Tebas, Sófocles y el mito infinito

"Edipo y Antígona" Charles Jalabert. 1842

«¿En virtud de qué ley estoy hablando así? Es que si mi esposo estuviera muerto, otro habría tenido, y un hijo también lo hubiera podido tener de otro hombre, si hubiera sido privada de éste; pero cuando mi padre y mi madre están ocultos en la morada de Hades, no hay ningún hermano que pueda nacer. Pero a pesar de que yo te he distinguido entre todos con mis honras de acuerdo con semejante ley, a Creonte todo esto le pareció una equivocación y una terrible osadía, querido hermano. Y ahora me conduce, cogiéndome así por las manos: sin lecho nupcial, sin cantos de boda, sin haber tomado parte en matrimonio alguno ni en la crianza de niños. De este modo, abandonada de mis seres queridos y desdichada, me dirijo viva hacia los sepulcros subterráneos de los muertos. ¿Qué justicia de las divinidades he transgredido? ¿Por qué tengo yo, desventurada, que dirigir todavía la mirada hacia los dioses? ¿A qué aliado debo hablar?»

Salvando las distancias y las comparaciones, que siempre son odiosas, este fragmento evoca Cinco horas con Mario, del maestro Delibes. Pero no es Carmen quien habla con su marido, sino una vieja conocida, representada una y otra vez durante más de dos mil años. Antígona representa a cualquier ser humano que se precie como tal: despojada de toda dignidad, enfrentada a una adversidad arrolladora, clama a los dioses, se enfrenta a sí misma, invoca a su hermano difunto Polinices a quien su tío Creonte le ha negado un entierro digno bajo la acusación de traicionar a su patria, a Tebas. Antígona viola el mandato de su familiar y rey, entierra el cadáver de su hermano y es condenada por ello. Un ultraje que conduce a un terrible suicidio en cadena: Antígona acaba ahorcándose; Hermón, prometido de Antígona e hijo de Creonte, al verla muerta, intenta matar a su padre, y a raíz de su fracaso, en un intento de evitar también el deshonor del ostracismo o una condena por intento de magnicidio, se clava un puñal, quitándose la vida. A su vez, Eurídice, madre de Hermón y esposa de Creonte, al conocer lo sucedido, rota de dolor, se mata. Creonte sigue siendo rey, pero un rey maltrecho, condenado a sí mismo y enloquecido por las consecuencias de sus actos.

Tebas, en la cordillera del Citerón, en Grecia central, es la verdadera capital del mundo. Sófocles la elevó a esa categoría en el siglo V a.C., cuando escribió el ciclo de tragedias en torno a la, quizá, familia con más mala fortuna de cuantas se han convertido en leyenda, en rigurosa competición civilizatoria con los Kennedy. Me refiero a Edipo, que mató sin saberlo a su padre, se casó en desconocimiento con su madre y tuvo hijos con ella, desembocando en el conocido final.

Del conjunto de piezas que Sófocles escribió sobre el mito de Edipo y Antígona se enraizó un canon sin el que hoy es impensable la cultura clásica. Trilogía tebana reúne en un único volumen las tres tragedias del célebre poeta sobre la peculiar familia aquea: Antígona, Edipo rey y Edipo en Colono, ciudad de la que el autor era originario. Atravesando diversos paisajes e instantes de la vida del poeta, esta recopilación en edición bilingüe conserva todo el esplendor de la obra. Por un lado, ofrece las versiones en griego clásico y en castellano, de manera que se preserva el texto original a la par que se ofrece una meticulosa traducción al lector hispanoparlante. Por otro, su formato manejable y cómodo permite una lectura que invita al reposo y a embeberse en estas milenarias obras de teatro.

Editorial Rhemata vuelve a hacer su magia al ofrecer legado clásico al mejor precio y contando con el mayor rigor. Repito lo mismo que he destacado en otras reseñas sobre libros de la editorial reusense: la labor que realizada es monumental, más todavía en un tiempo donde prima la inmediatez y la liviandad. Cuenta con la traducción e introducción del profesor de la Universitat de València y Doctor en filologías Clásica y Griega, Fernando Pérez Lambás. Qué mejor placer en verano y en cualquier estación del año que reunirse con los verdaderos supervivientes del fragor de la historia: manuscritos que emocionan generación tras generación tras generación. Les invito a hacerse con esta edición magnífica y edificante.

La ficha:

Trilogía tebana
Sófocles
Traducción de Fernando Pérez Lambás
Rhemata, Reus, 2022. 488 páginas. 16,25 euros.

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