Casa Vanna Venturi, Chestnut Hill, Philadelphia. 1962-1964.

Hay quien mantiene una idea central sobre Robert Venturi, hermanado a Aldo Rossi, al ser ambos autores de sendos libros determinantes en el devenir de la arquitectura de la segunda mitad del siglo XX, y publicados ambos en 1966. Venturi publica su trabajo ‘Complejidad y contradicción en la arquitectura’ (edición española de 1972), mientras que Rossi presenta ‘La arquitectura de la ciudad’. Ambos arquitectos no se limitaron en sus libros a sus reflexiones teóricas, sino que dieron salida a una obra desigual y discutida, pero de enorme influencia.

Venturi con sus ideas, ampliadas más tarde en sus trabajos sobre Las Vegas, daría pie al PoMo o Posmodernismo. Mientras que Aldo Rossi, originaría el movimiento conocido como Tendenza , con presencia en Italia, Suiza, Francia, España y Portugal. Contraponiendo la frivolidad colorista del Posmodernismo al rigor formal de Realismo rossiano. La trascendencia de ambos trabajos es de sobra conocida. Baste, por ahora, citar que en el prólogo de ‘Complejidad y contradicción en la arquitectura’, Vicente Scully nos advierte de que este texto “es probablemente el más importante sobre arquitectura desde ‘Vers une architecture’, escrito por Le Corbusier en 1923”. Hay por otra parte un canon no declarado, que establece que los libros fundamentales de arquitectura de la segunda parte del siglo XX, son ‘Complejidad y contradicción en la arquitectura’, ‘La arquitectura de la ciudad’ y ‘Ciudad collage’ de Collin Rowe.

 

 

El punto en común de ambos movimientos citados, PoMo y Realismo, era la denuncia del agotamiento de la dogmática formal del Movimiento Moderno. Aunque esos acontecimientos tuvieron lugar, anticipadamente con la disolución del CIAM, en el congreso de Oterloo en 1959. En el anterior congreso de 1956, en Dubrovnik, había emergido el Team X, que ya sentaba sus primeras críticas a la trayectoria del Movimiento Moderno.

Robert Venturi nació en Philadelphia en 1925, estudió arquitectura en la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey, pasando después tres años como becario en la Academia Americana de Roma, donde comenzaron sus anotaciones para su trabajo mayor. A continuación trabajó hasta 1958 en el estudio de Eero Saarinen y, luego, en el de Louis Kahn, dos referencias cruciales. En esos años fue profesor de Arquitectura teórica en la Universidad de Pennsylvania, en Philadelphia, experiencia docente que amplia después a Yale, Harvard y Princeton. A partir de 1964 trabajó con John Rauch. En 1967 se casó con Denise Scott Brown con quien trabajó conjuntamente desde 1969, creando el estudio Venturi, Rauch y Scott Brown Asociados. En 1983 fue distinguido con la Medalla Thomas Jefferson. En 1991 fue distinguido con el premio Pritzker. En noviembre de 2015 Robert Venturi y Denise Scott Brown, conjuntamente, fueron distinguidos con la Medalla de Oro del Instituto Americano de Arquitectura (AIA).

 

 

Complejidad y contradicción en la arquitectura’, en palabras de Venturi en el prólogo, viene a ser “un ensayo de crítica arquitectónica y una justificación de de mi obra”. Razón por la que la parte final del libro, está recorrida por diversas obras. Entre las que aparece la residencia en Chestnutt Hill, a la que dedica siete páginas. Donde es visible el interés otorgado a la casa materna por él diseñada en 1962. De igual forma que son significativos los precedentes de la casa Meiss (1962), y sobre todo el proyecto de casa en la playa (1959). Ensayos preliminares que anticipan la posición contraria a la arquitectura moderna, y el interés por captar experiencias vernáculas de los Estados Unidos y referencias históricas propias. Y es en este preciso lugar, donde hay que situar la casa de Chestnutt Hill, lejos de los trabajos producidos por el influjo alemán y sus cajas acristaladas, las famosas Glass boxes o, también, Yale boxes. De aquí la parodia venturiana del axiomna ‘Less is more’ (Menos es más) de Mies van der Rohe, por el ‘Less is bored’ (Menos es aburrido). Aunque tiempo más tarde trató de justificar la embestida. “De todo lo que escrito y dicho en mi vida, que ha sido mucho, no hay nada de lo que me arrepienta o que quiera retirar, excepto quizás la frase ‘Menos es Aburrido’. Aquello era una rebeldía contra la simpleza insulsa de lo que yo la llamaría la arquitectura moderna tardía. Era una frase retórica. Desde nuestra perspectiva actual, no me cabe duda de que Mies es uno de los grandes maestros de este siglo en la arquitectura y todos los arquitectos deberíamos besar los pies de Mies van der Rohe por todos sus logros y lo que podemos aprender de él”. Esta disyuntiva del Venturi rupturista y del continuista, es la desplegada en parte por Vicent Scully, cuando lo confronta con Le Corbusier (ambos se opusieron al estatus arquitectónico precedente); también cuando percibe una dimensión trágica en la escena americana (pese a la apariencia de cotidianeidad) y, finalmente, cuando lo hermana con las experiencias plásticas coetáneas del Pop Art.

 

 

La casa Vanna Venturi contó con varios proyectos y maquetas previos, que expresan las ideas centrales desplegadas por Venturi en ‘Complejidad y contradicción en la arquitectura’. Así, considera él mismo, al edificio sustancialmente clásico en su planta, en su forma y en su ornamentación y altimetrías. Sin embargo señala Venturi, que esa forma clásica sugerida, se adhiere más a las características del Manierismo, que a otros registros clásicos más ortodoxos. Ya que aquél admite la contradicción con la idea de orden inherente al Clasicismo. Considerando, por ello, que para apreciar esto se debe ser consciente de la contradicción en la arquitectura clásica. Con todo ello llega a establecerse que tanto la planta como los alzados, son aparentemente simétricos, pero con diferentes manipulaciones que quiebran ese principio y lo someten a diversas alteraciones, presiones, deformaciones y desplazamientos. Ubicándose Venturi, con esta instrumentalidad de las formas, cerca de las técnicas propias del collage del Surrealismo, y cerca aún de las manipulaciones realizadas por los creadores del Pop Art. Capaces de incorporar elementos procedentes de la cultura de masas en ámbitos elevados de la High Culture, merced al flujo de ironía y de referencialidad desplegada en la nueva cultura visual.

 

 

Utilizando, como no podía ser de otra forma, una escala doméstica que es enfatizada irónicamente con registros monumentales. Una monumentalidad de lo menor, conseguida con las cubiertas inclinadas que rememoran el frontón o como ocurriera con la Casa en la playa de 1959, con un enorme chimenea de ladrillo que emerge entre la cubierta. El orden y la simetría aparentes, son cuestionados por Venturi, con los pequeños detalles (el cuerpo que sobresale por detrás o las ventanas que se abren de forma asimétrica). La abertura para revelar el volumen posterior y la chimenea son otros recursos de modos de mostrar el efecto manierista de las capas espaciales segregadas y de esa forma separar a la fachada de la casa misma. En las referencias propias de la arquitectura estadounidense, se puede anotar que, aunque en parte critica a Frank Lloyd Wright en otra parte lo asume. Así, el interior se encuentra en esta casa articulado en torno a la chimenea, una estufa de leña y una escalera, en similitud a las casas inglesas del XVII.

Lo demás lo podemos escuchar por boca del propio Venturi. “Algunos han dicho que la casa de mi madre parece un dibujo de niños -representando los elementos básicos de refugio- … Me gusta pensar que es algo que alcanza otra esencia, esa del género de que es una casa y es elemental”. “La casa de mi madre fue diseñada cuando ella ya era una viuda anciana, con su dormitorio en la planta baja, sin garaje porque ella no conducía, y con habitaciones para una sirvienta y la posibilidad de tener una enfermera -además de ser también adecuada para sus bellos muebles con los que yo me había criado. Por lo demás, ella no realizó otras demandas al arquitecto, su hijo, relacionadas con el programa o su estética -ella era maravillosamente confiada”.

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