Alain Delon, Apolo felino…

Alain-Delon y Romy Schneider

Francés tenía que ser…

Hay una foto famosa, o si no famosa como poco viral, en la que Marianne Faithfull, hecha un brazo de mar, está sentada luciendo piernas en un sillón en que a su izquierda tiene sentado a su novio de entonces (duele recordar que ella declaró más tarde que la noche en que le fue infiel con Keith Richards fue la mejor noche de su vida…), un tipo cabizbajo, de irregulares pero atractivas y gargólicas facciones, pelo largo y vestimenta hippy, un tal Mick Jagger, mientras que a su derecha Marianne tiene a otro tipo, de parecida edad, traje con corbata, corte de pelo profesional, para colmo extranjero, pero sin duda irresistible… El pie de foto dice -he comprobado que en inglés ya existía, y se han limitado a traducirlo-: “cuando tú eres Mick Jagger, pero es que el otro es Alain Delon…” Porque, en efecto, Marianne consagra toda su atención, risas y hasta lenguaje corporal hacia el guaperas atildado de la derecha, en vez de al cachondo rockero de su izquierda. Sé que todos los tíos heteros soñáis con eso: vini, vidi, vici tan sólo con asomarse a la fiesta, tan sólo con sonreír a la anfitriona… Vale que resulta un poco pesado, repetitivo, pero no nos podemos quejar, Alain y yo, porque la vida es así, hasta en el reino animal unos parten con más ventaja biológica que otros, y los demás se buscan malamente la vida. No obstante, ocurre algo extraño, pero característico. Actores masculinos sumamente agraciados, Apolos de la actuación, como Paul Newman o Brad Pitt, lo que más disfrutan en su oficio es desempeñar papeles de personas corrientes, incluso feas o vulgares. Por ejemplo: Newman está mucho más suelto haciendo de policía de barrio o de golfo callejero que en Dulce pájaro de juventud, donde se desempeñaba de gigoló. A Pitt, si no me equivoco, se le ve mucho más a gusto en 12 monos, haciendo muecas de tarado, o en Snatch: cerdos y diamantes, fungiendo de gitano analfabeto, que en Leyendas de pasión o ¿Conoces a Joe Black?, de aburrido seductor de señoritas impecables. Confieso, aquí y ahora, que a mí me sucede lo mismo, y por eso empatizo. Prefiero ser un mero y anónimo profesor de Secundaria antes que modelo de pasarela o cantante de éxito arrollador. Fijaos lo que les pasó a los tonticos esculturales de los Milli Vanilli

Alain Delon, que nos ha dejado hoy, era demasiado bello para ser hombre de una sola mujer, como, sin embargo, nos contaron que fue Paul Newman toda su vida. Pero Newman era alcohólico, como lo es todavía Pitt, que yo sepa, y a ambos les convenía mucho más fijar un hogar, una familia y un entorno que les sirviese de protección, como cuando jugábamos al escondite y decíamos “¡casa!”. Los tres, Newman, Delon y Pitt, protagonizaron grandes películas, pero ya digo, no fueron sus favoritas. Aun así, el que más ha gozado de la inmortalidad puramente fortuita de su divino fenotipo creo que ha sido Alain Delon. Porque en esa célebre foto de 1968 bien podría haber extendido la conversación hacia el pobre Mick, en feliz trío de elegidos por la gloria pegando la hebra. Pero no, Mick que se fastidie, Mick, pese a su gran carisma y sus bailecitos de serpiente emplumada o de dragón chino, que se espere, que ya se llevará a la Faithfull a su casa después si Delon se siente compasivo y le place (como, por cierto, el propio Jagger ha hecho con otros en innumerables ocasiones). ¡Ah, sé muy bien que todos los varones heteros binarios cisgénero soñáis con ese poder, el inmejorable e insustituible poder de gustar a todas las chicas, frente al cual volar, o hacerse invisible, no valen nada! Alain Delon comenzó su carrera así: le vieron la cara en el Festival de Cine de Cannes y en un chasquido de dedos ya lo tuvo todo rodado. Fue un gran actor, sin duda, pero si llega a acudir a Cannes con la jeta de Javier Cámara digamos que la cosa le hubiese costado como un millón de veces más. Os lo digo yo, que se me rifan como a Delon desde muy niño…

He oído decir, esta misma última semana, que la guapura es más una actitud que un hecho físico. Me estuve riendo un buen rato de vosotros. ¡Adiós, Alain Delon, francés tenías que ser…!

(Os dejo, que tengo una cita con Elsa Pataky: nada hay más tentador que engañar a Thor…)

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