Herramientas cognitivas (6)

Fotografía de Garry Winogrand

Vetusta Morla. Aparte del nombre de un conocido grupo de música indie, Vetusta Morla era la tortuga a la que recurre Atreyu en La historia interminable de Michael Ende para que le diga cómo curar a la Emperatriz Infantil. La vieja Morla le dice que no le importa que Fantasía desaparezca, que ya no le importa nada lo que suceda en el futuro, en realidad, no le importa absolutamente nada. En mí tiempo universitario tuve una fase existencialista (¡Qué desastre!), en dónde recuerdo quedar muy impactado con las lecturas de La Náusea de Sartre o La Caída de Camus. Entonces me invadió esta idea de absurdo, de sinsentido, en la que todo da exactamente igual, y me dediqué a la vida bohemia: alcohol y mujeres (que en el fondo era a lo que se dedicaban, y dedican, la mayoría de los estudiantes universitarios). Supongo que estaba justificando a posteriori mi estilo de vida, estetizando, dando un toque cool a algo que todo el mundo hacía. Luego, menos mal, me curé; quizá eran cosas de la edad (Sería muy interesante, si no se ha hecho ya, estudiar cómo afectan las peculiaridades de cada etapa de nuestra vida a nuestra posición filosófica), y salí de esas estupideces del sinsentido. En el fondo, gran parte de todo eso, y gran parte del existencialismo, era puro postureo (¡Claro que me importaban muchísimas cosas!). Sin embargo, algo quedó: un poco de la vieja Morla me ha acompañado siempre y creo, al menos un poco, que ha sido positivo para mí. Sigo creyendo (o sintiendo) que pocas cosas importan mucho. Y eso es muy bueno porque la gente que se preocupa mucho por casi todo termina teniendo úlceras y tomando antidepresivos. Así que hagamos un poco de caso a Morla, que por algo era anciana y sabia, y digamos más que qué más da… ¿Qué más da que desaparezca Fantasía? ¡Qué le den por saco!

La mejor explicación disponibleMuchas veces rechazamos un argumento porque tiene serios defectos o no resulta lo suficientemente convincente. Sin embargo, a veces no caemos en la cuenta de que es mucho peor aceptar el argumento contrario. Por ejemplo, en Filosofía de la Mente podemos no aceptar formas de materialismo, naturalismo o fisicalismo, debido a los graves problemas que tienen para explicar la mente. Sin embargo, aceptar la perspectiva opuesta, el dualismo, es mucho más problemático. Por tanto, parece más razonable quedarnos con la mejor explicación disponible, aunque solo sea porque es la menos mala y porque no tenemos nada mejor. Igualmente pasa con el problema del escepticismo hacia las otras mentes. Como no tengo acceso a la subjetividad de las otras personas, no sé si las demás personas son conscientes o no. Podría darse el caso de que yo fuera la única persona consciente en el universo y todos los demás meros robots o frutos de mi imaginación… Podría ser… ¡Pero la explicación de que los demás tienen consciencia parece bastante más plausible!

Fotografía de Garry Winogrand

Efecto Ikea. Cuando realizamos un gran esfuerzo por conseguir algo, ese algo cobra mucho más valor que si lo hubiésemos conseguido gratuitamente. Es lo que pasa con los muebles de Ikea. Si el mueble está ya viejo, te cuesta mucho más deshacerte del de Ikea, ya que te costó trabajo montarlo, que otro que compraste montado sin más. Esto lo uso en mi práctica docente. Mis asignaturas no son fáciles de aprobar, hay que esforzarse, y ese esfuerzo, debido al efecto Ikea, hace que los alumnos valoren más la Filosofía, el saber, el conocimiento. Las «nuevas» tendencias educativas, que nos dicen que todo ha de aprenderse sin esfuerzo, jugando, cantando, bailando o brincando, olvidan que lo que no se aprende con esfuerzo no se valora, y lo que no se valora termina por despreciarse.

Falacia naturalista. Es uno de los argumentos más famosos de la historia de la Ética. Formulada inicialmente por Henry Sedwick, aunque popularizada por su discípulo, George E. Moore, plantea un error muy simple, pero continuamente cometido en todos lados: pasar del ser al deber ser. Cuando defendemos cualquier acción con peso ético apelando a la tradición, estamos cayendo en la falacia naturalista. Por ejemplo, los defensores de la dieta carnívora frente a los veganos, a veces argumentan que es bueno comer carne porque el hombre lleva haciéndolo desde sus orígenes prehistóricos. No, que algo se haya hecho siempre así no quiere decir que sea bueno. Igualmente, hay muchos que critican erróneamente el darwinismo afirmando que éste justifica el exterminio de los más débiles (los menos aptos) en virtud de la supervivencia de los más fuertes. Así, las prácticas de eugenesia ejecutadas por los nazis (y no solo por los nazis) vendrían justificadas por el darwinismo. No, el darwinismo no es una teoría ética, no dice qué hay que hacer, solo dice lo que es. Darwin te dice que en la naturaleza, en un entorno muy hostil, solo los más aptos, los mejor adaptados sobreviven; no te dice que en la civilización humana deban eliminarse a enfermos o a personas con taras genéticas.

Fotografía de Garry Winogrand

InceptionAl igual que ocurre en la, a mi juicio parcialmente fallidaInception de Christopher Nolan, me gusta decir que «me han hecho una inception» cuando han conseguido meterme una idea en la cabeza sin que yo me diera cuenta. Es un concepto interesante, porque en un mundo en el que discutir no tiene mucho sentido porque nunca vas a convencer a nadie de que cambie de parecer, sí que se antoja más interesante depositar ideas dentro de la cabeza de tu interlocutor sin que lo perciba. Y al contrario: ¿cuántas veces se ha encontrado el lector repitiendo una idea que ha leído o escuchado en algún lugar olvidado? Cuando leemos un libro, pasa un tiempo y creemos que no nos acordamos de nada de lo que leímos, seguro que nos equivocamos… ¿cuántas inceptions nos habrá dejado como huevos incubando a la espera de eclosionar?

Perspectiva de escala. Vemos el mundo desde nuestra escala mesoscópica, nuestra escala humana: no vemos lo muy pequeño (lo microscópico), y cuándo algo es demasiado grande se sale de nuestro campo visual y pasa a ser tan solo el fondo. Vemos bien las cosas de nuestro tamaño, y eso es así por razones obvias de supervivencia: nos convenía mucho ver bien al tigre dientes de sable. Con la escala temporal nos pasa lo mismo: vemos lo que se mueve a nuestro rango de velocidad. Por eso nos parece que todo está quieto y solo los seres vivos se mueven. La palabra animal viene del latín «anima»: un animal es aquello que está animado, aquello que se mueve, en contraposición con la quietud del mundo inerte. Falso. En realidad, el oscuro Heráclito tenía razón cuando sentenciaba su célebre Πάντα ῥεῖ, pues todo está en movimiento. Las plantas se mueven muchísimo, las rocas, los suelos, la inmensa cordillera se mueve, los continentes completos se mueven… lo que pasa es que lo hacen demasiado despacio para nuestra perspectiva temporal. Quizá el movimiento sea lo único ontológicamente real y la quietud nuestra forma de fotografiar, de mapear el mundo. Pero entonces llegó la tecnología time-lapse y pudimos cambiar nuestra perspectiva. Todos hemos visto cómo brota una semilla de la tierra a toda velocidad, con su parsimonioso movimiento de circumnutación, desplegando sus hojas en busca de absorber la mayor cantidad de luz en función del momento del día. Vive en otro tiempo.

UmweltConcepto acuñado por el biólogo del XIX von Uexküll, puede traducirse por «circunmundo» o «mundo alrededor». Cualquier especie biológica dotada de consciencia tiene un umwelt, percibe, siente y estructura la realidad de una determinada manera y no de otra. En clase, cuando explico a Kant, me gusta hablar del umwelt de la garrapata. Un bichejo que solo huele el ácido butírico, que solo ve intensidades de luz… ¿Tendrá alguna percepción del tiempo? ¿Tendrá algún tipo de mapa espacial de la realidad? ¿Sentirá deseo, hambre? ¿Tendrá algunas sensaciones de agrado o desagrado? Creo que es un gran ejercicio filosófico ponerse en el punto de vista, en la perspectiva de otros seres. Después de ver el vídeo anterior: ¿tiene esa planta algún tipo de umwelt? Si lo tiene… ¿cómo será?

Límite WinogradAcuñé esta expresión para referirme al hipotético hecho de que algún (o todos, o los fundamentales) aspecto de la realidad fuera tan complejo que los seres humanos no seríamos capaces de comprenderlo nunca debido a nuestras limitaciones cognitivas. Hacía referencia a Terry Winograd, un magnífico programador que diseñó uno de los hitos de la historia de la IA, SHRLDU, y que se quejaba de que el enorme tamaño y complejidad del programa lo desbordaban… ¡Y eso que si lo miramos hoy nos parecería una cosa muy sencillita! Visto por fuera, claro está, porque por dentro… Pensemos que Winograd programaba en MacLisp, un dialecto de Lisp… No muy amigable, desde luego. El caso es que cuando reflexionamos sobre, por ejemplo, una simple célula normal y corriente de nuestro organismo, ya nos encontramos con una complejidad casi insondable, con miriadas de procesos bioquímicos que se suceden a gran velocidad… Es ya exasperante intentar comprender el funcionamiento de una sola de los treinta billones de ellas que forman nuestro organismo… ¿cómo vamos a querer comprenderlo todo? ¿No habrá un triste límite Winograd que nos impedirá responder las grandes cuestiones? Un chimpancé, por mucho que se esfuerce, jamás podrá resolver una integral ¿No seremos tan solo un mono con ínfulas que se cree que puede enterarse de algo, pero que se encuentra arrojado a un mundo que lo supera por completo?

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