justo hasta dos semanas después de pillar novio, como con el alcohol.

-Lo voy a dejar.

-O María te dejará a ti. Menuda libertad.

-Menuda la tuya, que fumas sin pillar nada y luego no tienes resuello. Eso es mala inversión en salud. ¿De qué te sirve?

-Yo mismo con mi organismo.

-Anda, “maricón”, vamos a tomar unas cañas al Laberinto, que esta zona exuda decrepitud.

-¡El Laberinto está lejísimos ahora!

-¿Es que no vas en metro o es que te cabe un metro?

-Pufffff..

Epílogo: Filosofía y paternidad

El Laberinto. Suenan los ZZ Top. Unas cervezas…

Fran: -Ya lo decía Nietzsche: los grandes filósofos son intrínsecamente solteros, él incluido, aunque intentó casarse, el pobre hombre. Lo que no dijo es que raras veces tienen hijos, que es el desafío filosófico máximo, ya que no es teorizar la realidad, sino echarla fuera, crearla, a ver qué cojones pasa.

Sebas: -Solteros sí, “gays” no. Ojo. Sus líos tendrían…

-¿Qué no? Platón, para empezar, y es empezar fuerte, los medievales, quién sabe, San Agustín y Pedro Abelardo excluidos. Seguramente Leibniz, habría que ver al “rarito” de Spinoza, luego están Wittgenstein, Foucault, Barthes… No tengo una lista exhaustiva, pero lo seguro es que ninguno de ellos fabricó descendencia.

-Porque es un puto rollo, no te jode. O Pensar o parir, no hay más. Me caen bien. Todavía, si hubiesen sido mínimamente guapos…

-Ahora escucha: Aristóteles, Descartes, Rousseau, Hegel, Marx, Heidegger, Deleuze… Tuvieron los santos… redaños, digamos, de tener hijos, pero ¿los cuidaron? ¿les salieron cuerdos con semejantes padres?

-Normal, hay que estar a lo que se está, ya tendrán hijos los tontos. Viva Kant.

-Pues no, así lo único que consigues es que los tontos tengan razones que la Razón no conoce. ¿Cómo fiarse del criterio del que se ha mantenido al margen, célibe como un cura, y para quien “el porvenir de la humanidad” es siempre algo más bien abstracto? ¿Y qué concepto de la humanidad misma tendrán, cuando sólo la comprende ya formada, maliciosa, resabiada, dura?

-Es que montárselo more geométrico debe ser un rato difícil, ¡juaass! ¿También el señorito de Descartes cayó, dices?

-Tuvo una hija que se le murió a los cinco años. Lo cuenta Russell, Bertrand Russell, no Russell Crowe.

-Bastarda, natural, ilegítima, como se diga.

– Ahí. Pero que fue la gran tragedia de su vida.

-Sentimental, el hombre, para los tiempos que corrían. Pero empecinadamente soltero, como está mandado. Será que a los “pozos de ciencia” también les gustaban solamente “unas pocas mujeres”, y filósofas, que no había…

-Que va. Las habría, pero tenían mucho cuidado, en más de un sentido. En general, los filósofos se han lanzado por las mujeres prácticas, que les saquen la casa adelante.

-En resumen, que el que no era impotente era estéril y el que no era gay era desagradable de ver, como toda la vida ¿Pero a que ninguno, “normal” o “homosexual”, hacía deporte por las mañanas?

-Digamos que los menos…

-¿Lo ves? Eso es lo que yo llamo verdadera sabiduría…

And so on, so on, como diría Zizek…

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