Charles Jencks, jugador de ventaja

La muerte de Charles Jencks (Baltimore, 1939- Londres, 2019) debería de abrir alguna reflexión sobre el impulso otorgado a la historiografía del llamado Movimiento Posmoderno por parte del citado autor. Circunstancia que tiene que ver con la oportunidad de haber publicado Jencks, en 1977, su estudio El lenguaje de la Arquitectura postmoderna (edición española de 1980). Jencks, que estudió literatura inglesa en la Universidad de Harvard, posteriormente obtuvo un Máster en arquitectura en la Harvard Graduate School of Design en 1965. En 1970 obtiene un Doctorado en Historia de la Arquitectura en el University College de Londres, ciudad donde se despierta su interés historiográfico. 

Había publicado, como editor junto a George Baird en 1969, El significado de la Arquitectura y en 1973, ya en solitario, se aproxima al denominado Movimiento Moderno, eje central de la Arquitectura del siglo XX, al que en el futuro ajusticiará ( o lo intentará por dos veces) en su estudio no traducido al español Modern Movements in Architecture. 

Charles Jencks

Es a partir de estas fechas de mediados de los 70, cuando comienza su revisión crítica de la historiografía de la Arquitectura y su personal ajuste de cuentas con el referido Movimiento Moderno, al que acusa de puritano, formalmente simplificado, intelectualmente igualitarista y carente del glamour que exigía una sociedad crecientemente sofisticada, como la estadounidense que había eclosionado en la prosperidad multicolor de los años sesenta. Esta crítica de la arquitectura europea de entreguerras y de suyo con todo el denominado Movimiento Moderno, le va a conectar con las posiciones críticas sostenidas por otro gurú cultural del Posmodernismo como Tom Wolfe, quien en su trabajo de 1981 To Bauhaus from our house (traducido entre nosotros como ¿Quien teme al Bauhaus feroz?) llegaba a conclusiones parecidas en su discurso Antimoderno, donde parodiaba a las Glass-boxes y a las Yale-boxes, como esquemas formales prototípicos de la arquitectura que desde Europa se había asentado en los Estados Unidos de la mano de los exiliados del Bauhaus. Fundamentación crítica similar a la verificada por el mismo Wolfe en 1975 contra toda la tendencia pictórica de Expresionismo Abstracto en el libro La palabra pintada. Reacción, en suma Anti-abstracción tanto en Pintura como en Arquitectura, frente a los valores genuinos de lo autóctono y de lo vernacular. Si el rechazo del Expresionismo Abstracto abría la puerta al Pop Art, de igual forma el rechazo del Movimiento Moderno abría la lógica del Posmodernismo.

Con todos esos apriorismos simplificados (a pesar de que la portada del libro Modern Movements in Architecture, era la foto de la cubierta de la Unidad de habitación de Marsella de Le Corbusier), coincidentes con el descrédito producido sobre todo en Estados Unidos al paradigma formal de la Modernidad enunciado antes, Jencks da salida en 1977 a la llamada biblia arquitectónica del Posmodernismo con el libro El lenguaje de la Arquitectura Posmoderna (edición española de 1980). Cuya primera parte se abre con rotundidad, con el capítulo La muerte de la Arquitectura moderna, que él mismo certifica como cualificado notario historiográfico o como complacido forense. “Por suerte la muerte de la Arquitectura Moderna puede situarse en un momento preciso del tiempo. A diferencia de la muerte legal de una persona, que está convirtiéndose en un complejo asunto de ondas cerebrales contra latidos del corazón, la Arquitectura Moderna se acabó de golpe…La Arquitectura Moderna murió en Saint Louis, Missouri, el 15 de julio de 1972 a las 3,32 de la tarde (más o menos) cuando a varios bloques del infame proyecto Pruit-Igoe se le dio el tiro de gracia con dinamita…Pruit-Igoe se construyó de acuerdo con los ideales más progresistas del CIAM y fue premiado por el Instituto Norteamericano de Arquitectos cuando se diseñó en 1951”. 

Junto a la exactitud cronometrada del óbito moderno, Jencks introduce el escalpelo del análisis formal y social consecuente. “Su estilo purista, metáfora del hospital saludable y limpio, tenía además la intención de infundir por medio del buen ejemplo, las correspondientes virtudes en sus habitantes. La bondad de la forma haría bueno el contenido, o por lo menos haría que se portase bien; la planificación inteligente de un espacio abstracto promocionaría un comportamiento sano…Estas ideas simplistas, tomadas  de las doctrinas filosóficas de del racionalismo, conductismo y pragmatismo, demostraron ser tan irracionales como las doctrinas mismas. La Arquitectura Moderna como hija de la Ilustración, era heredera de sus ingenuidades congénitas”.

La programática del Movimiento Moderno y de su crisis final, puede seguirse pormenorizadamente a través de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM). Iniciados en 1928 en La Sarraz, donde se verifica la constitución programática del Movimiento, llegaría hasta el XI congreso de disolución en Otterlo en 1959. La falta de adecuación de la programática del Movimiento Moderno con las necesidades de la sociedad salida de la Segunda Guerra Mundial, se había visualizado ya en el congreso anterior, el X de Dubrovnik, donde se materializaba el factor de crisis de los programas funcionales, formales y constructivos que habían sustanciado la Arquitectura desde los años veinte. Junto a ello, el protagonismo breve de la alternativa nacida en Dubrovnik, como Team X  y la desaparición física de algunos protagonistas en la década de los sesenta.

Si bien no creó el término Posmoderno captado antes por la filosofía y la crítica literaria, desde Lyotard a Vattimo, su libro de 1977 El lenguaje de la arquitectura posmoderna se considera a menudo como el que popularizó el término en relación con la Arquitectura. Alcanzando plena visibilidad en la Bienal de Arquitectura de Venecia de 1980, en lo que se consideró la puesta de largo de la Arquitectura Posmoderna. Jencks fue uno de los primeros en transponer el concepto de la posmodernidad, procedente de la crítica literaria al campo de la Arquitectura. La fortuna del empeño le lleva a ampliar el concepto  de la superación del Movimiento Moderno en el trabajo de 1980 Arquitectura tardomoderna. Las advocaciones de otros de sus títulos Architecture bizarre (1979), Clasicismo posmoderno (1980), Adhocism: the case for improvisation (1972 y 2013), dan cuenta del carácter tan especulativo como errático de sus planteamientos historiográficos.

 En 1989 junto a su esposa, Maggie Keswick, una importante paisajista especializada en el arte oriental, Jencks realizó en su propio jardín, en Dumfries, Escocia, lo que sería uno de los paisajes más atrevidos y sorprendentes de Europa: El jardín de la especulación cósmica. Para algunos un poema botánico, para otros una declaración de principios formales y conceptuales del autor.  Cuyo nombre, cósmico y especular, nos da un perfil del carácter especulativo del universo intelectual de Jencks. Un espacio natural donde se recrea una composición teatral entre 40 esculturas y varios elementos representando a un universo cósmico natural, se aviene bien con la metodología historiográfica desplegada en sus trabajos de años anteriores.

Sus últimos esfuerzos, desde la experiencia de su esposa Maggie con la enfermedad, tienen que ver con la red de solidaridad contra el cáncer, como  cofundador de los Maggie’s Cancer Care Centers. Que ha llegado a  promover y construir veinte centros de manos de importantes arquitectos, como Zaha Hadid, Richard Rogers, Norman Foster, Rem Koolhaas, Frank Gehry o Steven Holl. Trabajos publicados en 2015 por Jencks como Arquitectura de la esperanza.

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1 Comment

  1. says: Óscar S.

    Siempre me ha encantado eso de que la posmodernidad, si fuera una época, que es muy dudoso,sería la única época de la historia con fecha y hasta hora y minuto de nacimiento… Lo más abstracto en lo más concreto, la pirueta paradójica más divertida. Rip Jencks, que tenía estas visiones…

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